Las reinas de velutina ya se están despertando: así se hace y se coloca la trampa perfecta
Asturias
El especialista en la avispa asiática Juan Prado enumera los siete consejos para que la estrategia del trampeo, que ya debería comenzar en la costa, sea eficaz
17 Feb 2021. Actualizado a las 15:26 h.
Este año se parte de cero con la campaña de la avispa asiática, o vespa velutina, en Asturias porque no hay nidos del año pasado que hayan llegado con actividad, como venía ocurriendo hasta ahora, a febrero. «A estas alturas de mes, el año pasado todavía estábamos retirando algún nido del año anterior porque los inviernos venían muy suaves. Este año, con el temporal que tuvimos en el puente de la Constitución y con el de Filomena se acabaron los nidos. No se ven ya con actividad», asegura el ingeniero agropecuario y especialista en la vespa velutina Juan Prado, que asesora en Asturias sobre esta especie y que explica que ya se han retirado en la costa asturiana un par de nidos embrionarios «de alguna reina que ya despertó».
El trampeo, teniendo además en cuenta que no hay actividad proveniente del 2020 -que se saldó con un balance de 8.605 nidos eliminados y 124.921 reinas capturadas en las casi 7.900 trampas instaladas en toda Asturias-, es sin duda una gran oportunidad para seguir atacando a esta especie invasora que tanto daño hace con una estrategia conjunta en toda la comunidad para la que es imprescindible registrar todas las trampas que se coloquen en la plataforma AvisAp.
«Registrar las trampas es fundamental para saber dónde estamos trampeando porque así en otoño, cuando aparezcan los nidos, tendremos una información muy importante de cara a ir aprendiendo dónde hay que reforzar los trampeos y dónde estamos fallando», indica Prado, que valora especialmente las iniciativas conjuntas que han ido surgiendo para hacerle frente a la velutina en los concejos a través de los propios ayuntamientos, de las agrupaciones de Protección Civil, de las asociaciones vecinales y de los crecientes grupos antivelutina.
«La gente se anima a unirse y en algunos ayuntamientos se han formado asociaciones municipales que, al principio, eran para trampear, que hicieron una labor bestial y que ya han dado el siguiente paso al eliminar los nidos también», añade el especialista, que aporta siete consejos para que la estrategia de este primer e importantísimo trampeo sea lo más eficaz posible.
1. Cómo se hace la trampa
Prado recomienda que sea lo más selectiva posible para evitar que entren en ellas otros insectos polinizadores fundamentales para la reproducción de plantas y cultivos. Para ello, aconseja que en la parte superior de la botella se realicen dos agujeros enfrentados con un diámetro de entre 8,5 milímetros y un centímetro. «Eso ayuda mucho porque hay muchos insectos como abejorros, mariposas o polillas que no van a entrar», explica.
La manera más sencilla de hacer estos agujeros de entrada sería con una broca para madera de entre 8 y 9 milímetros, pero ya advierte de que no se encuentran tan fácilmente en las ferreterías: «La alternativa es buscar un hierro con ese calibre y calentarlo al fuego para hacer los agujeros».
Justo debajo de las entradas, se haría la misma operación con los agujeros de salida, también enfrentados, que deberían tener un diámetro de entre 4 y 7 milímetros y para los que se puede utilizar una broca también para madera de entre 5 y 6 milímetros que sí se encuentra en cualquier ferretería, o un clavo de un tamaño aproximado. Las medidas idóneas serían 8,5 milímetros para las entradas y entre 4 y 5 milímetros para las salidas.
En los agujeros de entrada, como se muestra en la fotografía superior, aconseja colocar una campanilla y, en el interior de la botella, un corcho o algún otro elemento que flote en el líquido atrayente. «Se pretende que lo que no sea avispa asiática no muera en la trampa y pueda escapar. Las salidas son para que los insectos más pequeños puedan salir y se suelen poner debajo de las entradas porque si hay alguna velutina que va a la salida atraída por el olor, automáticamente va a encontrar la campana que le va a conducir a la entrada».
Prado explica que la botella de la imagen está en estudio con el objetivo de ponerla a disposición de los miembros de la Asociación Pro Personas con Discapacidad Raitana, de Villaviciosa, para que así puedan complementar su financiación con su venta, a un precio económico, como ya hacen con pajareras de madera.
2. Cuál es el atrayente que mejor funciona
Muy sencillo: agua, azúcar y un poco de levadura. «Cuanta más azúcar mejor, que no se sea roñoso con el azúcar porque la fermentación es la que va a atraer a las avispas», indica Prado, que también propone utilizar sidra natural y azúcar.
