Parques eólicos en entredicho: la cara oculta de los molinos de viento
Asturias
El delegado de SEO/BirdLife en Asturias, la diputada de Podemos Asturies, Nuria Rodríguez, el alcalde de Taramundi y una vecina de Lourido explican cómo las infraestructuras traerán consigo pérdidas ambientales, sociales y económicas
07 May 2021. Actualizado a las 09:38 h.
Las empresas de renovables han hecho una apuesta decidida por instalar parques eólicos en Asturias debido a la favorabilidad del viento. Actualmente en la región hay 45 solicitudes para poder implantar aerogeneradores, tal y como ha asegurado la directora de Energía, Minería y Reactivación, Belarmina Díaz. Unos proyectos con los que se generarían 780 nuevos megavatios a sumar a los 611 que ya están en funcionamiento o en proceso de estarlo en el Principado. De esta manera, se ayudará a frenar al cambio climático, pero, se ocasionarán problemas de diversa índole. De acuerdo con Nicolás López Jiménez, delegado de SEO/BirdLife en Asturias, Nuria Rodríguez, diputada de Podemos Asturies, César Villabrille, alcalde de Taramundi y una vecina de Lourido, en San Tirso de Abres, las infraestructuras traerán consigo pérdidas ambientales, así como sociales y, por ende, económicas.
1. Impacto paisajístico
Uno de los principales efectos que produce la implantación de parques eólicos es el visual, que suele generar un gran rechazo social. Por lo general, los aerogeneradores miden más de 150 metros de altura y algunos incluso alcanzan los 200 metros. «Aunque los molinos no se pueden establecer cerca de las casas, si miras al horizonte siempre vas a verlos porque son más altos que la torre de la Catedral de Oviedo», asegura Nuria Rodríguez. Un impacto que «dependiendo de la zona, repercutirá en el turismo rural y, por ende, a los negocios del sector», especifica César Villabrille y añade que «también se va a perder paisaje porque por donde deben pasar las líneas eléctricas hay que talar árboles». Por tanto, «si abres la ventana y lo primero que ves son eólicos, en vez de pura naturaleza, se te van a quitar las ganas de ir al pueblo», lamenta la parlamentaria.
2. Contaminación sonora
Otro de los inconvenientes de los aerogeneradores es el ruido que provocan. «Dependiendo en la zona en la que te encuentres y cómo de fuerte tire el viento se escucha más o menos. Es muy incómodo porque es como si tuvieses un zumbido dentro de la oreja», asegura una vecina de Lourido, de San Tirso de Abres. Además, este ruido también afecta a la fauna. «Especialmente a los que emiten sonidos en la época reproductora como pueden ser las aves o los anfibios, ya que la imposibilidad de comunicarse acústicamente puede provocar una disminución en las tasas de reproducción», detalla Nicolás López.
3. Contaminación lumínica
Además, como los aerogeneradores suponen un obstáculo para la navegación aérea, por motivos de seguridad, cuentan con balizas luminosas de color blanco y rojo, producen sobre el entorno contaminación lumínica. Un impacto que es especialmente significativo en aquellas zonas donde hay una alta concentración de dichas turbinas eólicas. «Eso estropea el paisaje nocturno y hace que, por ejemplo, lugares como Allande que buscan conseguir una etiqueta de cielo limpio donde se pueda apreciar perfectamente las estrellas se vean perjudicados por los mismos», lamenta López.
Asimismo, esa iluminación artificial puede modificar las pautas de comportamiento natural de la fauna. «Es capaz de desorientar a las aves y ciertos anfibios en sus procesos de migración, así como alterar la cadena trófica modificando el equilibrio entre depredador y presa o, incluso, cambiar los ritmos circadianos y reproductivos», detalla el especialista. También puede generar molestias a las personas «por intrusión lumínica en viviendas y deslumbramiento en vías de comunicación».
4. Muerte por colisión de miles de aves y murciélagos
Otro de los riesgos de los parques eólicos es que, por lo general, los animales voladores no consiguen esquivar las aspas de los aerogeneradores y el impacto produce una mortalidad directa. «La mayoría de las palas tienen mucha altura y como en esas zonas elevadas hay niebla, los pájaros no logran ver distendidamente y chocan contra ellas», asegura López. Además, el experto indica que en el caso de que sobrevivan, les pueden producir lesiones debido a la turbulencia que generan los motores. Por el momento, «ya han fallecido más de 6.000 especies y algunas de ellas protegidas».
