Los 10 errores más comunes al usar mascarillas y guantes
Asturias
Al utilizar estos elementos complementarios al distanciamiento social y al lavado de manos, se debe procurar no caer en una falsa sensación de seguridad
13 Apr 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Una persona sale con la mascarilla y con los guantes de su casa. Antes, probablemente, ha tocado la puerta del ascensor, el botón del ascensor y, esto seguro, la manilla del portal. Se va a hacer la compra y, dentro de la tienda o del supermercado, va tocando cosas. Es inevitable. Hay quien incluso, después de tocar cosas, habla por el móvil. Pegado a la cara. O se quita un guante para poder abrir una de las bolsitas de la fruta. Al llegar a la caja para pagar, toca más cosas. Sale a la calle y, después de haber tocado tantas cosas, se enciende un cigarro. Para fumarlo, se coloca la mascarilla en la frente o en la barbilla. O se sube a su coche con los guantes puestos. Y, hay que insistir, después de haber tocado tantas cosas…
Son sólo una muestra de los errores que estos días se están cometiendo en las salidas justificadas del confinamiento domiciliario al que obliga la pandemia de coronavirus. Los expertos han insistido una y otra vez en que el uso de mascarillas y guantes debe realizarse de manera apropiada para no aumentar el riesgo de infección debido a una falsa sensación de seguridad y un mayor contacto entre las manos, la boca y los ojos mientras se utilizan. No hay que relajarse.
También han insistido hasta la saciedad en que hay dos medidas fundamentales para evitar la propagación del virus: el distanciamiento social y el lavado de manos con agua y jabón, mínimo 20 segundos y siempre que sea necesario. Cuando esto último no sea posible, se recurre a un gel hidroalcohólico, pero teniendo claro que el agua y el jabón son lo más eficaz para saberse a salvo del virus.
Partiendo de estas dos premisas, y ante el uso generalizado de mascarillas y guantes entre la población, estos serían los 10 errores más comunes que se están viendo continuamente en el día a día de esta pandemia en Asturias.
1. No lavarse las manos antes de colocarse la mascarilla e inmediatamente después de quitársela
Una vez que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades ha avalado el uso de mascarillas en público, el Gobierno de España recomienda su uso generalizado en zonas concurridas. De hecho, a partir de hoy, lunes 13 de abril, van a estar disponibles en zonas de aglomeración como el transporte público y la previsión es que también estén disponibles en las farmacias asturianas, a precios asequibles como siempre. Ya se venían utilizando de forma masiva, pero es muy importante recordar que son un elemento complementario a la higiene de manos y el distanciamiento social, puesto que el virus COVID-19 se transmite por gotitas que se propagan cuando se tose, se estornuda e incluso cuando se habla.
De ahí que se haga tanto hincapié en la distancia de seguridad de entre uno y dos metros. Y si ahora se recomienda el uso público de las mascarillas como en los países asiáticos es porque cada vez existen más evidencias de que ayudan a evitar la propagación de esas gotitas por parte de personas asintomáticas o de otras que pueden transmitir el virus incluso antes de que los síntomas aparezcan. Y la higiene es importante porque uno de los errores frecuentes es no lavarse las manos antes de colocarse la mascarilla y al retirarla. De nada sirve si al colocarla o retirarla se tienen las manos sucias, o los guantes.
2. Tocar la mascarilla con los guantes
Al ir a hacer la compra, o a la farmacia o a donde sea con motivo justificado, a veces hay que esperar y hacer cola. Y es habitual ver cómo hay personas que tocan la mascarilla con -o sin- guantes antes, durante o después de la compra. ¿Por qué es un error? Si hubiera partículas del virus atrapadas en el exterior de la mascarilla, pasarían a los guantes. Si hubiera partículas del virus en las cosas que se han tocado con los guantes, pasarían a la mascarilla. Por eso también es importante que, al quitar la mascarilla, se intente no tocar la parte delantera de la misma. Se retira siempre por detrás, por las gomas, y tener cuidado de no tocarse los ojos, la nariz y la boca al quitarse la mascarilla. Si hay que ajustar la mascarilla, que debe cubrir siempre nariz y boca, las manos deberán limpiarse con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol. Antes y después.
