Reclama a su banco que deje de cobrarle comisiones por ganar menos de 800 euros
Asturias
Begoña Tamargo, trabajadora del Servicio de Atención a Domicilio de Las Regueras, se manifiesta, en solitario y megáfono en mano, ante la entidad en la que lleva 25 años para exigir que le devuelvan su dinero y «cumplan la legalidad»
19 Oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Begoña Tamargo es una vecina de Las Regueras que trabaja en el Servicio de Atención a Domicilio (SAD) del municipio desde hace cinco años. «Estamos maltratadas de todas formas, éramos un servicio muy bueno y ahora pasó a ser invisible», lamenta, explicando que antes de la huelga de 35 días «que tuvimos por muchas circunstancias, entre ellas, porque nos tienen abandonadas», como tenía un contrato de 20 horas a la semana, su salario no llega a los 800 euros. Y, ahora, tras la huelga, tiene asignadas 12 horas semanales. «Encima eso», dice Tamargo, que lleva los últimos dos años poniendo reclamaciones cada tres meses a su banco para que le dejen de cobrar 40 euros por trimestre «por comisiones y gastos» por ganar menos de 800 euros.
«Llevo unos 25 años de cliente y nunca tuve la cuenta en números rojos, pero hace cuatro años que me están sacando dinero. Primero empezaron con 30 euros, ahora ya van por 40. Antes ponía las reclamaciones y me lo iban devolviendo, pero ahora llevo dos años que no», dice. La semana pasada se fue con un cartel hasta las puertas del BBVA de Grao para protestar. En solitario. «Puse reclamaciones en el Banco de España, en la Oficina de Consumo de Oviedo, en la de Grao, pero nada de nada. En la última carta que recibió del banco por correo electrónico me dicen que no puedo seguir denunciando puesto que no me han resuelto todavía los primeros casos, pero sí me pueden seguir cobrando igualmente», denuncia.
El viernes de la semana pasada ya se llevó un megáfono para que sus reivindicaciones se escuchasen y se entendieran aún mejor. «Esas cláusulas que están cobrando son ilegales y abusivas porque así lo dijo el Tribunal Supremo. No se cobra por un servicio que no prestan y ellos lo están cobrando», dice, indicando que este miércoles tiene previsto volver otra vez con su protesta a pie de calle. La semana pasada recibió ánimos de los viandantes. «A las puertas del banco estos días actué un poco de cura confesando porque la gente me venía a contar situaciones parecidas a la mía y yo les decía que tenían que arreglarlo dentro, con una hoja de reclamaciones, con quejas. Yo solo puedo escucharles y animarles a que se pongan conmigo a la puerta».
Dice que le pareció también sangrante el caso de una mujer mayor. «Una señora de unos ochenta y pico años que fue al banco porque le habían quitado 200 euros de la cuenta y, cuando salió, dijo que por una tarjeta que ni había tenido, ni había visto ni había usado ella, le cobraron los 200 euros. Eso no se hace a nadie, pero menos a una abuela». Algunos viandantes le proponían cambiarse de banco. «No tengo por qué cambiarme de banco. Ellos son los que tienen que cumplir la legalidad y yo seguiré poniendo reclamaciones y haciendo lo que pueda», dice, considerando que el Banco de España debería tomar cartas porque «esto no solo pasa en esta entidad, pasa en muchas más según estoy viendo». En algunas, como dice que le dijo otra viandante que se paró a hablar con ella, por tener un salario de 1.000 euros.
«Se están tragando nuestros ahorros y no tienen por qué hacerlo. Y mucho menos sin ninguna firma ni permiso mío. Y, desde luego, tanta culpa tiene el que mata a la vaca como el que le agarra la pata», dice, tirando de refrán, Tamargo, que asegura dormir tranquila por las noches pese a tener un trabajo precario y que, cual David contra Goliat, no va a rendirse hasta que la escuchen y dejen de cobrarle comisiones por cobrar menos de 800 euros.