La Voz de Asturias

Cofiño: «Esgrimir una dicotomía entre salud o economía como hace Madrid solo alimenta a los populistas»

Asturias

L. Ordóñez
Juan Cofiño

El vicepresidente de Asturias, Juan Cofiño hace balance de la primera semana de desconfinamiento en el Principado

17 May 2020. Actualizado a las 09:40 h.

Es la mano derecha de Adrián Barbón desde que llegara a la presidencia del Principado. Como vicepresidente y consejero de Infraesructuras, Juan Cofiño ha sumado a sus responsabilidades en la crisis sanitaria la coordinación del programa autonómico de desescalada. A finales de la primera semana en la que Asturias ha pasado la fase 1 hace balance con cierta satisfacción pero también con una llamada a la prudencia para no perder lo logrado hasta ahora y califica de «populismo» el intento de plantear una dicotomía entre el cuidado de la salud y el relanzamiento de la economía.

-Asturias entró en la fase 1 esta semana, ¿qué balance hace de esa entrada? Desde el Gobierno asturiano han sido constantes las llamadas a la precaución, ¿les preocupa cómo se ha desarrollado?

-Todos sabíamos que la desescalada es la fase más delicada y es algo de lo que no hay experiencias previas. La desescalada es una cuestión de disciplina social que pasa por el convencimiento personal de que este es un problema individual que afecta al conjunto. Estamos en la primera fase y este va a ser un proceso lento en el tiempo, que nos va a tomar un par de meses; y en los primeros días hemos advertido, efectivamente, algunos puntos de indisciplina en paseos, en terrazas. Quiero pensar que es porque fueron los primeros días porque había mucha necesidad de salir. Parece en estos últimos días se ha estabilizado un poco más y que la gente ha reconsiderado la posición. Pero la alerta tiene que estar vigente, las personas tienen que convencerse de que, del éxito de una desescalada correcta y pautada, que tiene que ver con el comportamiento de todos los ciudadanos, se seguirá el éxito de la lucha contra la pandemia. Es clave tener esa disciplina social que estamos pidiendo desde todas las administraciones.

-¿Con estos mimbres podremos pasar a la fase 2, cuándo?

-A partir de ahora y antes del miércoles tenemos que hacer los preparativos para pasar a fase 2 si fuera el caso pero eso pasa por criterios básicamente sanitarios, del comportamiento de la pandemia en Asturias, del equipamiento sanitario, de las posibilidades de UCI, de las posibilidades, en fin, de control de un posible repunte, todos son parámetros pautados por Sanidad. En Asturias las cosas van bien, entre comillas, desde ese punto de vista pero en principio es un poco prematuro valorarlo. Esta fase dura hasta el día 25 y de aquí a entonces tenemos que hacer todos estos análisis con Sanidad para solicitar en su caso el pase a la fase 2. Es muy prematuro todavía, tenemos que evaluar todos los indicadores y analizarlos conjuntamente con Sanidad.

-Es cierto que esta es una situación nueva a la que nadie se había enfrentado y todos aprendemos sobre la marcha, pero ¿qué pasó con el asunto de la movilidad entre concejos, que creó incertidumbre en muchos asturianos y que hizo que pidieran aclaraciones al Gobierno central?

-Es que es cierto que nadie había vivido algo así nunca, y las decisiones que se adoptan, en muchas ocasiones, se adoptan con muy poca anticipación, por razones de la propia evolución diaria de la pandemia. Se produjo lo que tú llamas incertidumbre, efectivamente, porque el decreto de alarma y el plan de desescalada establecía unas fases para las que indicaba comportamientos concretos en materia de movilidad. Cuando el Gobierno nos remitió el plan de desescalada se señalaba que era indicativo y sujeto a modificaciones y de ahí llega esa confusión. En la fecha en la que se preguntó al Principado sobre el paso de la movilidad en territorio municipio a la unidad de referencia posterior que era la provincia, la disposiciones vigentes que eran el decreto de Alarma y el Plan de desescalada indicaban que seguíamos en modo municipio. Es verdad que dos días después el Gobierno de la nación dictó una orden ministerial en virtud de la cual aclaraba que para la fase 1 se modificaba el decreto de Alarma en el sentido de pasar a una unidad provincial de referencia. Eso es lo que sucedió. Entiendo que haya algo de incertidumbre pero nosotros tenemos que regirnos con arreglo a la legislación que está publicada, al boletín oficial y en aquel momento estaba vigente la restricción municipal y hace falta seguridad jurídica.

