De guardia y de descanso: así vivirán dos médicas la Nochebuena en tiempos de pandemia
Asturias
Trabajan en una UCI y recomiendan no relajarse y mantener las medidas de protección para que la transmisión del virus no se vuelva a desbocar
24 Dec 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Laura Álvarez es médica intensivista en la UCI del Hospital San Agustín, de Avilés. Rocío Fernández es médica de urgencias en el Hospital de Arriondas. La primera ha elegido trabajar esta noche. La segunda pasará la velada en casa. Sin embargo, para ninguna será una Nochebuena normal ni de guardia ni de descanso. La pandemia no entiende de fechas especiales ni fiestas navideñas, y ellas que han estado en primera línea de covid desde el pasado mes de marzo saben mejor que nadie lo que es luchar contra el virus que tanto ha trastocado la vida de todos.
Así, en estos días recomiendan no relajarse y mantener las medidas de protección para evitar que la transmisión del virus se vuelva a desbocar y provoque la tan temida tercera ola, una ola que Rocío Fernández, considera que «no depende tanto de la Navidad sino del comportamiento individual como sociedad, que deberíamos estar teniendo desde el mes de marzo».
Una noche intensa en la UCI
Para Laura Álvarez la Nochebuena de hoy será una noche intensa. En la UCI del Hospital San Agustín están ingresados 14 pacientes covid, además de enfermos con otras patologías, así que su expectativa de poder parar en algún momento es pequeña. Su forma de ver esta guardia es que será como otra noche cualquiera de guardia porque la atención a los pacientes críticos no varía sea Nochebuena o cualquier otra noche del año. De hecho, por experiencia sabe que «hay Nochebuenas buenas y malas y guardias de Nochevieja en las que ni siquiera pudimos comer las uvas». Si tiene que buscar una diferencia con las guardias de otras navidades, la que encuentra es que habitualmente en la UCI suele haber un médico y en estos tiempos de pandemia son dos los que hacen las guardias.
Esta médica explica que, teniendo en cuenta que alguno de los días festivos iba a tener que hacer guardia, eligió la Nochebuena porque su madre, auxiliar de enfermería, también tendría que trabajar esta noche. Eso les da margen para poder reunirse en Nochevieja, aunque pone por delante que «la celebración va a ser poca». Se reunirán sólo los que tienen contacto habitual, «pero nada de abuelos, tíos o primos. No nos vamos a juntar con más familia. Cada uno en su casa», señala sin titubear conocedora de la crítica situación que se vive en los hospitales.
«Esta enfermedad es real, así que pido a la gente que se cuide, porque hay que estar ahí para verlo», manifiesta Laura Álvarez, que admite que le «fastidia» oír hablar a la gente de que detrás hay teorías conspiratorias o políticas. «La gente que se fíe de lo que dicen los sanitarios y que se cuide mucho, porque sino esto no va a terminar», dice con el pesar de haber estado al frente en la segunda ola de la covid-19. Es más, no oculta que «psicológicamente ha sido dura» y en parte lo achaca a que ahora ha habido «gente más joven y más grave, y es duro», insiste. Y el miedo. «Pasas miedo cuando lo ves por la familia y por mis mayores», dice la médica intensivista, que agrega que en esta situación al agotamiento se añade la presión de no hacer nada mal, por ejemplo, a la hora de colocarse el equipo de protección individual.
Así, pone sus «esperanzas» en la vacuna, un antídoto con el que considera que «habrá casos pero sin tanta saturación», y es que a raíz de la pandemia se han tenido que doblar el número de camas de UCI para atender a los casos COVID y a quienes necesitan estar en cuidados intensivos por otras patologías.
Reunión familiar muy restringida
Rocío Fernández, por su parte, tendrá la oportunidad de vivir esta Nochebuena en casa pero, señala, será una reunión familiar muy restringida: «Sólo yo con mis padres. Solos nosotros tres. Mi hermano y su familia en esta ocasión no acudirán y a él intentaré verlo por separado en otro momento y en un espacio exterior». Pese a lo restringido de la reunión que celebrará, señala que mantendrán las medidas de seguridad, como es mantener la distancia de seguridad y, muy importante, la ventilación. «En casa de mis padres el salón tiene un ventanal grande para ventilar, y como somos menos, pues comeremos más separados», explica también a modo de recomendación para los casos en los que se vayan a juntar dos grupos de convivencia.
En su caso asegura que no se ha realizado ninguna prueba diagnóstica de cara a reunirse con sus padres. «No creo que los test sirvan para estos objetivos. Tienen utilidad para separar, no parar la economía y hacer una vida más normal, pero no para esto», comenta la médico de urgencias del Hospital de Arriondas, que pone de manifiesto que las pruebas PCR o los test de antígenos son «una secuencia temporal» que no garantizan que no te vayas a contagiar. A lo que alude es «al comportamiento individual como sociedad, que deberíamos estar teniendo desde el mes de marzo» para tratar de que no se produzca una tercera ola tras las fiestas navideñas.
No obstante, la misma considera que «pararlo todo es un error» y aunque ve necesario que haya restricciones y limitaciones de aforo, asegura que no entiende algunas medidas que se han tomado desde la administración, como el toque de queda tan prematuro, cuando «a estas alturas los sistemas de alertas deberían estar en funcionamiento para no volver a confinarnos en casa».
Como balance, Rocío Fernández manifiesta que estos últimos meses inmersos en una pandemia ha sido «un periodo muy oscuro de nuestra vidas y los sanitarios estamos muy cansados pero nos han podido la superación». Por ello, a pesar de toda la situación y las circunstancias excepcionales de estas fiestas, concluye que «yo soy de las que cree que estas Navidades hay cosas que celebrar».