3. Fumar con guantes y con la mascarilla en la barbilla o en la frente
Es una imagen que se ve con frecuencia en la calle. Si una persona lleva guantes y mascarilla se entiende que es para protegerse del virus, con lo cual no tiene ningún sentido retirarse la mascarilla y acercar un cigarro a la boca, tocándola incluso, con los guantes con los que se ha estado tocando cosas.
4. Quitarse la mascarilla para hablar
La recomendación es que la mascarilla, ya que se lleva puesta por algo, se mantenga siempre cubriendo nariz y boca. En todo momento. Todos esos toqueteos de las mascarilla, para ponerla en la barbilla, sobre la frente o dejarla colgando, solo ayudan a que una posible contaminación localizada en guantes o en la propia mascarilla se disperse sobre uno mismo y sobre los demás.
5. Rociar la mascarilla con algún producto químico para alargar su vida
Son un bien escaso, sí, y por ello se ha incluso recomendado a la población que se fabrique sus propias mascarillas con telas, siempre con varias capas e incluso con algún filtro en su interior. No obstante, hay muchas personas que han podido comprar mascarillas quirúrgicas de gomas que tratan de reutilizar a base de desinfectarlas rociándolas con algún producto químico, lo que provoca que la capa impermeable quede inutilizada. En todo caso, los fabricantes no garantizan su efectividad más allá de ocho horas.
6. Usar la misma mascarilla siempre
Lo idóneo es usar mascarillas de un solo uso que, una vez que se retiran, se desechan. Si son de tela, se lavan tras cada uso. Hay recomendaciones de expertos que apuntan incluso a que las mascarillas deben cambiarse cada dos horas. Además, cuando se mojan por un uso excesivo, pierden efectividad.
7. Usar guantes como si fueran inmunes al virus
Al usar los guantes desechables en la tienda u otros lugares públicos, la recomendación fundamental es que cuanto menos se toque mejor. Tocar lo mínimo posible. Pero no está ocurriendo así: es frecuente, por ejemplo, que quienes acuden a las farmacias toqueteen los mostradores que se limpian en todo caso tras cada dispensación. También se ha insistido hasta la saciedad en no caer en esa falsa sensación de seguridad que aportan pensando que, como se llevan puestos, ya se está protegido de un posible contagio. No es así. Lavarse las manos con agua y jabón es imprescindible. Usar los guantes durante un periodo prolongado de tiempo sin cambiarlos, e incluso utilizarlos de seguido en otras actividades, es otro sinsentido.
8. Usar el móvil con los guantes puestos
Otra escena frecuente estos días es ver a personas utilizando el móvil en las colas e incluso hablando para saber qué es lo que se tiene que comprar. Da igual que se utilicen guantes, con los que se han tocado cosas, y que la cara esté cubierta con una mascarilla. Si los guantes estuvieran contaminados, el móvil se convierte en una fuente de contagio para uno mismo. Y lo mismo cuando, en vez de llevar simplemente la tarjeta o el dinero a mano en el bolsillo, se saca la cartera e incluso todo lo que hay dentro del bolso para encontrarla. Eso está ocurriendo y no tiene sentido en esta situación.
9. Conducir con los guantes con los que se ha estado haciendo la compra
Y con la mascarilla. Otro error que se está cometiendo: con esos guantes y con esa mascarilla se ha estado expuesto en lugares públicos, en los que se han tocado cosas. No hace falta que ningún experto advierta sobre ello, es de sentido común. O se utilizan otros guantes o se lavan la manos tras retirar correctamente los que se han utilizado en otras actividades.
10. Tirar los guantes o las mascarillas al suelo
Está ocurriendo en todos los países: guantes y mascarillas por el suelo. Tirar basura en la calle no sólo es una actitud incivíca que denota una falta de respeto absoluta, sino que además se arrojan desechos potencialmente peligrosos en una situación tan excepcional como la que se está viviendo con esta pandemia.