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Venancio Martínez, pediatra: «Recibo entre 30 y 40 llamadas diarias de padres preocupados por la ansiedad de sus hijos»

Asturias

La Voz Redacción
Dos niños trabajando en casa durante el confinamiento

El médico, ex presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria que actualmente ejerce en el Centro de Salud del Llano, afirma que hay muchos menores sospechosos de tener la enfermedad que no se confirman por falta de test

22 Apr 2020. Actualizado a las 20:10 h.

El pediatra y ex presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, Venancio Martínez Suárez, ha indicado, en una entrevista concedida a Europa Press, que ya se empieza a constatar problemas psicológicos en niños derivados del confinamiento del Estado de Alarma decretado y de la sobreexposición a la información en torno al COVID-19. «Hay niños que no duermen de noche por miedo a morirse por el coronavirus», ha apuntado Martínez, que actualmente ejerce en el Centro de Salud del Llano, en Gijón, sobre un par de llamadas que recibió en su consulta de familias recientemente.

De hecho, recibe entre 30 y 40 llamadas al día de progenitores preocupados por el estado de sus hijos, sobre todo por la ansiedad que manifiestan. No se trata solo del problema del confinamiento, sino la percepción de los niños sobre la pandemia. «La consulta telefónica nos está ayudando a resolver las preocupaciones de los padres y a orientarlos sobre el manejo de los problemas que puedan estar sintiendo en los niños», ha apuntado. A su juicio, los niños están sobreexpuestos a información respecto al COVID-19. «Es difícil evitarlo», ha reconocido, ya que conviven con padres que pueden tener alguna preocupación o pueden escuchar la televisión o por mensajes que les lleguen, y mucho más en el caso de los que han perdido un familiar a causa del COVID-19.

«Es normal que estén preocupados», ha señalado, al tiempo que ha aconsejado que los niños deberían recibir información sobre el coronavirus solo en los aspectos de prevención de la infección. En este caso, ha manifestado que son los mismos consejos que a la población en general; como el lavado frecuente de manos, el taparse la boca para toser, usar pañuelos desechables y mantener las distancias. «Los sentimientos negativos deben exteriorizarse», ha defendido, para animar después a ayudar a los niños a verbalizar y expresar sus emociones. En este sentido, ha apuntado que un dibujo o un escrito puede ser una vía para disminuir el estado de tensión, de estrés o alteración emocional que esté viviendo.

Una «verdadera decepción»

«La polémica está perfectamente justificada», ha señalado Martínez, por otro lado, respecto a la regulación de la salida de los niños a la calle, que primeramente se circunscribía a acompañar a los adultos a las compras. El pediatra ha argumentado que se hicieron «muy mal» las cosas, a lo que ha incidido en que desde el momento en que se anunció que iban a poder salir a la calle se tenían que haber dado unas normas «concretas y claras». «Fue una verdadera decepción para los profesionales y las familias», ha confesado, al tiempo que ha señalado que la primera instrucción, la de que salieran solo para acompañar a los padres a hacer recados, no tenía «mucho sentido», ha sostenido.

A este respecto, ha apuntado que parte de ello ya se contemplaba en lo que estaba ya publicado y prescrito por parte del Gobierno, con alusión a que las familias que no tuvieran con quien dejar a los niños en casa podían ir con ellos a las compras. «Salir los niños no es acompañar a los padres a hacer recados», ha reiterado. «Son lugares de riesgo», ha advertido, respecto a los supermercados y otros comercios. Martínez se ha mostrado en contra de que los padres lleven «de paquete» a los niños a hacer las compras. «No deben de ir los niños a esos lugares», ha reivindicado, a lo que ha incidido en que meterlos en espacios cerrados supone un aumento del riesgo de infección.

Por tiempo limitado y al aire libre

Por contra, ha apostado por que puedan llevarlos por tiempo limitado, al aire libre, guardando las distancias respecto a otras personas y acompañados de un adulto con el que convivan. El pediatra ha recalcado que es «más difícil» contraer la infección en espacios abiertos. «Tenían que haberse dado unas normas más claras que transmitiesen confianza tanto a los profesionales como a los padres», ha manifestado. Más allá aún, ha opinado que deberían ser instrucciones claras, fáciles de entender, con tres o cuatro normas para iniciar estas actividades en los niños «de forma suficientemente segura». A su juicio, estas orientaciones deberían de estar bien pensadas y tener empatía.

En cuanto al uso de la mascarilla en niños, ha opinado que deben llevarla solo aquellos que estén contagiados y, si se quiere aumentar la seguridad, enfermos crónicos. Para el resto, ha insistido en que no necesitan ni mascarilla ni guantes. Eso sí, deben guardar las precauciones normales, como es el lavado de manos, y tal vez, podría ser bueno que el adulto que les acompañe lleve guantes para abrir o cerrar las puertas. Preguntado si en el centro de salud donde él ejerce de pediatra se han detectado casos de coronavirus en niños, ha indicado que no, para matizar después que se debe a que no están haciendo test porque no disponen de ellos, pese a que son la «gran herramienta» para saber cómo controlar la difusión del virus y la infección, a su modo de ver.

«Tenemos muchos, muchos niños con sospecha de padecer coronavirus pero no lo podemos confirmar», ha indicado a este respecto. «Realmente no sabemos qué es lo que tenemos enfrente», ha alertado respecto al COVID-19, a lo que ha apuntado que se desconoce cuántas personas están infectadas y con qué intensidad se está propagando el virus porque no se hacen test.

Estudio de seroprevalencia

Asimismo, ha opinado que el estudio de seroprevalencia que se va a hacer seguro que está «muy bien pensado» desde el punto de vista técnico, pero ha remarcado que los resultados van a llegar «muy tarde, algo más de dos meses». «Estaremos en una situación completamente diferente a la que va a evaluar el estudio de seroprevalencia en una fase inicial» ha advertido.

Por otro lado, ha indicado que en Asturias es «muy difícil» saber cuántos niños se puede considerar que tienen patologías previas, aunque como ejemplo, ha indicado que hay casi 150 diagnosticados con diabetes. A esto ha añadido que hay un porcentaje «muy alto» de la población que es asmática y alérgicos. Con todo, ha asegurado que el comportamiento de las familias durante el Estado de Alarma está siendo «ejemplar» y los niños se están portando «estupendamente».


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