La Voz de Asturias

«Con la nueva baremación del Sespa, 25 días trabajados valen más que un 10 en la oposición»

Asturias

Susana D. Machargo
celadores, sanidad, Sespa, hospital, Asturias, Principado, médicos, enfermería

Trabajadores y candidatos en bolsa contrarios al cambio del pacto de contrataciones detallan las razones por las que se están movilizando. «Nos cambian las normas a mitad del partido», denuncian

26 Feb 2020. Actualizado a las 23:04 h.

«Con la nueva baremación que pretenden imponer, 25 días trabajados valen más que un 10 en la oposición. ¿Para qué sirve, entonces, esforzarse y trabajar?». Este es solo uno de los ejemplos prácticos que ponen los trabajadores y candidatos en bolsa del Servicio de Salud del Principado (Sespa) contrarios a la intención de la gerencia de cambiar el actual modelo. Son profesionales que se presentaron a las oposiciones, que han cumplido con todos los requisitos marcados por la administración y que ahora se niegan a que se multiplique por diez el peso de la experiencia y se reduzca a la mitad el de los méritos. Entienden que «se están cambiando las normas a mitad del partido» y que no se está premiando el esfuerzo. Insisten en que no van contra nadie, ni contra los más veteranos ni contra los que entraron directamente desde las listas del paro. Solo tratan de defender sus derechos. Lo hacen por todas las vías a su alcance. Están llamando a las puertas de los sindicatos, de los partidos políticos y hasta el defensor del pueblo. Este sábado quieren hacer una exhibición de fuerza en una concentración delante del HUCA. «Somos unos 10.000 afectados», explican con una cifra que han dado en multitud de ocasiones y que creen que les ha dado la fuerza suficiente como para que el Gobierno y los sindicatos comiencen a plegar velas y a reconsiderar sus posiciones.

Con nombres y apellidos

El grupo no solo da ejemplos prácticos, también pone rostro a sus demandas. Son trabajadores de carne y hueso que quieren trabajar en la sanidad pública y que comienzan desde abajo pero que no están dispuestos a asumir un cambio en la normativa. Patricia Suárez es auxiliar administrativo. Se presentó a las últimas oposiciones y está trabajando por primera vez en el Sespa. El primer contrato que aceptó fue una sustitución de un día en Somiedo. «No me quejo. Me levanté a las cinco de la mañana, cogí el coche y fui de mil amores. Lo digo para que sea vea que no estamos pretendiendo contratos de un año. No pedimos más que lo que nos corresponde. Con la puntuación que tenemos podemos rascar bajas, morosos, griposos», argumenta. Pero no está dispuesta a renunciar a ellos.

Iván Arias y José Ignacio García son ambos celadores. Se presentaron a la oposición y todavía no está trabajando ninguno de los dos. Iván Arias ya tiene experiencia en el Sespa pero José Ignacio García todavía está esperando su primera oportunidad. Son, por tanto, perfiles diferentes con una misma aspiración y con la misma idea en mente: no van a permitir que se multiplique por diez la experiencia y se dividan a la mitad los méritos. Sería la puntilla a un sistema en el que la oposición solo vale ya un 1%. «Si lo único que vale es la experiencia, ¿entonces para qué valen unas macrooposiciones a las que se han presentado 40.000 personas en total? ¿Han sido un paripé?», se pregunta Iván Arias. Por su parte, Ignacio García aclara una de las críticas que se les está haciendo desde otros grupos de trabajadores: «Nosotros no venimos a echar a nadie. En todo caso, los afectados son unos pocos que vienen desde las bolsas del paro y no se han presentado a la oposición. Para los veteranos nosotros no somos competencia».

