Paniceres: «Espero que en los próximos meses se pueda anunciar la captación de otra empresa a través de la oficina de inversiones»
Asturias
El consejero delegado de Transinsa renueva su cargo como presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo
06 Jun 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Carlos Paniceres ha sido reelegido presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo. El consejero delegado de Transinsa reconoce que tuvo dudas a la hora de postularse como candidato, pero tras consensuarlo con José Manuel Ferreira, el vicepresidente, decidió dar el paso para completar los proyectos que iniciaron en el anterior mandato. Recuperado de los problemas de salud que le tuvieron apartado del cargo durante unos meses, y más liberado del trabajo en su empresa una vez que la pandemia del coronavirus ha dado un respiro -en los peores momentos de la crisis sanitaria participó directamente en el traslado de más de 300 personas como conductor de ambulancia- afronta el reto con ilusión y con el objetivo de generar actividad económica en la región. En su opinión, esa es la receta para crear empleo y este, a su vez, el camino para revertir la pérdida de población.
-¿Está totalmente recuperado de sus problemas de salud?
-Sí, totalmente. Tengo que mantener mejores hábitos de vida pero estoy en un estado razonablemente bueno y lo único que hay que hacer es mantener más orden. Hacer más deporte, más control en las comidas y todo ese tipo de cosas para no volver a situaciones de riesgo. Tras el susto que tuve, gracias a dios, ya estabilicé los parámetros. Me hablaban de hasta un 70% de posibilidades de tener un infarto con los parámetros que me daban los análisis. Me dijeron que tenía que hacer un reseteo, poner los niveles en su sitio, y eso hice. Ahora hay que mantenerlo.
-¿Qué balance hace de su primer mandato en la Cámara de Comercio?
-Ha sido un mandato raro en el aspecto de que hemos vivido solo casi la mitad, por una u otra razón. Con la pandemia, que me hizo estar bastante ausente para centrarme en mi obligación, que era liderar el equipo de mi empresa. Era el transporte sanitario en la pandemia y eso exigía todos los esfuerzos. La suerte es que tenemos a José Manuel Ferreira de vicepresidente. Con él compartíamos proyecto y forma de actuar, y eso permitió que todo siguiera funcionando bien.
Hubo cosas positivas. Se venía de periodos difíciles económicamente en la Cámara y queríamos cambiar eso y visibilizar la cámara. Que tuviera otra presencia en la sociedad desde el punto de vista mediático. Tuvimos muchos contactos con colegios, gobiernos, partidos y empezamos a pensar hacia afuera y no hacia adentro. Tenemos que resaltar que la Cámara, con 130 años de historia, es un elemento clave de la colaboración público-privada y no es solo de Oviedo, es de 69 de los 78 concejos asturianos. Representamos unas 45.000 empresas, casi un 58% del perímetro cameral asturiano.
-¿Qué logros concretos destacaría?
-Hemos buscado mucha sinergia con otras entidades. Hemos traído aquí la sede del CSIC, con Rosa Méndez, que lo facilitó todo; también está el instituto de mediación con el Colegio de Abogados y con el de Economistas; hemos reforzado la colaboración con muchos ayuntamientos y hemos abierto delegación en Ribadesella. Además, en unos días abriremos la delegación de Villaviciosa. También hemos contribuido a desbloquear las licencias colaborativas con el Ayuntamiento de Oviedo. Eso ha pasado de ser un problema a ser un modelo a estudiar. Yo destacaría, tras una conversación con Adrián Barbón, la apertura de la oficina de inversiones, que ha permitido captar algunas de las principales inversiones que han llegado a Asturias, como Amazon o QuironSalud. La colaboración público- privada es fundamental.
-¿Qué le ha quedado sin hacer en esos cuatro años?
