La Voz de Asturias

«La transición no cerró las heridas abiertas durante la Guerra Civil»

Asturias

Marcos Gutiérrez Asturias
José Francisco Rodil, autor de La noche de las luminarias

José Francisco Rodil Lombardía se adentra en los periodos de la Segunda República y la Guerra Civil en La noche de las luminarias

21 Mar 2020. Actualizado a las 05:00 h.

El periodista y escritor José Francisco Rodil Lombardía (Santa Eulalia de Oscos, 1953) acumula una larga e intensa experiencia profesional. Fue director de La Voz de Asturias y de la televisión de Galicia y premio Galicia de Periodismo. Como escritor ha publicado Sin máscara: relatos del periodismo de camu­flaje (Tris Tram, 1999), El señor del Senescal (Madú, 2003, y Ayuntamiento de Santa Eulalia de Oscos, 2016), Memorias del valle escondido: narraciones y leyendas de Santalla de Oscos (CH, 2008), y La noche de las luminarias (Velasco Ediciones, 2018 y 2019), que se adentra en los periodos de la Segunda República y la Guerra Civil, tratando de explicar el pasado y sus ramificaciones en el presente.

--¿Cómo surge La Noche de las luminarias? ¿Es una historia real?

--El libro surge de un hecho real del que yo tengo conocimiento por mi padre. No tenía mucha documentación, pero recordaba que él contaba esa historia cuando yo era un chaval. Cuando murió mi padre empecé a escribir el libro y no tenía ya esa fuente de primera mano, pero me quedé con la idea y así fue como surgió.

--¿Qué objetivos se planteó a la hora de crear este libro?

--Uno de los objetivos de la novela es realizar un modesto homenaje al modelo pedagógico que fue la Institución Libre de Enseñanza. También es un recuerdo a los maestros de aquella época. Muchos de ellos fueron represaliados, fusilados, otros condenados a prisión, apartados de la enseñanza…

--Es una historia ambientada en la segunda república y la guerra civil, pero en ella se habla de literatura, de las Misiones Pedagógicas, de política, de filosofía, de historia, de ciencia, de la importancia de la educación y de la libertad.

--El libro es de ficción y recrea episodios históricos reales. También incorpora personajes que existieron realmente. El principal está inspirado en uno real, pero no lo es. Lo que intenté hacer es una reflexión sobre la Segunda República y sobre la Guerra Civil. Hay dos personajes clave, que son los que hacen las reflexiones. Uno de ellos es José del Peso, un inspector de enseñanza que piensa acerca de lo que ocurrió en la Segunda República y luego hay otro, que es Claudio, que es el que hace lo propio sobre la Guerra Civil, pero durante la transición democrática. Él es un represaliado de Castropol durante la contienda que también habla un poco en el libro de la realidad de su época.

--¿Qué retos plantea para un autor construir una novela ambientada en unas épocas como los años de la Segunda República y la Guerra Civil?

--Los retos principales tienen que ver con documentar el momento y, sobre todo, como está ambientado en sitios reales, caso de Lugo o Castropol, tienes que informarte de cómo era cada escenario en esas épocas concretas, su ambiente...

--¿Cuáles son las ubicaciones en las que se desarrolla la trama?

--Hay dos escenarios principales, que son Lugo y Castropol. También están Los Oscos, en el occidente de Asturias. Después hay ubicaciones que en la novela se tocan menos, caso de Oviedo, las cuencas mineras, Salamanca y México.

--Cabe mencionar el hecho de que en la fotografía que sirve de portada al libro aparece su propio padre.

--Esa fotografía de la familia no tiene datado exactamente el año. Aparece mi padre con unos siete y ocho años, en la época de la república en una escuela de Santa Eulalia de Oscos. Era una foto que teníamos en casa y recordaba que mi padre siempre me decía el nombre de todos los que aparecían en ella.

--¿Cómo surge la colaboración con Ernesto García del Castillo, ‘Neto’, en las ilustraciones?

--Tengo el grandísimo honor de haber contado con ‘Neto’ en este libro y en uno anterior, que es Historias del valle escondido. Aún no era premio Mingote en aquella época. Para mí es un enorme orgullo.

--¿En la creación de la novela ha aprendido algo sobre la Segunda República o la Guerra Civil que antes no supiera?

--El escribir la novela me sirvió para entender muchas cosas. Acerca de la Segunda República la gente de mi generación apenas teníamos información. Es un periodo que los que hemos estudiado en época franquista estaba oculto. También se borró gran parte de lo que había sido la Guerra Civil y lo que corresponde a la parte contraria. Todo eso tuve que redescubrirlo y para entenderlo. Hay una frase de José del Peso, personaje que reflexiona acerca de la Segunda República, y viene a decir que la República vio la necesidad de cambiar España, pero quiso hacer todo tan deprisa que fracasó. En efecto, había que cambiar una mentalidad decimonónica que no se correspondía con lo que estaba pasando en Europa y luego tenía que enfrentarse con una serie de fuerzas muy reaccionarias, como la derecha y la iglesia, que no permitían que aquello avanzara. También es algo parecido a lo que pasa hoy con el gobierno actual, que quiere cambiar muchas cosas frente a otras fuerzas que no están dispuestas.

--¿Cerró en falso la transición democrática las heridas que se abrieron durante la Guerra Civil?

--La transición no cerró las heridas abiertas durante la Guerra Civil, precisamente porque después del fracaso que había supuesto la Segunda República en ese sentido, los implicados no podían romper frente a esas reacciones contrarias que podían ralentizar el proceso.

--¿Se enseña bien a los jóvenes en la escuela o en los institutos qué fueron y qué supusieron los dos periodos históricos en los que se ambienta La noche de las luminarias?

--Muchos profesores de ahora son los que se formaron en la época en que eso se silenciaba. También hay que tener en cuenta que para un niño de ahora la Guerra Civil ya le empieza a quedar lejos. Es muy necesario conocer esas épocas que han sido tan decisivas, para lo que está pasando ahora y tal vez para el futuro. Desde un punto de vista de la ficción mi novela es un intento de recuperar la memoria histórica


Comentar