5. Muerte de millones de insectos
También las palas de los aerogeneradores son causantes de la muerte de millones de insectos. «Muchos de ellos claves en la polinización y la apicultura como pueden ser las abejas melíferas», detalla López. Una situación que resulta «especialmente grave» en el caso de centrales situadas en las rutas de especies de insectos migratorios, como, por ejemplo, las mariposas.
6. Efecto Barrera
Asimismo, los parques eólicos suponen una obstrucción al movimiento de las aves, tanto en las rutas de migración o entre las áreas que utilizan para la alimentación y el descanso. «Este efecto barrera puede tener consecuencias fatales para el éxito reproductor y supervivencia de la especie porque las aves, al intentar esquivar los parques eólicos, sufren un mayor gasto energético que puede llegar a debilitarlas», explica el delegado de SEO/BirdLife en Asturias. Un efecto que también perjudica a los grandes carnívoros como el oso pardo, «aunque este los evita».
7. Fragmentación y destrucción de hábitats
Por su parte, la liberación de terreno para implantar parques eólicos lleva consigo la destrucción de hábitats. «El trasiego de personas o vehículos durante las obras, así como el ruido que generan los aerogeneradores suponen unas molestias para la fauna que pueden ocasionar a que éstas eviten las zonas donde están emplazadas, viéndose obligadas a desplazarse a otros hábitats», aclara López. Además, especifica que el problema surge cuando estas áreas alternativas no tienen la suficiente extensión o se encuentran demasiado lejos porque el éxito reproductivo y supervivencia de la especie puede llegar a disminuir.
En esta misma línea, Nuria Rodríguez señala que la ganadería sería la principal perjudicada, puesto que para colocar los aerogeneradores habrá que crear pistas, desbrozar zonas y, por tanto, «no habrá superficies de pasto». Asimismo, el tendido eléctrico que «provoca electromagnetismo» hará mella en el sector ganadero. «Esto puede poner en jaque a las explotaciones que producen en ecológico porque igual no pueden continuar con el sello o, incluso, habrá personas que no quieran consumir esos productos», apercibe la parlamentaria.
8. Ocupación y degradación del terreno
También la obra civil necesaria para la implantación de parques eólicos pone en jaque la geomorfología del terreno. «El levantamiento y movimiento de tierras, no sólo en el emplazamiento final de los aerogeneradores, sino en las zonas colindantes en las que frecuentemente se construyen subestaciones, tendidos eléctricos de evacuación, vías de acceso para trasladar la maquinaria, etc. pueden acentuar el riesgo de erosión», reconoce Nicolás López.
9. Pérdida de sumideros de carbono
Además, la deforestación y la pérdida de suelo provocan que desaparezca la cubierta vegetal existente en el terreno y, de esta manera, se elimina un sumidero natural de carbono. «Especialmente en el caso de aquellas centrales eólicas que se sitúen en zonas forestales arboladas», detalla López. Por eso, «si se conservan los bosques asturianos, las emisiones de la región serían completamente neutras. En este sentido, el Principado es un referente y de esta manera puede ayudar a luchar brutalmente contra el cambio climático», asegura López.
«Si se conservan los bosques asturianos, las emisiones de la región serían completamente neutras»
10. Pérdida de servicios ecosistémicos
También, tal y como detalla López, con la implantación de parques eólicos desaparecen los beneficios proporcionados por la fauna, la flora o los ecosistemas como pueden ser el control biológico de plagas, la polinización, la regulación del clima, la eliminación de cadáveres y propagación de enfermedades, entre otros muchos aspectos.