-Me faltó recorrer los 69 municipios. Estuve en muchos pero quería haber estado en todos. Ese compromiso no lo pudimos cumplir. El balance general es de mucho trabajo y mucho esfuerzo, pero positivo. Estamos muy orgullosos de cómo se afrontó la pandemia. Es una de las pocas cámaras que abrió toda la pandemia. Nosotros defendimos que las instituciones públicas tenían que dar un paso al frente. En aquellos primeros días de caos, tuve una conversación con la Delegada del Gobierno, Delia Losa, en la que inventamos aquello del pase para justificar el tránsito al enseñar la autorización a la Guardia Civil. Era un documento con el sello de las cámaras y de la Delegación. Había que dar un paso al frente, estar más dispuestos que nunca porque era un desconcierto total y ahí los empleados de la casa trabajaron al 1.000%. Se mantuvieron las medidas sanitarias porque aquí tenemos mucho espacio para evitar contagios pero que la cámara estuviera abierta fue un mensaje al mundo empresarial. Queríamos estar a su lado y ayudarles.
-¿En qué ha mejorado la cámara en estos últimos cuatro años?
-Las cámaras de comercio se han ganado el respeto del mundo empresarial. Lo veo con todas las empresas que se suman al club de la cámara. La próxima será Ence, recientemente Mapfre… Además, hay un respeto institucional. A veces incomodamos porque estamos planteando propuestas continuamente, pero siempre buscando el ángulo positivo. Proponiendo. El empresariado debe influir con propuestas y convencer. Somos una organización plural, abierta y transparente y cuando te sientas con la gente hay más cosas que nos unen de las que nos diferencian.
-¿Tuvo dudas a la hora de volver a presentarse?
-Sí. La verdad que las tuvimos. El dueto que tenemos Jose Manuel y yo es importante. Lo hablamos en mi vuelta, que teníamos que compartir más las responsabilidades. Antes de parar había días con cinco actos. Le dimos vueltas unas cuantas semanas por el trabajo que supone, lo que supone de prescindir de tu empresa, familia, tiempo libre, no se cobra sueldo… Nos dimos un plazo y al final decidimos afrontar el mandato. Hubo un momento que pensé que no nos íbamos a presentar. Yo no sé estar en los sitios por estar. Sí estoy, es a pleno rendimiento, no al 30%. Decidimos dar el paso porque hay proyectos que no nos dio tiempo a desarrollar y creemos que merece la pena seguir para hacerlo.
-¿Cuáles son los principales retos de futuro?
-Tenemos en marcha el proyecto «Engrandecer Asturias», el Instituto de Mediación, tenemos algunas iniciativas interesantes en el ámbito biosanitario para Asturias. Además, creemos que hay que dar un empujón a la oficina de atracción de inversiones, poner en marcha la Oficina Económica y Comercial en Madrid, que se lo pusimos al Gobierno autonómico y a los grupos y salió adelante. Tiene una partida presupuestaria y estamos pendientes de que se desbloquee. Y creemos que es necesario desarrollar la ley de medidas urgentes para el tema de los fondos. El drama para esta región es perder los Fondos Europeos. ¿Es más importante el procedimiento o perder el dinero? No podemos perder un solo euro. Hay que agilizar los trámites y tenemos que buscar medidas ágiles, rápidas. Se dijo que queríamos quitar las funciones a los funcionarios. Nada de eso. Lo único que queremos es hacer los mecanismos intermedios que permite la ley para agilizar los procesos. El ejemplo a seguir en este ámbito es el de Canarias.
-En su discurso de toma de posesión habló de crear 50.000 empleos en 10 años. ¿Cómo se consigue?
-Es un programa que venimos trabajando en él desde hace tiempo. Se llama «Engrandecer Asturias». Ante el discurso pesimista, que en Asturias nos encanta, de ser negativos y cainitas, hemos pensado que la mayor parte de los problemas de Asturias pasan por más actividad económica. Asturias ha pasado muchas reconversiones, en cierta manera estamos «dopados» con temas como pensiones o prejubilaciones y durante años no hemos sentido que la situación era muy crítica porque, como se dice, aquí se vive bien. El problema es que el colchón se termina con el paso de los años. ¿Qué alternativas buscamos para los hijos de esa gente? En los datos de actividad económica estamos de los últimos. Necesitamos más actividad económica, eso supone más empleo y eso permite fijar más población. Hay que cortar la marcha de jóvenes y conseguir que vuelva la gente que se fue.
