Evaluación final: los dos primeros trimestres más los deberes en casa

La Consejería de Educación ha hecho público un documento con directrices y orientaciones para la elaboración del plan de trabajo de los centros educativos para el tercer trimestre, que todos los centros docentes no universitarios deberán enviar al Servicio de Inspección Educativa antes del día 25 de abril. La consejera Carmen Suárez asegura que el objetivo es «garantizar en la medida de las posibilidades y en la situación de excepcionalidad que atravesamos, la continuidad de modo coordinado de la tarea educativa a distancia con el alumnado». Indica que la «incertidumbre en la que vivimos, condicionada por las medidas sanitarias impuestas para la lucha contra el COVID-19, no permite conocer a ciencia cierta el horizonte temporal que nos depara esta excepcional situación».

La consejera destaca el papel que en las últimas semanas ha jugado el profesorado asturiano, al que reconoce públicamente porque ha sido «de vital importancia en el desarrollo de la enseñanza no presencial». Y añade: «Enseñar en un entorno virtual es extremadamente complejo». Por ello, llama a hacer un esfuerzo de planificación que garantice en lo posible que esa atención educativa lleve con éxito hacia el final de este curso. Carmen Alvarez considera que es necesario poner el acento más en la propuesta de actividades relevantes para el aprendizaje no presencial que en la evaluación en sí del alumnado, por lo que «os animamos a ser flexibles en las decisiones que afecten a la evaluación y la calificación», indica al profesorado.

Recuerda que en pocos días, y a la espera en todo caso de los acuerdos de la reunión de la Conferencia sectorial de educación del próximo día 15 de abril,  afirma que la Consejería de Educación publicará instrucciones concretas sobre los procesos de evaluación, especialmente necesarias en estos momentos en cursos como 2º de Ciclos Formativos de FP o de 2º de Bachillerato, aunque también en el resto de los niveles y las etapas educativas.

El plan de trabajo para el tercer trimestre supone la modificación de algunos aspectos de la Programación General Anual, así como del desarrollo de la concreción curricular de cada etapa educativa, afectando por tanto también a las programaciones didácticas o docentes y a la organización y funcionamiento general de cada centro. El plan elaborado por cada centro habrá de respetar en todo caso los siguientes criterios: se centrará fundamentalmente en el trabajo y consolidación de las competencias clave, sin avance en nuevos contenidos curriculares. La valoración de las tareas realizadas a distancia por el alumnado deberá servir fundamentalmente para la orientación de su proceso de aprendizaje y la mejora de sus competencias. 

En este sentido, señala el texto que la evaluación final deberá realizarse teniendo en cuenta la evolución del alumnado antes del 13 de marzo, momento en el que quedaron suspendidas las actividades académicas presenciales, y la valoración de las actividades de aprendizaje y, en su caso, actividades de refuerzo realizadas a distancia, como valor añadido. Ha de prestar especial atención al alumnado que presente necesidades específicas de apoyo educativo.

En 2º de Bachillerato o Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior será posible el avance en nuevos contenidos siempre y cuando todo el alumnado del grupo pueda acceder a ellos en condiciones de igualdad. En este caso, las tareas realizadas solo podrán ser evaluadas a favor del alumnado, no en su perjuicio. La inspección educativa, vía telemática, asesorará a los equipos directivos y supervisará la adecuada atención educativa a distancia de todo el alumnado, la comunicación con las familias y la correcta coordinación y funcionamiento de los órganos de gobierno y de coordinación del centro educativo, pudiendo requerir, cuando sea preciso, las modificaciones que resulten necesarias para su ajuste a los presentes criterios.

El plan de trabajo para el tercer trimestre habrá de contener las previsiones sobre la organización y funcionamiento de la actividad lectiva a distancia, al menos en lo referido a: coordinación docente, criterios para seleccionar y organizar las tareas que se propondrán al alumnado, criterios y procedimientos coordinados para la valoración de las tareas realizadas por el alumnado y cauces para la información y comunicación con el alumnado y sus familias. En lo referido a la coordinación docente, otorga especial relevancia al procedimiento para que los tutores y tutoras sean el elemento clave y aglutinador de las propuestas que provengan de departamento o equipos docentes para la programación de la actividad docente a distancia, de modo que las tareas propuestas sean ajustadas en cantidad, tiempo y medios a utilizar a las circunstancias personales y familiares del alumnado. No debe obviarse la situación de aquel alumnado que no disponga de los medios telemáticos adecuados para el seguimiento de su proceso educativo a distancia, debiendo preverse la forma en que se podrá llegar a todos y todas.

En cuanto a los criterios para seleccionar y organizar las tareas que se propondrán al alumnado, en la línea de profundización en las competencias clave, se recomienda en la medida que ello sea posible, priorizar los planteamientos interdisciplinares o proyectos de trabajos que impliquen a más de un área o materia, en lugar de la realización de actividades acumulativas sin ninguna conexión entre sí. Por otra parte, es fundamental prever la adaptación de las tareas para la atención al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo o que se encuentre en situación vulnerable.

Asimismo, en relación con los criterios y procedimientos coordinados para la valoración de las tareas realizadas por el alumnado desde sus domicilios, deben hacerse constar aquellos que se hayan adoptado por los equipos docentes o departamentos, incluyendo así mismo el procedimiento para la recuperación de los aprendizajes no adquiridos en las evaluaciones anteriores. De gran importancia en la actual coyuntura es la comunicación sistemática con las familias en el caso de alumnado menor de edad, por lo que es preciso prever cuáles van a ser los cauces para dicha comunicación y el traslado de la información correspondiente sobre los procesos de aprendizaje. Debe prestarse especial atención a los procedimientos específicos que sea necesario diseñar para aquellas familias con especiales dificultades de acceso a la información por vía telemática.

En el caso de reincorporación a los centros antes de la finalización del periodo lectivo ordinario, el centro educativo, se elaborará un plan de acogida del alumnado y del profesorado, de acuerdo con las recomendaciones que articulen en su momento las autoridades sanitarias y educativas.