Asturias recuperará el cheque bebé: ¿sirve para impulsar la natalidad?
Asturias
Areces y Álvarez-Cascos establecieron dos tipos distintos de ayudas con escaso impacto en el declive demográfico
01 Jul 2021. Actualizado a las 10:54 h.
Que las políticas de freno al declive demográfico en Asturias han cruzado la línea de la urgencia desde hace años es evidente. La comunidad está viviendo una campaña de vacunación exitosa en los grandes números gracias al esfuerzo de sus profesionales sanitarios pero también como consecuencia de que su elevadísimo envejecimiento la hizo ponerse en primera fila cuando comenzó el reparto de las dosis. La última encuesta del INE dejó además a Asturias a los pies de una barrera psicológica definitiva, apenas 18.000 personas la separan de bajar del millón de habitantes, un descenso ya inevitable y que en el debate de este semana en la Junta General llevó al presidente Adrián Barbón a abrirse a la posibilidad de recuperar las ayudas directas a la natalidad, el conocido como cheque bebé, que funcionó en distintas fases a comienzos de este siglo.
Fue en un anuncio, en todo caso, vinculado por Barbón a que lleguen a aprobarse unos nuevos presupuestos y también con una perspectiva a la largo plazo, estudiando el marco de esas ayudas y a qué nivel de rentas beneficiaría. En el debate, a preguntas planteadas por el portavoz de Foro, Adrián Pumares, Barbón apuntó que las iniciativas sobre demografía deben ser transversales y con continuidad en el tiempo para poder ver resultados. Las que existieron en Asturias se prolongaron durante los mandatos de Vicente Álvarez Areces (especialmente como complemento a las aprobadas a nivel estatal por Zapatero) y después en la breve presidencia de Francisco Álvarez-Cascos y tuvieron su final, en plena época de recortes generales y con las cuentas públicas muy menguadas, con Javier Fernández en la sede de Suárez de la Riva. ¿Cómo eran esas ayudas, tuvieron un impacto real en los nacimientos?
El cheque bebé de Zapatero fue ya medida estrella de un mundo ya desaparecido y arrasado por la Gran Recesión. A los 2.500 euros por bebé que concedía el Ejecutivo Central, el gobierno asturiano de Areces sumó otros 500 que en diferentes convocatorias llegaron a beneficiar a alrededor de 12.000 personas. Pero ya hubo un debate serio sobre su pertinencia en su momento por su carácter universal. Las ayudas eran para todos los padres, independientemente de su nivel de renta, los había para los que 3.000 euros era un buen pellizco que ayuda en los primeros días de paternidad y los había para los que sólo era una propina que no necesitaban en absoluto.
Francisco Álvarez-Cascos extendió durante su mandato, de apenas un año, su propia iniciativa también de carácter universal. Se trataba de un monto de 2.000 euros pero no en efectivo sino como una suerte de cupón que sólo podía gastarse en productos destinados al nacido (o adoptado) y para ser gastados en comercios establecidos en el Principado, así que eran estos negocios los beneficiarios de la ayuda. Este cheque bebé no tuvo continuidad ya que terminó en la siguiente legislatura con la victoria de Javier Fernández quien afrontó de forma más intensa los rigores de la crisis. ¿Fueron efectivas esas ayudas? Para ser justos un análisis real hubiera necesitado que fueran prolongadas en el tiempo pero lo cierto es que no, apenas tuvieron ningún impacto.
En la evolución de la población asturiana en las últimas décadas, tomando los datos del padrón municipal recogidas en el INE, se aprecia que el declive demográfico (que comienza con intensidad a mediados de la década de los 80 del siglo pasado) nunca ha dejado de detenerse salvo un brevísimo intervalo entre 2007 y 2009. Son años que coinciden con el cheque bebé de Zapatero y el complemento de Areces pero ese pequeño repunte de dos años, ganando unos 20.000 habitantes, tiene más que ver con el aumento de la inmigración en la etapa final expansiva de finales de la primera década del siglo XX y antes del estallido de la gran crisis y la burbuja inmobiliaria en España.
El último año ha sido peculiar, en Asturias y en todo el mundo, a consecuencia de la pandemia y ello ha tenido un impacto singular en los movimientos de población. En términos globales, el Principado ha perdido habitantes, también ha sido el primer año en mucho tiempo en el que concejos de ámbito rural han crecido por el traslado de muchas personas que buscaron vivir en esos entornos en vez de los urbanos.