«Vale sidra vieja que se tenga por casa. La sidra ta lleva las levaduras que hacen fermentar el azúcar», explica, advirtiendo de que no debe utilizarse vinagre como conservante en absoluto. «Ahora vamos a bucar la acción de las levaduras y el vinagre, en vez de ayudar, entorpece. No viene bien». Si la botella es de litro y medio, aconseja utilizar un vaso abundante de estos atrayentes.
3. Cada cuánto se cambia el atrayente
«Siempre me hacen esa pregunta, pero depende mucho del tiempo», indica Prado, que explica que «no es lo mismo una trampa a la que le está dando el sol 15 días que te vengan 15 días de frío que es como si la tuvieras metida en la nevera». Lo idóneo es cambiar el atrayente cada dos o tres semanas como media y, si hace calor cada 15 días.
4. Dónde se coloca la trampa
Los requisitos del lugar perfecto para colocar las trampas de velutina son dos: sol y flores. «Las trampas siempre se ponen donde les de el sol ya desde por la mañana, porque el aroma funciona cuando el líquido del atrayente se calienta. Además las avispas no son tontas, ellas a la sombra no andan. Van al sol. Ese es el primer requisito y, el segundo, que siempre tienen que colocarse entre las flores».
A Prado, para explicar el por qué de este segundo requisito, le viene a la cabeza una trampa que vio en alguna ocasión colgada en una marquesina de autobús. «Las avispas no cogen el autobús. Además, hay que tener en cuenta que la velutina puede oler una trampa cuando está a un metro o a dos metros de ella, a 25 metros no la huele y, ¿a dónde van las avispas? A las flores y, en el caso de que no haya flores, al agua porque necesitan mucha para construir los nidos y para todo». Por lo tanto, en el caso de que en la zona en la que se necesita colocar una trampa no haya flores, aconseja situarla cerca del agua, a uno o a dos metros de una fuente o de un lavadero. «Al sol siempre, ineludible, y siempre entre las flores o cerca del agua», insiste.
5. Cuántas trampas deben colocarse
«A veces entras en un jardín que lo tiene todo, camelias, azaleas, cítricos, nísperos o limpiabotellas, y tienen trampas en todo. No, no se necesitan tres trampas en un mismo jardín. Si una trampa está bien colocada, siempre entre flores y al sol, en 200 metros a la redonda no hacen falta más», asegura Prado.
Pone otro ejemplo ilustrativo, recordando una ocasión en la que estuvo asesorando al vecindario de Belmonte de Miranda: «Mirando en todo el pueblo con tres trampas les bastaba para tenerlo cubierto. De la que entraba en coche ya vi dos sitios perfectos, al lado de río y con sol. No hacen falta más. Si no van el primer día irán esa semana, pero acabarán apareciendo».
Es decir, el truco está en colocar menos trampas pero mejor repartidas y más estratégicamente situadas siempre «buscando flores y agua». Otro consejo es que, si se van a colocar cinco trampas, «mejor que pongan cuatro y que dejen una en reserva para, llegado el momento, apoyar en un sitio en el que vean que están cayendo las avispas»-
6. Cuándo se debe empezar a trampear
El mejor momento para colocarlas, al menos en la costa, es cuanto antes. «En todo caso, se podría perfectamente empezar en marzo. Igual hay alguna avispa por ahí que ahora no la coges, pero ya caerá en marzo porque las reinas están trabajando hasta que tienen hijas que trabajan por ellas». Y, como en la actualidad, las reinas están despertando para hacer sus nidos embrionarios, poner los huevos y cuidar las larvas, hasta abril o mayo no va a haber obreras que ayuden a la madre.
«El problema es que cuando hay hijas, la madre ya no sale del nido y el trampeo ya no ayuda. Cogemos muchas avispas pero ya no es eficaz. Ahora es interesante trampear sobre todo en la costa, en cuanto sabes la propia climatología retrasa el ciclo de la avispa», explica Prado, que recuerda que los nidos que aparecieron ya se localizaron precisamente en concejos costeros.
Las fechas idóneas para empezar a trampear, por lo tanto, son el 1 de marzo -«da igual una semana antes que después»- en la costa y, cuanto más hacia el interior, a partir de principios o mediados de abril. «Depende mucho del tiempo», recuerda Prado, «porque si viene un temporal ahora de frío te las retrasa y las fastidia mucho. Matas muchas, porque muchas que han despertando ya andan por ahí, pero no son capaces de volver a hibernar y las machaca».
7. Cómo se registra la trampa en AvisAp
Se realiza a través de la propia plataforma, a la que se accede a través de este enlace, pero Prado recuerda que casi todos los ayuntamientos asturianos empiezan a tener un coordinador municipal para la velutina, que aparte de saber cómo se trampea tiene como función ayudar en este registro. «Si tienen dificultades para acceder a la plataforma, que pregunten en el ayuntamiento quién o en la casa de cultura, en donde tengan ordenadores, para que les ayuden a registrarlas».