El texu asturiano que cumple 300 años
Asturias
Para celebrar y dar a conocer su origen a los visitantes, los vecinos han colocado una placa conmemorativa junto al emblemático árbol
20 Feb 2021. Actualizado a las 05:00 h.
El texu de Montovo cumple tres siglos. Para celebrar y dar a conocer su origen a los visitantes, los vecinos han colocado hoy una placa conmemorativa junto al emblemático árbol. El ejemplar, situado en la localidad de Belmonte de Miranda, es de los pocos que se conoce la fecha de su plantación y el nombre de quien la promovió: fue sembrado el 20 de febrero de 1721 por el párroco Domingo de Alba de la Vega, como así lo recoge el Libro de Casados y Difuntos de la parroquia de San Martín de La Iguarda, en Miranda.
Una fecha que no fue elegida al azar. En ese momento, la luna estaba en cuarto menguante, momento idóneo para la plantación de los texos y también coincidió con el inicio de la cuaresma, «tiempo en el que nuestra alma se regenera». Por tanto, este ejemplar representa el espíritu de los habitantes de Montovo y el vínculo que tienen con la tierra y con sus antepasados. Por ello, se ha convertido por antonomasia en el símbolo de esta aldea asturiana.
El texu es capaz de regenerarse pero no de reproducirse
El texu no es árbol cualquiera, sino que se trata de un árbol muy peculiar: es el único que crece al revés. Además, se desarrolla de forma enredada y desordenada, desde sus ramas hacia la raíz. De esta forma, va regenerando y cubriendo su tronco. Tal es su capacidad de renovación que es capaz de emitir brotes a través de sus yemas durmientes, incluso en su tronco tan grueso. De esta manera, se recupera fácilmente de los cortes y podas que permiten mejorar su salud. Asimismo, debido a que tiene flores masculinas y femeninas es capaz de adaptarse a casi cualquier clima y altura.
Con temperaturas más templadas y húmedas y suelos fértiles se favorecen ejemplares hembra, mientras que si las temperaturas son más frías o secas y el terreno es pobre suelen ser machos. Se han dado casos de ejemplares en los que una parte del árbol o una rama era de sexo distinto al del resto. En el caso del de Montovo sus flores son hembras y resultan visibles a finales del invierno. Además, su fruto madura a principios del otoño. Sin embargo, el texu presenta una gran dificultad para reproducirse por medio de sus semillas por eso no hay bosques de texos.
La edad del texu se determina por el diámetro de su tronco
Esta especie es una de las más longevas de Europa e, incluso, de la Tierra. En cambio, a diferencia de otros árboles, el corte de su tronco no nos indica su edad. Con el paso de los años va perdiendo sus anillos y alrededor de su viejo tronco, por lo general, crecen muchos troncos desde sus ramas. Por ello, la única referencia para determinar aproximadamente su edad es el diámetro que ha alcanzado su tronco. En este sentido, el texu de Montovo con sus 300 años de antigüedad tiene un perímetro de 4 metros. En cambio, el Cazorla en Jaen que tiene unos 2.000 años cuenta con un perímetro de 9,15 metros y el de Bermiego de unos 1.000 años, con 7,70 metros.
También sus hojas son igualmente de perdurables. Estas viven unos ocho años, frente a los seis de las del pino o el laurel. Asimismo, el texu también destaca por su madera. Esta es la más dura, la que mejor se conserva a la intemperie y la más resistente. Por eso, es muy apreciada para tallar piezas y mangos de utensilios, debido también a su elasticidad y ese color rojizo que tanto la caracteriza. En la antigüedad, fue muy utilizada para fabricar arcos y ballestas.
Todas las partes del árbol son venenosas y pueden provocar la muerte
La única desventaja que presenta este árbol es su efecto tóxico. El texu en su corteza, hojas y semillas contiene una especie de sustancia venenosa. Esto hace que, a pesar de ser el símbolo de la fertilidad, sea considerado el árbol de la oscuridad y de la penumbra. Los griegos y latinos llegaron a denominarlo como el «Árbol de la Muerte». Motivo porque el que, en Asturias, fuera de los lugares sagrados no era bienvenido. Solo se encuentran en zonas rocosas y en valles poco accesibles. En Montovo, por ejemplo, existen varios ejemplares diseminados por toda la parroquia y donde más se dejan ver es en el valle de Tejedo.