11. Impacto social
Por último, otro de los grandes problemas que generan los parques eólicos es la destrucción de empleo y el fomento de la despoblación rural. «Las empresas de renovables apenas generarán puestos de trabajo. Según nuestras estimaciones se crearán 123 empleos en todos esos proyectos que están sobre la mesa. Además, llevarán a que se cierren ganaderías, que van de generación en generación, y, también, que otros sectores como el turismo se vean perjudicados», asegura Nuria Rodríguez. En esta misma línea, el delegado de SEO/BirdLife en Asturias detalla que «para la construcción de un parque de tamaño medio se tarda seis meses solo se genera empleo en la fase de construcción. Luego queda personal de mantenimiento, que es un número muy bajo y además está formado por profesionales muy especializados. «No dan miles de puestos como dicen las empresas», añade y se pregunta que «quién quiere irse a vivir a los pueblos si apenas podrán obtener ingresos ahí».
Además, tampoco habrá una gran compensación económica por parte de las empresas de renovables. «Los ayuntamientos recibirán un 3,5% de los beneficios que obtengan y además las compañías están ofreciendo alquileres de 5.000 euros al año a propietarios en zonas ganaderas. Es una miseria», subraya Rodríguez. Unos contratos raquíticos pero que los dueños van a tener que aceptar porque, tal y como reconoce López, «las sociedades se justificarán con la ley de expropiación forzosa del año 55». «Es una vergüenza, deberían de dar, por lo menos, la energía gratis a quienes habitan en esas zonas», clama.
La planificación, clave para implantar energías renovables
Por tanto, debido a estas razones, todos ellos exigen la paralización de la implantación de parques eólicos en el Principado. «Tiene que existir una planificación con criterios técnicos, ambientales, sociales y económicos claros en los que haya participación ciudadana. Además, la planificación tiene que ser sometida al procedimiento de evaluación ambiental estratégica», clama la vecina de Lourido. En esa misma línea, el alcalde de Taramundi reconoce que «hay que apostar por las energías renovables, pero de una forma comedida, controlada y organizada. En el municipio tienen pensado poner una docena de parques y es algo impensable». Por ello, solicita una reunión con el consejero de Industria para abordar la situación y ver cómo realmente afectan. «Las empresas intentan preséntatelo todo muy bonito con grandes inversiones y que puedes cobrar un dinero, pero el parque tiene vida para muchas décadas y generaciones y hay que conocer las ventajas y desventajas», sentencia.
Por su parte, Nicolás López sostiene que se debe primar primero la eficiencia energética, el autoconsumo y la reducción de consumo. Asimismo, defiende que hay que utilizar suelo industrial o urbano para evitar para que haya una pérdida de patrimonio natural. También clama porque se realice un adecuado estudio del impacto medioambiental de los parques eólicos. «Este debe de hacerse en su conjunto. Hay que tener en cuenta todas las centrales y todas las infraestructuras derivadas de la mismas como son las pistas o los tendidos eléctricos», subraya.
En esa misma línea, aboga por que se instalen paneles fotovoltaicos en Asturias para conseguir así energías renovables. «En Alemania y en algunas zonas de Reino Unido ya se está haciendo y funciona muy bien. Asturias tiene muchas más horas de luz que estos países y puede llenar sus tejados de placas solares. De esta manera, habría municipios que energéticamente podrían ser independientes, con un consumo neutro», afirma. Asimismo, el delegado de SEO/BirdLife en Asturias resalta que «el Principado ha sido durante muchos años motor y donante energético» y, por tanto, «es hora de que no lo sea». «Esta labor debe trasladarse ahora a otros sitios de España donde el impacto de la instalación de parques eólicos es casi o totalmente nulo. Pero claro, a las empresas no les interesa porque no se lucran tan rápido porque en otros puntos de la península no tira tanto el aire como aquí...pues que pongan más aerogeneradores», indica.
«El Principado ha sido durante muchos años motor y donante energético. Es hora de que no lo sea»
También Nuria Rodríguez defiende que «tiene que haber una apuesta clara por las energías renovables, pero tiene que hacerse con cabeza». Además, añade que «hay que proteger la actividad ganadera, a los vecinos y a los alcaldes de los intereses de las grandes compañías». De esta manera, aboga por que se utilicen otro tipo de energías renovables para que no afecten al entorno rural como, por ejemplo, aerogeneradores sin aspas. «Asturias ya sacrificó todo lo que tenía que sacrificar. Ha perdido la minería y la pesca va casi por el camino», sentencia la diputada de Podemos Asturies.