Vegadeo, la vida a un puente de distancia del rebrote
Asturias
El occidente de Asturias se solidariza con A Mariña y reclama extremar precauciones para evitar que al impacto económico de la primavera se sume uno añadido en verano
06 Jul 2020. Actualizado a las 17:17 h.
Pasado el mediodía del domingo se dio una plazo hasta la medianoche para que todo aquel que no fuera residente en la comarca lucense de A Mariña abandonara sus concejos o tendría que permanecer allí durante cinco días, el territorio se cerraba a las 00.00 horas, vuelta al confinamiento tras recrudecerse el rebrote de contagios que había ido aumentando a lo largo de la semana pasada. En la frontera con Asturias, al otro lado de Eo, la clausura representa algo más que un regreso a los escenarios de cuarentena que marcaron los meses de primavera, los lazos que unen a los vecinos de uno y otro lado de la ría ni sólo son económicos y laborales sino que con frecuencia son también familiares. Al temor al impacto económico de la vuelta al confinamiento se une además que el occidente asturiano vivió el apogeo de la pandemia como uno de los territorios menos afectados en su estallido (en algunos concejos no se registró ni un solo caso y el Principado valoró al comienzo de la desescalada que pudiera avanzar de fase a un ritmo más rápido que el resto de la comunidad) por lo que el miedo a la enfermedad se ha vuelto más crudo al tenerlo ahora más cerca, apenas a unos kilómetros, a un puente, de distancia.
Y, pese a todo, el alcalde de Vegadeo. César Álvarez, es la voz del sosiego en medio de la tormenta. «Lo vivimos con mucha tranquilidad porque sabemos perfectamente que los brotes se van a dar, tenemos que transmitir esa tranquilidad a la población y ser muy responsables para que, cuando surja una sintomatología, acudir lo más rápidamente a los centros de salud para minimizar los brotes». Asturias ha sumado este lunes su vigésimo quinto día sin que se registren nuevos positivos, un caso único en el conjunto de comunidades y que, sin embargo, se ve amenazado por el resugir del Covid-19 en A Mariña. De hecho la estadística se mantiene por un pormenor burocrático, la semana pasada comenzó con la detección del contagio de una asturiana que, sin embargo, al trabajar y residir en la provincia de Lugo, se computó como positivo en la comunidad vecina.
Las llamadas a extremar las precauciones han sido una constante de las últimas horas por parte de las autoridades sanitarias. Pero a la inquietud por los contagios no deja se sumarse, como una sombra, la desazón por el impacto económico ahora que la reapertura parecía que empezaba a consolidarse. «Hay un problema añadido, una consecuencia, que es económica porque estamos en pleno verano. Económicamente perder la primavera es un mazazo, pues imagínate si sumamos perder el verano»; destaca César Álvarez.
El regidor señaló que la solidaridad con sus vecinos al otro lado de la ría es la tónica predominante. «Aquí la frontera es administrativa, social y culturalmente, y tambien laboralmente, aquí no entendemos el río Eo como una frontera sino como un punto de unión. Aquí hay gente que trabaja en Ribadeo y gallegos que trabajan en Asturias, tenemos no solamente lazos de familia, gente que se casa a un lado y el otro, sino que vivimos todos de todos, la gente que viene a Galicia también viene a Asturias».
Las peregrinas en taxi
Y viceversa. No hubo colas para abandonar A Mariña en las horas de la tarde, antes de que llegara la última medianoche, pero a Vegadeo llegaron en la tarde del domingo dos peregrinas que hacían el Camino de Santiago y se toparon el anuncio del cierre en pleno recorrido, apenas antes de que cayera la noche con lo que se iba a interrumpir su paso por las siguientes etapas. «Nosotros nos pusimos en contacto con la Guardia Civil y primero se les aconsejo derivar y escoger el Camino Primitivo, pero ellas querían continuar con el camino histórico de la costa y entonces se les dio la opción de usar el transporte público». Fueron en taxi hasta Abadín, saltándose las etapas que les hubieran hecho pasar por Trabada, Lourenzá y Mondoñedo, que se quedaron en la zona confinada. En principio por cinco días, pero podrían aumentar en función de cómo evolucionen los contagios.
El regidor de Vegadeo insistió en todo caso en su mensaje de calma y de mantener las medidas de precaución, de acudir cuanto antes a un centro de salud si se sospecha que hay síntomas para evitar ante todo, la transmisión comunitaria. «No podemos echarle la culpa a nadie sino minimizar cuando surja y eso es labor de todos», recalcó Álvarez quien descartó que, por el momento, se vayan a tomar medidas adicionales de protección.
En Valdés, el Ayuntamiento emitió un bando recordando que el uso de mascarilla es obligatorio en espacios públicos y anunciando el cierre de dos albergues de peregrinos. Además anunciaron que valorarán si se celebrarán festejos de agosto como la sardinada y reparto del bollo de San Timoteo. Desde el Principado se apeló ayer a los vecinos del occidente de Asturias a que redujeran la actividad social.
«Las precauciones ya se están llevando y son muy intensas en todos los lados, la población es muy consciente de las medidas; el mayor problema que tenemos es cuando estamos en nuestro círculo de confianza y tendemos a desprotegernos, ahí es donde hacemos más hincapié, tenemos que entender que el enemigo lo tenemos en casa y tenemos que guardarnos las espaldas porque sin querer podemos ser transmisores sin saberlo», señaló Álvarez.