La Voz de Asturias

Pablo Fernández: «No está sobre la mesa retrasar el toque de queda ni ampliar horarios en hostelería antes de Semana Santa»

Asturias

Luis Fernández Redacción Consejero de Salud del Principado
Pablo Fernández, consejero de Salud del Principado

El consejero de Salud recuerda que Asturias sigue en riesgo alto por coronavirus y pide que se evite la euforia

01 Mar 2021. Actualizado a las 05:00 h.

La evolución de la pandemia es favorable en Asturias pero la situación sigue siendo preocupante. Pablo Fernández, consejero de Salud, reconoce que la «fatiga pandémica» hace mella y que todo el mundo quiere que se alivien las restricciones, pero considera que no es el momento. Tomar decisiones precipitadas podría echar por tierra los resultados conseguidos, motivo por el que asegura que no está sobre la mesa levantar medidas antes de Semana Santa. Ni retrasar el toque de queda ni ampliar el horario en hostelería y comercios. Tampoco se levantará el cierre perimetral antes del 9 de mayo, fecha en la que finaliza el estado de alarma. Las buenas noticias llegan por el lado de la vacuna. «Asturias está preparada» para la vacunación masiva del segundo trimestre, defiende Fernández, quien mantiene el objetivo de inmunizar al 70% de la población antes de que acabe el verano. Precisamente del ritmo de llegada de esas vacunas dependerá cómo vaya a ser el periodo estival. 

-Salud está relajando las restricciones en los concejos donde la incidencia ha sido mayor en las últimas semanas pero insiste en que no está en marcha ninguna desescalada. ¿Cómo definiría la situación actual?

-No podemos hablar de desescalada, no estamos en esa situación. En algunos municipios, ante situaciones especiales de un riesgo extremo, aplicamos medidas más extremas de restricción y lo que se está haciendo es retirar esas medidas excepcionales, que eran locales, y quedarnos en la restricción basal de toda Asturias. Ha sido interesante hacerlo así porque hemos conseguido no someter a tensiones muy importantes a municipios para los que eso suponía poco beneficio. En la gran mayoría, creo que en 58, no se aplicaron estas restricciones y tuvieron los beneficios de las generales. Estas últimas no hemos comenzado a quitarlas.

«No se ha detectado en Asturias ninguna de las nuevas variantes, a excepción de la británica»

-¿Se ha detectado alguna variante nueva, además de la británica, en Asturias?

-No, de momento no. A nivel de España hay pocos casos de las que más preocupan, además de la británica, como son la brasileña y la sudafricana. Aquí por el momento no hay ninguno. Hay que decir que desde el principio estamos bien situados en cuanto a diagnóstico gracias al laboratorio de Virología del HUCA. Nos dio capacidad de hacer PCR, la prueba principal, y estamos a punto de llegar al millón de PCR realizadas en Asturias. No solo en el HUCA porque luego se extendió a más centros. Ahora se están haciendo otras pruebas que detectan las nuevas variantes y la secuenciación genómica. El laboratorio está participando en una red integral para una buena monitorización y tenemos gran capacidad de detectarlo pronto. Estamos acostumbrados, pero no es lo habitual en otras partes del país. Hay que decir que la presencia de la británica en toda España es desigual. En algunas comunidades es minoritaria y en otras, como en Asturias, ya supone más del 80%. Es la predominante y esto tiene especial importancia.

-¿Cuáles han sido las principales diferencias entre esta tercera ola y las dos anteriores?

-Vemos diferencias importantes. Actualmente ya hemos alcanzado el pico de la tercera ola y estamos en una situación descendente pero a un nivel muy alto de riesgo. Si miramos la tercera ola, hay diferencias respecto a otras comunidades. En el conjunto de España el impacto de la última ha sido mayor que las anteriores, Nosotros tuvimos claro desde el principio, con grandes restricciones en navidades, que el objetivo era retrasar la tercera ola y que llegara lo más tarde posible para vacunar a la población más vulnerable. Ese trabajo nos funcionó, de manera que ahora vemos que gracias a la vacunación se consiguió que afecte menos a los mayores de 80 años y que la mortalidad esté siendo menor que en la segunda ola en ese rango de mayores 80 años y, especialmente, en los de las residencias. Esto no es fortuito. Había un objetivo claro, de ahí las restricciones que aplicamos en Navidad.

-En la segunda ola, a medida que la incidencia bajaba y se rebajaba el nivel de alerta fijado por el Sanidad se relajaron las restricciones. La comunidad acaba de salir del nivel extremo en transmisión. ¿Está previsto a corto plazo relajar alguna de las medidas que están en vigor?