-Algo que aprendimos es que no puede haber movilidad entre concejos en distintas fases. Asturias había pedido, y no se aceptó, que algunas comarcas adelantaran a la 2 pero me da la impresión de que muchos alcaldes preferirían pasar de fase al mismo tiempo que el conjunto de la comunidad. ¿Serán sus peticiones futuras de desescalada para todo el Principado, sin distinción de comarcas?

-Tiene pros y contras uno y otro. Depende de la perspectiva de como se enfoque, tener territorios de la unidad provincial en fases distintas tiene ventajas e inconvenientes; en relación con la movilidad esas zonas en fase 2 no podrían comunicarse con las de fase 1 pero en beneficio de la salud de quienes están en fase 2. Porque estarían aislados de territorios con mayores problemas de contagio, y también tiene un reverso de la moneda. Es una cuestión de coste y oportunidad. En cualquier caso, nosotros no vamos a pedir diferenciaciones en ese sentido sin antes establecer un consenso previo entre todos. Siempre hemos sido muy transparentes y no vamos a solicitar nada que los ayuntamientos y los habitantes de esos territorios no consideren, siempre y cuando cumplamos con los requisitos de salud. Porque eso es lo prioritario y está por encima de cualquier otra consideración. Pero antes de pedir cualquier cambio de fase estableceremos los consensos correspondientes. Cuando se pidió que pasaran a fase 2 aquellos territorios estábamos en un momento en clave de movilidad de concejos y eso es lo que lo explica. Pierde sentido cuando pasamos a movilidad tomando como unidad la provincia, o pierde parte del sentido. En clave concejo sí tenía mucho sentido que hubiera territorios en fase 2, cuando se pasa a la unidad provincial es cuando valoramos pros y contras, cambia el escenario. Tanto cambio que el propio Gobierno, el sábado, en otra orden ministerial al pasar a la unidad de provincia se dio cuenta de que algo que estaba pensado para la fase 2, que era el uso de la segunda vivienda, se modificó y pasó a permitirse en fase 1.

-O sea que las desescaladas futuras serán a nivel de toda Asturias.

-Es temprano para hablar de fase 2. El gobierno accede a desescaladas internas por provincia pero siempre lo haríamos con un amplio consenso con los ciudadanos afectados. Pero es muy temprano para hablar de eso ahora mismo.

-También hay un grupo de expertos con una hoja de ruta asturiana ¿en qué consiste ese plan propio asturiano?

-En fase 1 ya hemos solicitado al Gobierno algunas cuestiones y en el día de hoy nos responderán (esta entrevista se realizó el viernes por la mañana), el gobierno revalúa también peticiones dentro de una misma fase, y nosotros hemos hecho peticiones que tienen que ver, por ejemplo que los establecimientos de menos de 400 metros puedan abrir si hay condiciones, hemos pedido que la caza y que la pesca se abran ya, hemos solicitado que los deportes individuales se puedan realizar a escala territorial de provincia, algunos temas relacionados con balnearios, en fin una serie de solicitudes que resolveremos entre hoy y mañana (sábado). En el futuro también plantearemos otras singularidades, lógicamente.

-En el comité asturiano hay muchos perfiles, economistas, recoge aportaciones de los agentes sociales, también hay sociólogos ¿qué les recomiendan?

-Este documento sale de las manos de profesionales muy diversos y los sociólogos son muy relevantes en un tema de esta naturaleza porque tenemos que tener en cuenta pautas de comportamiento social en las que ellos son especialistas. Los expertos están preocupados por aspectos que tienen que ver con la economía, con los negocios, con las conductas sociales a la hora del desescalamiento, hacen mucho énfasis en la necesidad de campañas publicitarias, en el convencimiento de la población, en ser muy didácticos y explicativos desde las administraciones para hacer entender la necesidad de que adoptemos determinados comportamientos. Es un prisma necesario.

