Brecha en la educación pública: «Este curso el fracaso escolar va a ser morrocotudo»
Asturias
El IES Astures de Lugones, con cerca de 800 alumnos matriculados, impartirá clases semipresenciales. Su director considera que esos estudiantes «están en situación de agravio» por falta de inversión del Gobierno de Barbón
30 Sep 2020. Actualizado a las 05:00 h.
En el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Astures de Lugones el equipo directivo y los profesores hicieron todo lo posible para mantener la presencialidad: reorganizaron espacios, tiraron los tabiques en dos aulas, eliminaron las aulas de las materias específicas (música, inglés, tecnología…), acondicionaron la biblioteca como aula e, incluso, la cafetería como sala de profesores anexa… Todo con el objetivo de preservar la presencialidad de las clases. Sin embargo, con una matriculación creciente que eleva este curso el número de alumnos a casi 800, ocho grupos de primero de ESO, otros tantos de segundo y la convicción de que todo los estudiantes de segundo de Bachillerato debían acudir a clases todos los días, este centro es uno de los que tendrá que impartir clases semipresenciales para tercero y cuarto de la ESO y primero de Bachillerato. «El único del concejo de Siero», resalta el director de este instituto, Mario Prendes, que critica que vaya a ser así «por una cuestión económica, porque hay falta de inversión». La consecuencia que en su opinión se va a derivar de ello es que «la brecha social será más grande», con lo que prevé que «este curso el fracaso escolar va a ser morrocotudo».
Prendes habla con cierta frustración en este comienzo de curso porque entiende que en el caso del centro que dirige se podrían haber buscado alternativas. Si bien asegura que en el edificio aprovecharon todos los espacios disponibles que tenían porque el edificio responde a unas características, añade que en el exterior hay suficiente espacio para colocar aulas provisionales y así haber garantizado la presencialidad para el cien por cien del alumnado. El mismo plantea esta opción ante el desconocimiento del grado de ocupación que tiene el edificio municipal de servicios múltiples de reciente construcción que hay frente al instituto.
El caso es que con 16 grupos de primero y segundo de ESO que absorben prácticamente todo el centro y tras haber tenido que habilitar dos aulas COVID, los esfuerzos del equipo directivo del IES Astures se dirigieron a habilitar espacios «para que los de segundo de Bachillerato pudieran venir», comenta el máximo responsable del centro, que considera que los alumnos que tendrán clases semipresenciales «están en situación de agravio» cuando en el resto de institutos del municipio están impartiendo todos los niveles de forma presencial.
«Están hipotecando a una generación»
Ante esta situación, Mario Prendes pregunta cuándo van a estar disponibles las webcam y ordenadores anunciadas por la Consejería de Educación, aunque duda de que la red de banda ancha sea la adecuada para soportar clases en streaming. Con eso y con todo, apostilla que la enseñanza online «no es lo mismo que la enseñanza presencial» y teme que la semipresencialidad agudice la brecha social dependiendo de si las familias pueden buscar apoyo particular para los alumnos, lo cual califica de «castigo económico». «Están hipotecando a una generación», manifiesta el director del IES Astures, que entiende que después de tantos meses de parón para los estudiantes, muchos no van a conseguir ponerse al día con la enseñanza semipresencial y, por tanto, «se van a perder muchos estudiantes». Así vaticina que «este curso el fracaso escolar va a ser morrocotudo».
Desde luego deja claro que no será por falta de implicación del profesorado, que asegura que con el sistema de semipresencialidad «tienen una carga lectiva mucho más grande» en tanto que tienen que desarrollar programas a la carta, además de adaptar las programaciones para dar la máxima materia posible. No obstante, señala que «aunque se intente recortar, hay cuestiones que los profesores tienen que explicar y exponer a los alumnos». Para él una prueba de esa necesidad es que en todos los institutos se ha intentado garantizar que segundo de Bachillerato pudiera acudir de forma presencial. El hándicap, a su entender, será para los alumnos de primero de ese nivel, que no podrán avanzar toda la materia y en tanto que se les va a evaluar de ella, tendrán que hacer «un esfuerzo añadido muy grande».
¿Cómo se controla la asistencia cuando están en casa?
Otra de las preocupaciones de Mario Prendes como director, profesor y padre es si lo alumnos de 14 y 15 años tienen el suficiente grado de responsabilidad y autonomía para hacer una jornada lectiva completa la mañana que se quedan en sus casas. «¿Quién controla la asistencia?», se pregunta el mismo, que encuentra contradictorio que por un lado se esté recomendando que los menores no estén solos y que se controle como interactúan en internet «y ahora muchos se van a quedar solos porque en la mayoría de los casos ambos padres trabajan», apunta el responsable del instituto Astures, que insiste en que por cuestiones económicas no se haya garantizado la presencialidad cuando «la educación es un derecho constitucional» y se podrían haber buscado soluciones para ello.
En el caso de su centro, comenta que ya en el mes de junio advirtió a la Consejería de Educación de que podría tener problemas para dar cabida a todos los alumnos si se estipulaba distancia de seguridad, pero que no se buscaron alternativas ni hubo implicación para dar soluciones pese a que desde el ayuntamiento notificaron los espacios a disposición. Así, lamenta que los criterios pedagógicos no hayan primado por encima de otros, como pueda ser la falta de inversión. Con esta situación, no descarta que sea «un año movido de huelgas», apunta Mario Prendes.
Buena respuesta del alumnado
El director del instituto Astures manifiesta, por otro lado, que la organización del centro en cuanto a los accesos y horarios de entrada y salida «está funcionando» y que la respuesta del alumnado ha siendo buena.