Virología prepara un sistema de diagnóstico en 24 horas de la variante delta
Asturias
La cepa británica sigue siendo la predominante en Asturias con más del 80% de los casos
09 Jul 2021. Actualizado a las 05:00 h.
El laboratorio de Virología del HUCA ha sido a lo largo de toda la pandemia, y especialmente en los momentos de mayor incertidumbre en la primera ola, uno de los pilares de la lucha contra el coronavirus en Asturias. Fue crucial para poder realizar PCR de forma masiva y ha emprendido numerosos avances en la identificación de las distintas mutaciones que han ido llegando al Principado. También lo harán con la variante delta, según explica el jefe del Laboratorio, Santiago Melón, que señala que están a la espera del reactivo necesario para poder poner en marcha un diagnóstico rápido, de 24 horas, para identificar un positivo por esta cepa.
«Lo hicimos con variante británica, con la sudafricana», explica Melón, aunque el reactivo que se precisa se demora un poco más de lo habitual. «Seguimos pudiendo diagnosticarlo pero con una tecnología más lenta, más laboriosa. En un época normal tendríamos el reactivo en una semana pero desde hace año y medio hay muchísima demanda en todo el mundo, las casas que comercializan estos productos son muy pocas y están saturadas».
La variante delta ha despertado no poca preocupación precisamente en un momento en el que la campaña de vacunación avanza a muy buen ritmo pero también en un contexto en el que la llegada de los meses del verano ha hecho dispararse los contagios en la población más joven, que no ha recibido ninguna dosis y tiene más movilidad. Algunos expertos han apuntado que el peligro de esta variante se encuentra en que reduce la eficacia de la vacuna en quienes sólo han recibido una administración, y hay un grupo, el tramo entre 60 y 69 años, con más riesgo y que más retrasado en la pauta completa (ya que AstraZeneca requiere más espacio temporal entre las dos tomas) por lo que se ha acelerado esa inoculación a la décima semana.
¿Hay razones para la preocupación? ¿Pues llegar a extenderse la variante delta hasta ser predominante en Asturias como a comienzos de año ocurrió con la británica? De momento no lo parece según indica Santiago Melón. «Desde que apareció en Asturias andamos detrás de ella pero la variante británica sigue siendo entre el 80% y el 85% de los casos, la delta tampoco puede asociarse a los grupos más jóvenes, hay un pequeño brote, de unos 15 casos, de la sudafricana pero es algo mínimo si tenemos en cuenta que estamos contando más del centenar de positivos al día».
Para el jefe del Laboratorio de Virología las causas del incremento de contagios en las últimas semanas tiene mucha más relación con una relajación en las medidas de protección que con ninguna mutación del virus que aumente su capacidad de transmisión. «También pasó con la británica en enero, que llegó cuando había un pico pero que tenía más que ver con los viajes y las fiestas de navidad que con la cepa».
A su juicio, en la actualidad está ocurriendo un episodio similar. «Más que en una mutación con más transmisibilidad, hay que pensar en la apertura de fronteras, en que volvemos a salir todos sin mascarilla, en el ocio nocturno o en las situaciones que sean en las que te relajas y te quitas la mascarilla o no hay distancia social».
Con una diferencia fundamental frente a todas las olas anteriores: las vacunas, porque su eficacia es una evidencia. «Es brutal, aunque puede haber reinfecciones, la incidencia es mucho menor». Y lo más importante, las hospitalizaciones también han caído drásticamente.
Los datos del balance de las últimas 24 horas ofrecidos por la Consejería de Salud son un ejemplo de este contexto. Los positivos estás disparados y el miércoles se detectaron 475 casos, una cifra que no se daba desde el pasado mes de febrero. Y, sin embargo, en la misma jornada no se registró ninguna muerte y la presión asistencial está contenida. Seis ingresos en planta, uno en la UCI frente a nueve altas hospitalarias. La ocupación en los hospitales asturianos baja del 1,93% al 1,81% y, en el caso de las UCI, del 4,03% al 3,69%.
En este sentido, Santiago Melón llamó a conjugar la prudencia con evitar el alarmismo y a tener en cuenta que «parece que tenemos que acabar con el virus pero parece que se nos olvida que eso va a ser muy difícil. Nos tenemos que acostumbrar a vivir con el virus. Cuando lleguemos a la inmunidad de grupo le va a costar más mantenerse aquí, pero erradicar un virus es prácticamente imposible. Se consiguió con la viruela, pero no es lo mismo erradicación que eliminación, por ejemplo, y que significa que por lo menos no circula tan libremente».