Natalia Lorenzo, psicóloga: «Hay 67 veces más muertes por suicidio que por violencia de género y no se habla de ello»
Asturias
La psicóloga explica por qué se debe hablar del suicidio y da pautas de cómo los medios de comunicación deben informar y no ocultar el tema
27 May 2021. Actualizado a las 05:00 h.
El suicidio es una de las principales causas de muerte en España y, concretamente, Asturias se sitúa a la cabeza. Si se comparan los datos con los relativos a los principales problemas sociales, «hay más del doble de muertes por suicidio que accidentes de tráfico y 67 veces más que por violencia de género». Sin embargo, este sigue siendo un tema tabú. Ante estas situaciones la sociedad opta por el silencio, a pesar de que es algo que nos pueda afectar a todos en algún momento de nuestras vidas. «Es fundamental que se hable de ello porque cualquiera persona que está desesperada puede barajar suicidarse. No es tan anormal, otra cosa es que se realice. Es algo a la orden del día, pero no se habla de ello como cualquier otro problema grave como los accidentes en carreteras o la violencia de género. No podemos olvidarnos del suicidio», asegura Natalia Lorenzo, coordinadora del grupo de investigación Psicología en Emergencias y Catástrofes del colegio oficial de psicólogos del Principado.
En este sentido, la experta advierte de que este acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada no tiene porqué estar relacionado con padecer una enfermedad mental. «El mayor factor de riesgo que puede inducir al suicidio es no tener ninguna esperanza en la vida. Las personas cuando barajan esta opción es porque creen que ya han probado todo y, por tanto, lo ven como la única solución a los problemas», detalla y añade que «sin embargo, no es la opción correcta porque los contratiempos, aunque parezca que no son temporales y esta decisión es para siempre, sin retorno».
No obstante, todo individuo que tiene intención de suicidarse alerta previamente de ello. «De cada diez personas que se suicida, ocho ha dado un tipo de aviso», subraya la experta. Sin embargo, la forma de expresarlo es muy variada. «Algunas lo dicen directamente: ‘me quiero morir’, ‘yo esta vida no la aguanto’ o ‘me voy a suicidar’. Otros en cambio, empiezan a regalar sus objetos personales muy valiosos, reparten la herencia o, incluso, dejan de cuidarse: no comer, no asearse… Se trata de una serie de conductas que nos pueden dar señales de que piensa en acabar con su vida», indica Lorenzo.
Asimismo, advierte de que «si una persona nos comenta que se quiere suicidar hay que pedir ayuda psicológica inmediatamente o invitarle a ello porque no tendremos la estrategia o los recursos suficientes para apoyarle». De esta manera, Lorenzo asegura que una vez en manos de los expertos, el profesional competente analizará la desesperanza que el individuo tiene, qué problema le ha llevado a eso, y le dará pautas para solucionar el contratiempo, en definitiva, le ofrecerá razones para vivir.
Los medios de comunicación, principal agente de prevención
También anima a hablar sobre ello porque se ayuda a impedirlo. «No se fomenta nada, al contrario, cuando sospechamos que hay una idea suicida hay que dialogar abiertamente sobre esta intención porque la persona se sentirá aliviada con gente que no lo juzgará y sabe que le dará una valoración objetiva», reconoce. En este sentido, los medios de comunicación juegan un papel primordial. «La prensa, la radio, la televisión e, incluso, las redes sociales son uno de los principales agentes de prevención. Por eso, el próximo sábado día 5 vamos a dar un webinar sobre el tratamiento de la información de suicidio», declara.
Por tanto, ¿cómo se debe abordar este tipo de cobertura? «Lo importante es tener cuidado al informar. Informar que ha sido un suicidio, dejarlo claro, no ocultarlo, pero no dar detalles específicos como, por ejemplo, el método usado. Tampoco se deben acompañar los datos con fotografías escabrosas. Además, hay que hablar de los indicadores de riesgo, de las señales de advertencia, así como proporcionar los recursos que existen como el teléfono de la esperanza. En definitiva, se trata de mostrar a la persona que está con la misma problemática que no vea el suicido como alternativa», aclara.
De la misma manera, Natalia Lorenzo incide en la trascendencia de las campañas de sensibilización. «No se hace ninguna al respecto y es fundamental. Al igual que se hacen sobre la violencia de género o del alcoholismo, del suicidio también se deben de hacer y, además, a todos los niveles y sectores», lamenta y sentencia con que «si no hacemos nada seguiremos igual o peor. Hay que tomárselo muy en serio, sobre todo si escuchamos a familiares o amigos con intento de suicidio, porque hablamos de terminar la vida de una persona».