Xosé Antón González Riaño: «Que no se logre la oficialidad sería como si venciera el discurso de la intolerancia»

Xosé Antón González Riaño preside la Academia de la Llingua Asturiana (ALLA) en un momento en el que la oficialidad se perfila como un horizonte posible a corto plazo, de talante conciliador aboga porque los partidos que suman la mayoría reforzada encuentren un consenso viable en esta legislatura tras la primera toma de contacto de los grupos. Tras haber lamentado la «injerencia» de la Academia Galega esta semana en el debate del Principado ha advertido también sobre la importancia de rechazar discursos de crispación social.

-Después de un periodo en navidad de demoras acumuladas en las conversaciones entre los partidos abiertos a la reforma, ha habido una primera toma de contacto ¿cómo la han percibido en la Academia? 

-Ahora lo veo con un poco más de optimismo porque se retomaron las conversaciones, el clima entre las cuatro fuerzas políticas creo que es de búsqueda de una síntesis que permita lograr un acuerdo y que se haga lo más rápido posible para iniciar la tramitación en la Junta General y que dé tiempo a que la reforma del Estatuto se complete con la aprobación en el Congreso de los Diputados de España. Creo que las fuerzas políticas son conscientes de la responsabilidad histórica que tienen y, desde luego, la Academia habla con todas y siempre se nos transmite la convicción de lograr una reforma del Estatuto que incluya la oficialidad del asturiano. Desde ese punto de vista son optimista.

-Las valoraciones de los grupos son variadas pero las divergencias todavía son intensas.

-Soy consciente de las dificultades pero también sé que para el partido del gobierno de Asturias las cuestiones culturales son importantes, sé que para Izquierda Unida la demanda de la oficialidad forma parte tradicional de su ideario político, sé que en Podemos pasa lo mismo y sé que hay una gran sensibilidad en Foro; y un propósito compartido por lograrlo. Nos parece que, a pesar de las dificultades, finalmente se logrará ese acuerdo tan necesario después de 40 años de reivindicación.

-En el caso de Foro se han postulado demandas, como rebajas fiscales, que escapan al ámbito estatutario.

-Yo no quiero entrar a analizar los planteamientos de cada uno de los partidos. Cuando hablo con ellos, y la academia habla permanentemente con las cuatro fuerzas, lo que nos transmiten es que hacen propuestas en un planteamiento abierto al diálogo. Yo no voy a entrar en lo que pide cada uno, la academia percibe que hay planteamientos que forman parte de una negociación en la que unas cosas se logran y otras no. Las estrategias de cada partido en una negociación tienen que dilucidarse con generosidad e inteligencia.

-También ha mantenido encuentros con el PP ¿cree que en algún momento se sumará al diálogo sobre la oficialidad?

-Para mí el PP es muy importante porque es un partido de estado, que tiene opciones de gobierno y para hacer una política lingüística el acuerdo con el PP es fundamental. No sé qué posición van a tomar en la reforma del estatuto pero, desde luego, estoy seguro de que si la reforma se logra finalmente en 2023 con la aprobación en el Congreso de los Diputados; estoy seguro y es algo necesario, que e PP participe en el consenso sobre la ley autonómica que va a desarrollar el estatuto. Estoy seguro de que va a ser así y que será una garantía para poder hacer política lingüística con pactos mínimos entre las grandes fuerzas políticas a nivel estatal.

-En el momento presente en que se debate la oficialidad del asturiano está marcado también por estrategias de polarización y usted ha señado que es una cuestión que le preocupa.

-Si en este momento no se logra la oficialidad del asturiano la percepción social en Asturias sería que los discursos de la intolerancia y la crispación vencen; y eso para una sociedad democráticamente madura como Asturias sería dramático. La percepción del triunfo de los planteamientos, la estrategia y los eslóganes incendiarios; que hacen del cumplimiento de mandato constitucional una fractura social que no existe en Asturias por ningún lado. Y es una cuestión que se debe tener en cuenta.