Bajar del millón de habitantes no cambia nada, no es un drama. El problema es la tendencia. El efecto de perder población es grave desde el punto de vista sociológico. Pierdes población, la gente es mayor, la más dinámica civilmente, donde el pensamiento es más proactivo, más de emprender, se marcha. Muchos se han ido, por tanto no es problema solo demográfico. El que perdemos es el sector más dinámico y eso tiene efectos sociológicos.
-¿Cómo se revierte esa situación?
-Planteamos un gran programa, creemos que podemos atraer población, pero para eso hace falta actividad. Ser más atractivos como región. Lo primero es recuperar la idea de Asturmetrópoli. Aquí tenemos el síndrome de la diputación con la competencia localista entre los grandes municipios, y tenemos que cambiar eso para ser comunidad. Hay que desarrollar un proyecto de región en el que hay que compartir. Hay que hacer un plan para aprovechar la llegada del AVE. Ser muy proactivos, de ahí la importancia de montar oficina en Madrid para convencer a las empresas.
También creo que hay que abrir el debate de la inteligencia fiscal. Tenemos que ver el entorno fiscal a nuestro alrededor. Es cierto que las empresas pagan el mismo impuesto en todos los sitios, pero los dueños y los directivos no. Y eso genera dificultades porque hay deslocalización fiscal. Dentro de ese gran plan queremos abrir el debate, pero no como elemento simplista de bajar impuestos. Tenemos que ver cómo hacemos, por ejemplo, para que vengan nómadas digitales. Con el AVE hay gente que se puede plantear trabajar aquí y bajar a Madrid un par de veces por semana, pero para eso hay que ser competitivos. Hay que meter todos estos temas en una gran coctelera y hacerlo de forma inteligente. Lo ideal es una armonización fiscal, pero mientras estemos en competencia, los que somos perdedores cada vez perdemos más. Yo creo que si la base fuera más amplia, recaudaríamos más.
Yo creo que el gran reto de Asturias es la transformación cultural. La forma de pensar. Sentémonos a repensar cómo queremos que sea el futuro de la comunidad más allá de una legislatura. Necesitamos un gran pacto de futuro en el que nos pongamos de acuerdo en cuatro ideas y tiremos por ello para revertir la situación. Necesitamos una ruptura transformadora porque hay que cambiar las cosas. Cuando vemos a los titulados en nuestra universidad trabajar en otras comunidades, supone que hemos estado financiando jóvenes para que rindan en otros sitios. Nosotros los queremos aquí. Podemos revertir la situación, pero hacen falta ganas y arriesgar.
-Oviedo tiene en marcha grandes proyectos que cambiarían el modelo ciudad. ¿Qué opina de la ronda norte?
-No tengo una opinión muy definida. Hay gente muy preocupada por el impacto ambiental y creo que hay que hacer una reflexión en profundidad que tiene que ver con las prioridades de la ciudad. Creo que hay otras actuaciones que son más urgentes. No sería lo primero que le exigiría al Estado si tuviera competencias para hacerlo. Además, hay un debate que hay que abrir. Estamos planteando que los automóviles dejen de entrar en las ciudades, que usemos más el transporte público, pero ¿qué hacemos en ese ámbito? Tenemos el peor transporte de cercanías que jamás hemos tenido y el área metropolitana necesita un transporte eficaz, que es la clave. Con esto en cuenta, ¿qué sentido tiene el tercer carril de la Y? Mientras hacemos esto, estamos viendo que van a poner peajes por el uso de las autovías, pero seguimos haciendo más carreteras. Al margen de este debate, son unas cantidades económicas (226 millones) que, en fin... Se hacen presupuestos pero luego la ejecución presupuestaria es del 50%. A veces parece un juego de trileros.