-Todavía es pronto. Estamos bajando y estamos satisfechos pero tenemos el riesgo de caer en la euforia al pensar que como venimos de una situación mala y mejoramos, ya estamos bien. El nivel de transmisión es alto y el asistencial es muy alto, sobre todo por las UCI. No es el momento de estar relajando medidas todavía. Nosotros lo que es la aplicación de restricciones lo hacemos según un documento, consensuado en octubre entre las comunidades y el Ministerio, de actuaciones de respuesta coordinada. En ese documento, según los niveles de riesgo se van adaptando las medidas. Seguiremos trabajando con esa base, pero hemos visto que no es lo mismo el momento de entrar en restricciones que el de salir. Cuando hay una tendencia a empeorar, hay que entrar enseguida porque hay una inercia de los contagios. Desde que se toman las medidas hasta que tienen efectos pasan semanas. Para salir es al revés. Debes esperar a una estabilidad de bajada. Si quitas las restricciones rápido y no baja la incidencia creas un problema. Además, pensemos que no estamos descendiendo tan rápido. El número de diagnosticados se ha estabilizado y eso nos preocupa.

-Hablemos de medidas concretas. ¿Se plantea retrasar el toque de queda más allá de las 22.00 horas antes de Semana Santa?

-No lo estamos planteando. Estamos preocupados porque la incidencia ha dejado de descender. Veremos si seguimos bajando o no. Entiendo el fenómeno de la fatiga pandémica. Todos tenemos la necesidad de recuperar la normalidad, pero lo acaba de decir, por ejemplo, el TSJA por segunda vez a los hosteleros. Las medidas hay que tenerlas en cuenta, no solo por los perjuicios individuales sino por los colectivos que supondría quitarlas. Todo esto hay que analizarlo con calma y prudencia. Estamos acostumbrados a ver cifras altas de fallecimientos y eso no puede ser normal.

«Estamos acostumbrados a ver cifras altas de fallecimientos y eso no puede ser normal»

-¿Y el horario de la hostelería y el comercio más allá de las 20.00?

-Todas las decisiones políticas que estamos tomando están siendo muy rigurosas y siguiendo fielmente las consideraciones técnicas. En una situación de tanta incertidumbre, prima el rigor y los técnicos no están poniendo sobre la mesa estos temas.

-Acaban de ampliar el horario en los supermercados hasta las 21.00 para evitar aglomeraciones. ¿Se ha registrado algún brote en estos establecimientos?

-El horario en los supermercados no se amplía porque se hayan detectado brotes. El Ministerio publica todas las semanas una clasificación con el origen de los brotes. Se identifica si es origen laboral, social… Entre los laborales sí que ha habido alguno en los supermercados, como en otros centros trabajo, pero no es esa la causa. Los técnicos han llegado a la conclusión de que en este momento, una actividad esencial como la compra de alimentos puede ir hasta las 21.00 horas sin suponer un peligro adicional. Como beneficios anexos, se ha considerado que favorecía que hubiera menos aglomeración, por ejemplo, en cuanto a los que acaban de trabajar a la misma hora y accedían a la vez a algunas tiendas. En cualquier caso, ya tenían restricciones de aforo y esta medida les ayuda a cumplir ese aforo.

-El horizonte al que siempre se refiere el presidente es el 9 de mayo y el fin del estado de alarma. ¿Qué escenario se imagina a partir de ahí?

-Lo primero que hay que decir es que la Semana Santa no va a ser como nos gustaría, pero sí habrá Semana Santa. Lo que no vamos a hacer es levantar el cierre perimetral de Asturias en esas fechas y lo vamos a mantener al menos hasta que se acabe el estado de alarma, el 9 de mayo. Se está trabajando a nivel de comunidades y ministerio en buscar un acuerdo para esas fechas de Semana Santa. Tal como hemos expresado, en navidades debió ser un acuerdo sobre medidas restrictivas, no sobre flexibilizaciones. No podemos facilitar una Semana Santa en la que estén las personas con más movilidad e interacción de la aconsejable. Por tanto, independientemente de ese acuerdo, mantendremos el cierre. Pero lo que hagan otros nos importa porque lo que pasa en un sitio afecta a los demás, y no solo en las comunidades que tenemos alrededor.

«Si conseguimos tener a mucha población vacunada podemos tener un buen verano, pero dependemos de muchos factores externos»

-¿Cómo prevé que sea el verano? ¿Habrá más o menos restricciones que en el de 2020?

