La Voz de Asturias

Los bosques asturianos, un paliativo para el cambio climático y la despoblación

Asturias

Juan González Oviedo
La investigadora en gestión de montes Asunción Cámara Obregón mantiene un encuentro con la Agencia Efe en Gijón

La investigadora en gestión de montes Asunción Cámara Obregón, afirma que «algún día la industria tendrá que pagar a los titulares de montes públicos y privados para compensar las emisiones contaminantes que las masas forestales retienen como si fueran sumideros de CO2»

17 Oct 2021. Actualizado a las 13:07 h.

Los bosques de Asturias, por su capacidad de retener partículas de carbono presentes en la atmósfera, pueden convertirse en un elemento de «primer orden» en la lucha contra el calentamiento global y contribuir a frenar el proceso de despoblación rural, según la investigadora en gestión de montes, Asunción Cámara Obregón.

«Algún día la industria tendrá que pagar a los titulares de montes públicos y privados para compensar las emisiones contaminantes que las masas forestales retienen como si fueran sumideros de CO2», ha dicho a EFE Cámara Obregón, galardonada con el Premio Talgo a la Excelencia de la mujer en la Ingeniería.

Desde 2017, esta mujer, directora de la Escuela Politécnica de Mieres, investiga los efectos de árboles y plantas en la absorción de CO2, y actualmente desarrolla en colaboración con la empresa Hunosa un proyecto para reconvertir la superficie de las antiguas minas de carbón en sumideros de contaminación. 

La geografía asturiana tiene características especiales para entrar en el «nuevo negocio» que se abre a partir de la decisión de la Unión Europea para que las empresas que contaminen compensen sus emisiones con inversiones en instalaciones de captura de CO2 o en repoblación forestal. Casi la mitad del dióxido de carbono acumulado en los bosques de España, más de 186 millones de toneladas, se encuentra en los árboles de Galicia, Cataluña y Castilla y León, y el 7%, poco más de 13 toneladas, en Asturias, según datos del Foro de Bosques y Cambio Climático.

Los árboles son los principales sumideros naturales del planeta, acumulan grandes cantidades de carbono en la madera y en el ecosistema a través de la fotosíntesis, absorben CO2 de la atmósfera, almacenan una parte y devuelven oxígeno y son más eficientes que otros sistemas de captura que se están desarrollando. Cámara Obregón considera necesario reorientar la gestión en selvicultura hacia esta nueva forma de entender la explotación forestal, que podría sumar un valor añadido a las actividades tradicionales como la maderera. Es imprescindible una buena gestión de los montes para mantener el equilibrio, prevenir incendios y posibilitar que los propietarios de masas forestales pueden obtener una renta por el beneficio al medio ambiente.

La investigadora está convencida de que la actividad económica derivada de este proyecto contribuirá a fijar población en la zona rural, aunque será necesario complementarla con otras medidas sociales y servicios. La orografía del terreno en Asturias hace difícil la mecanización de los trabajos en los montes, por lo que se necesita más mano de obra que en otras regiones, una buena gestión con el añadido de una mayor rentabilidad hará que mucha gente prefiera volver a los pueblos, ha explicado.

Las investigaciones realizadas durante los últimos 12 años, especialmente en las cuencas mineras, se han basado en medir las masas forestales existentes mediante sistemas terrestres y satelitales, y las zonas susceptibles de reforestación. Además se ha buscado determinar la capacidad de las distintas especies para capturar carbono y se han analizado otros aspectos como la distancia de separación entre cada planta, la ubicación de cortafuegos y viales de acceso.

Los árboles de rápido crecimiento como el pino y el eucalipto son los que absorben mayor cantidad de carbono que las de crecimiento lento y pueden llegar a retener hasta el 20% de su peso. Cámara Obregón ha considerado que se debe revertir la mala imagen que tiene el eucalipto en Asturias basada en que es una especie foránea y en la «idea equivocada» de que es perjudicial para el medio ambiente porque consume abundante agua.

La idea de ampliar masas forestales como sumideros para la contaminación atmosférica está presente en el Protocolo de Kioto, que establece la forestación, reforestación, el restablecimiento de la vegetación y la gestión de tierras agrícolas, bosques y pastos como actividades prioritarias.


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