Sé que hay gente preocupada, mucho debate social, y entiendo a todas las partes, pero el debate creo que debe ir de la movilidad que queremos en Asturias en los próximos 25 años. Dependiendo de lo que se fije en ese debate, se verá si es necesario un tercer carril, la ronda… Ya digo que tengo dudas, no tanto de si debe ir por aquí o por allí, sino de la movilidad que queremos para Asturias.
-¿Qué hay que hacer en La Vega?
-Nosotros no estamos en la negociación, solo colaboramos cuando nos lo piden. Estamos a la espera y parece que pronto habrá buenas noticias. Nuestro modelo es el de Saint Ettiene. Allí convirtieron su antigua fábrica en un revulsivo económico para una ciudad que había perdido 80.000 habitantes, Queremos un centro de actividad económica, aunque es verdad que puede haber temas culturales, civiles y usos diversos porque hay mucho espacio. La fábrica de la Vega era uno de los pulmones de la ciudad y lo que queremos ver allí es químicos, físicos y matemáticos trabajando en el sector tic sanitario. Pero hay que respetar los tiempos. Nosotros estamos en disposición de colaborar para intentar atraer a alguna empresa que asiente aquí su base.
-¿Y en los terrenos de El Cristo?
-El Estado debe dar una solución. No es razonable su posicionamiento. Ese si es un problema para Oviedo. Lo primero es llegar a un acuerdo entre las partes, porque parece que había acuerdo y ahora parece que ha saltado por los aires. Todos quieren hacer caja, lo entiendo, pero aparte hay una responsabilidad social y civil con la ciudad. Necesitamos un plan de viabilidad y hace falta un acuerdo porque hay tres administraciones con competencias (Estado, Principado y Ayuntamiento de Oviedo). Creo que es el proyecto que más efecto puede tener a medio plazo porque contribuye a reorganizar campus de la Universidad, sedes judiciales…
-La agencia de captación de las cámaras ha tenido casos de éxito como Amazon o Quirón. ¿Hay alguna más al caer?
-Estamos trabajando en varias líneas. Amazon llevó dos años de negociaciones y es un trabajo que en ocasiones es frustrante. Tenemos algunas vías abiertas. Estamos colaborando y espero que en unos meses tengamos alguna buena noticia. Por confidencialidad no se puede decir el nombre de las empresas con la que se negocia.
En este sentido, debo decir que muchas de las decisiones se toman en Madrid, por eso urge la agencia allí. Tenemos que estar. Por eso debemos abrir una oficina física. Económica y comercial. Hay que aprovechar el gran lobby de los asturianos fuera de Asturias y sumar sinergias.
-¿Cómo se convence a las empresas de que Asturias es una tierra atractiva para asentarse?
-Si seguimos haciendo las cosas de la misma manera, los resultados serán los mismos. Necesitamos sumar las sinergias de mucha gente. El proyecto de Asturias va más allá de un tema electoral. En algunas cosas debemos tener mucha más unidad. Pongamos por delante lo que nos une, no siempre la diferencia y la desconfianza. Necesitamos liderazgos fuertes y colaboración público privada.
Así es como se convence a las empresas de que somos tierra de oportunidad. Debemos ser inteligentes y dotarnos de mecanismos que sean atractivos, como lo de los nómadas digitales. No estamos inventando nada. Hay muchas medidas que se pueden coger de otros sitios y adaptarlas a Asturias.
Por ejemplo, a ver si de una vez se tramita la ley de agencia de innovación, pero que no sea solo cambiar la denominación. Debe servir para atraer innovación. Esa innovación debe ser el motor de cambio. En mi opinión, la apuesta de Barbón por la ciencia es la mejor decisión de su gobierno. Ese es el camino.