Crece el autoconsumo solar en Asturias: de 18 a 700 viviendas en solo 4 años

En 2018, año en el que en España se derogaba el disparatado impuesto al sol, en Asturias solo 18 viviendas unifamiliares tenían activas instalaciones de placas fotovoltaicas con una potencia conjunta de 180 kilovatios. Hoy, cuatro años después y coincidiendo con el histórico auge de las facturas de combustible, electricidad y gas natural, ya son casi 700 las viviendas que aprovechan la energía solar para autoconsumo. Entre todas suman más de 7.000 kilovatios de potencia instalada. Solo cinco de ellas son comunidades vecinales, pero el crecimiento de estas instalaciones en las viviendas unifamiliares está siendo continuo.

En los cuatro primeros meses de este año se han dado de alta 204 nuevas instalaciones cuando entre 2019 y 2020 habían sido tan solo 170. En 2021, con 306 nuevas instalaciones, se duplicaron las cifras del año anterior y este 2022, si continúa el ritmo creciente que se viene registrando de enero a abril, podría finalizar con más de 700 nuevas instalaciones fotovoltaicas para autonconsumo

Es algo que está ocurriendo en toda España, uno de los países europeos con más horas de luz solar y en el que, dado el nuevo marco legal que incentiva el autoconsumo con energías renovables y la bajada de los precios de las instalaciones fotovoltaicas, se están viendo las ventajas de que una parte del consumo energético en los hogares dependa de placas solares, con ahorros que según los expertos pueden oscilar entre el 40 y el 80% de la factura. Sin obviar la transición energética a la que obliga el cambio climático, en vista de que el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del sector energético, motivo por el que la Comisión Europea pretende que en 2030 el 45% de la energía provenga de fuentes renovables, con la solar como la principal de todas.

Más de 1.000 solicitudes de ayuda para instalar placas solares

Así, en esa línea, un real decreto de junio de 2021 aprobaba en España la concesión directa de ayudas a las comunidades autónomas para la ejecución de diversos programas de incentivos ligados al autoconsumo y al almacenamiento con fuentes de energía renovable, así como para la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que se nutre de los fondos europeos Next Generation.

A Asturias, según ese real decreto, le correspondieron 14,53 millones de euros repartidos en seis programas de subvenciones para la realización de instalaciones de autoconsumo, almacenamiento y usos térmicos de energías renovables (biomasa, geotérmica, hidrotérmica y fotovoltaica) destinados al sector servicios, al tercer sector, a las administraciones públicas, al sector residencial y a otros sectores productivos de la economía. 

Desde que se abrió la convocatoria para optar a estas ayudas, la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica ha recibido más de 1.000 solicitudes para optar a ayudas para la instalación de placas fotovoltaicas. Las 698 instalaciones de autoconsumo residencial que ya existen en Asturias han solicitado o se han beneficiado de estas subvenciones por un importe conjunto de 2,14 millones de euros. Los dos programas específicos de ayudas para el autoconsumo o el almacenamiento en viviendas, que se comparten también con las administraciones públicas y el tercer sector, tienen una dotación de más de 8 millones de euros.

Al ser una convocatoria con el plazo abierto, siguen entrando solicitudes a diario. Incluso en algunas de las líneas de las ayudas, como el autoconsumo para industria, ya se habrían agotado los fondos asignados con las solicitudes presentadas. Sin embargo, el presupuesto, en caso de agotarse la asignación inicial a Asturias, es ampliable en un 100%. El plazo, en principio, estará abierto hasta el 31 de diciembre de 2023.

Por ello, desde la consejería siguen animando a las empresas y a los particulares a optar a estas ayudas. Asimismo, recuerdan que ya hace más de 15 años que se convocan en Asturias ayudas regionales para instalaciones fotovoltaicas en emplazamientos sin acceso a la red eléctrica o donde éste resulta muy costoso, como puede ser en cabañas ganaderas de montaña.