-Es pronto para aventurarse. El objetivo sería poder conseguir que mucha población esté vacunada. El objetivo es que esté el 70% de la población diana antes de que acabe el verano. Ello va a depender de las dosis que nos vayan llegando a España y a Asturias. Dependemos de lo que llegue. Tenemos potencialidad de vacunación, estamos desde el principio con porcentajes de vacunación muy altos por la estrategia de vacunar muy rápido a los más vulnerables, y esto nos está dando beneficios. Si conseguimos tener a mucha población vacunada podemos tener una situación mejor, pero dependemos de muchos factores externos.

-Salud anunció la semana pasada que espera cuadruplicar el número de vacunas recibidas en las próximas semanas. ¿Tiene Asturias capacidad para administrar ese volumen?

-Respecto a las previsiones de envíos se producen muchas variaciones. Muchas veces, el Laboratorio Central Europeo avisa a los países de que las farmacéuticas van a enviar, por ejemplo, la mitad por problemas logísticos. Nosotros estamos pendientes de lo que llegue. Veo difícil que lleguen tantas, pero ojalá fuera así. Y si así fuera estamos preparados. No me gusta hablar de cifras porque no se pueden crear expectativas y que luego haya desilusiones, pero está claro que estamos capacitados para administrar una gran cantidad de vacunas. Se están poniendo en marcha dispositivos especiales, como con la de la gripe, y se está vacunando en pabellones deportivos, en recintos para exposiciones… y todo esto está siendo eficaz. Tenemos una capacidad de vacunación alta, estamos a la cabeza de España, y está funcionando. 

-¿Qué pasa con Moderna? ¿Por qué solo ha entregado 6.300 vacunas en dos envíos?

-Tiene menos capacidad de producción que las otras pero no se ha salido de lo previsto. Esperamos sobre todo que llegue Pfizer, que ya aumentó la semana pasada, y AstraZeneca. Se espera que en marzo se apruebe la de Janssen, y que su distribución comience en el segundo trimestre. Esta tiene una ventaja clara que es que solo hace falta una dosis.

-¿Sigue pensando que es un objetivo realista vacunar al 70% de la población antes de que acabe el verano?

-Nosotros seguimos trabajando con ese objetivo. Va aumentando la distribución y la capacidad de las dosis mes a mes y veremos si se siguen aprobando más vacunas. Nosotros seguimos teniendo ese 70% como referente.

-¿Cuántos grupos de vacunación han completado ya el proceso? ¿Cuántos de los 84.000 mayores de 80 años residentes en sus casas han recibido ya la primera dosis?

-En Asturias hemos administrado más de 115.000 dosis y aproximadamente 40.000 personas tienen la vacunación completa -las dos dosis-. Los grupos 1 y 2, que son los usuarios y los profesionales de las residencias y el personal sanitario y sociosanitario de primera línea están completos. No están todos porque hubo que retrasar algún caso porque había un brote, pero están la mayoría. El Ministerio acaba de actualizar la estrategia y de definir nuevos grupos. Ya hay 9. En Asturias, estamos vacunando el grupo 3 de forma progresiva con el grupo 4 y el 5, que es el de mayores de 80 años. Hay que recordar que, dependiendo de la edad, se administra una vacuna u otra. Los mayores de 55 reciben la de Pfizer o la de Moderna y los menores de esa edad que pertenecen a los grupos diana, la de AstraZeneca.

«Seguimos con rigor el guion de la estrategia de vacunación publicada por el ministerio»

-¿Por qué en algunas comunidades, como Galicia, se está vacunando a profesores y aquí no?

-Probablemente por la complejidad de gestionar los grupos anteriores. Nosotros estamos siguiendo con rigor el guion de la estrategia publicada por el ministerio. Es lo normal. Si tuviéramos dificultad para vacunar a algún grupo de estos, es licito no quedar parados e ir al siguiente grupo. Como se hace la operativa en Asturias nos están poniendo como ejemplo en España y fuera. Es eficaz y tiene beneficios ya, por lo que consideramos que nuestro guion es bueno. 

-Podemos denuncia que han despedido a 70 rastreadores. ¿Cómo lo justifica? ¿Van a contratar a más?

-Este tema lo explicó bien el vicepresidente Juan Cofiño. No ha habido despidos. Lo que hay que tener en cuenta es que los profesionales contratados en este dispositivo no son personal fijo de la administración. Tienen contratos temporales. Desde que trabajamos en este sentido, antes del verano, se están haciendo contratos a medida de las necesidades. El objetivo es mantener la calidad de un sistema por el que nos ponen como ejemplo porque somos los que menos demora tenemos en la información y tenemos una gran capacidad de detectar contactos estrechos y estudios de los brotes y rastreo. No todas las comunidades lo tienen. Los contratos se van a ir haciendo sin escatimar a tenor de las necesidades. El objetivo es que no se ponga en riesgo la calidad del sistema.


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