-Ha mencionado la preocupación por la economía, en el ámbito nacional parece que empieza a plantearse desde ciertos sectores un dilema entre la protección sanitaria y la reapertura económica.

-Hay que conjugar los dos aspectos, lo primero es la salud, indudablemente, nadie sin cierto sentido común puede dudarlo, pero la economía es un aspecto al que no se puede perder de vista. Plantear una dicotomía en esos términos es muy simplista y son planteamientos políticos colindantes con el populismo. No se trata de una elección de ese tipo. Las dos son motivo de preocupación porque una economía muy maltrecha termina generando problemas sanitarios también, aunque no sea por una relación directa con el coronavirus, porque parte de la población con problemas económicos termina también con problemas de salud en el más amplio sentido de la palabra. No es acertado hacer ese planteamiento que se ve ahora en Madrid, en algunos ámbitos, también en Estados Unidos o en Inglaterra, porque es muy simplista. La salud es lo más importante, pero la economía no es un ámbito estanco y separado nítidamente del estado de salud de la población. Y la desescalada se explica así. Si nosotros no estuviéramos atentos al problema económico y atendiéramos estrictamente de una forma ciega al aspecto sanitario, no habría desescalada ahora, estaría bloqueada la comunicación entre la gente por mucho más tiempo. Y por eso hay un plan de desescalada, para conjugar ambos aspectos, preservar la salud y por eso apelamos a que la ciudadanía siga las pautas, a la vez que provocamos que la gente vaya socializando de nuevo poco a poco y que la economía vaya despertando porque no podemos mantenerla en letargo indefinidamente. Ahora, esgrimir de un modo simplista esa dicotomía de salud o economía, ni es realista, ni es bueno y sólo alimenta movimientos de tipo populista. Creo que lo correcto es hoy preservar la salud a la vez que poco a poco vamos pautando que la economía vaya ocupando su sitio.

-Dentro del drama general ¿será la recuperación de Asturias mejor que otros territorios con mayor peso del turismo en su economía, o por el peso de la industria en el PIB regional?

-Es un poco prematuro, sabemos que hay estudios de varias entidades y estamos analizándolos, los pronósticos todos son unánimes en la bajada del PIB. Asturias tiene una fortaleza que es el ámbito industrial, menos afectado por la pandemia, pero afectado también. El más afectado, como todos sabemos, es el sector servicios y el turismo que no tiene en Asturias tanto peso como en las comunidades del Mediterráneo pero que tiene un peso significativo, no es desdeñable. ¿Resistiremos mejor? Es prematuro pronunciarse sobre eso, depende de con quién te compares. Todavía estamos en la lucha contra la pandemia, tenemos que recomponer las cuentas regionales, ver los impactos por sectores y es algo que sólo acabamos de empezar a analizar. Todavía no hay datos concluyentes y tendremos que verlo en las próximas semanas, cuando se reactive la economía estaremos en condiciones de hacer balances e incluso pronósticos más certeros de cara al futuro.

-Por ejemplo el presidente Barbón ha insistido mucho en que en el avance en las fases de desescalada se debe garantizar el aislamiento entre comunidades.

-Asturias no tomará una decisión autónoma, el aislamiento interprovincial corresponde al Gobierno de la nación que es quien gestiona la pandemia con el estado de alarma, ya veremos hasta dónde se alarga ese estado de alarma y si hay figuras jurídicas sustitutivas. Pero dice bien el presidente, todos sabemos que el aislamiento es clave, es fundamental para que la pandemia no se propague, y ahí sí que no ha cedido un ápice, y hace bien el gobierno de la nación en mantener el aislamiento entre provincias de una forma rígida. Hay comunidades incluso que han optado por decisiones más duras como el País Vasco que sigue inmerso en el modelo de movilidad únicamente en el ámbito del municipio. Es la excepción en España pero creo que la unidad territorial provincial no es negociable en estos momentos y hay que reforzar de momento todavía, en el estado en el que está la pandemia, esa situación por lo menos lo que dure el estado de alarma.


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