Patricia Suárez, Iván Arias y José Ignacio García echan números. Saben el peaje que tendrán que pagar para conseguir un empleo estable en la sanidad pública. Pasarán otros dos o tres años trabajando días sueltos, cubriendo bajas, moscos y griposos antes de conseguir un «contrato más decente». Pasarán cinco o seis años hasta que puedan llegar a vacantes o contratos anuales. Mientras se quedarán con lo que otros no quieren y a ellos les sirve para ganar puntos y escalar en las bolsas: puentes, Navidades, verano... No se quejan con nada de esto. Pero sí con la intención del Sespa de cambiar el pacto de contrataciones en vigor desde diciembre de 2018.

No quieren ver fantasmas

No quieren ver fantasmas pero aseguran que han sido testigos de cosas muy sorprendentes. El mismo día que tuvieron conocimiento de la intención del Sespa de modificar el pacto para primar aún más la experiencia, los candidatos de las bolsas que entraron en el programa informático Ambepe, en el que actualizan los méritos, se encontraron con una nueva pestaña. Decía literalmente «Ojo. Rebaremar según el nuevo pacto». Decenas de pantallazos con esta imagen circulan desde hace más de una semana. ¿Qué nuevo pacto? ¿Cómo que van a rebaremar? La noticia corrió como la pólvora y la alarma disparó el nerviosismo. Se supo entonces que la administración ya había pasado un borrador con las modificaciones a los sindicatos. No tienen pruebas concretas pero ese pantallazo les hace sospechar que si no llegan a movilizarse, todo se habría amagüestado de un día para otro.

La gestión de las bolsas, los puntos y los méritos es un mundo complejo que los aspirantes manejan con soltura pero que resulta de difícil comprensión para el que no está dentro. Estos tres temporales del Sespa intentan explicar otras suspicacias relacionadas con las fechas. Las bolsas se actualizan dos veces al año. Es decir, dos veces al año se meten todos los puntos conseguidos por méritos, por experiencia o la nota de las oposiciones, cuando las haya. En teoría, el último día para meter los méritos es el 30 de septiembre y la nueva lista se publica el 1 de diciembre. Ahora el último día para hacerlo es el 29 de febrero y la lista se publica el 1 de abril. La de septiembre ya fue tarde y esta parece que también.

Las fechas

Este colectivo de auxiliares y celadores explica que el borrador con la modificación que el Sespa entregó a los sindicatos tenía como fecha provisional de entrada en vigor el 27 de febrero. No creen que sea una coincidencia que sea dos días antes del cierre del plazo para la actualización de méritos. Sospechan que está hecho a propósito para que el orden de la siguiente bolsa ya esté confeccionado en base a esos criterios que multiplican la experiencia por diez. Tampoco creen que sea una coincidencia que la lista que tendría que haber salido el pasado 1 de diciembre haya salido la primera semana de febrero, después de que ya estuvieran asignados los contratos anuales que se reparten en enero. Lo que tratan es de entender qué es lo que está sucediendo. 

Mucho se ha dicho en la última semana sobre el pacto de contrataciones, sobre todo, en redes sociales, donde los ataques entre colectivos han proliferado. Estos tres representantes de una de las partes hacen un llamamiento a la calma, aseguran que su idea es agotar los cauces legales a sus alcances y que utilizan los perfiles de plataformas y los grupos de Whatsapp y Telegram como un medio para organizarse, ya que hasta ahora los afectados no estaban unidos en ningún tipo de colectivo. Otro de los aspectos que abordan es el supuesto fraude en la consecución de méritos. A este respecto aclaran dos cosas. La primera es que la responsabilidad descansa en el Sespa. La administración es la que tiene que velar porque no se cometan fraudes. La segunda es que ha sido igual para todos. Es decir, que el sistema para conseguir más puntos ha sido el mismo para los más novatos que para los más veteranos. 

El ruido que han hecho ha sido suficiente como para que todas las partes reconsideren su postura. Han consultado con varios abogados y creen que hay elementos suficientes para interponer una demanda y para reclamar la aplicación de medidas cautelares, en caso de que finalmente se modifique el pacto de contratación de temporales, que afecta tanto a personal sanitario como a personal no sanitario. De hecho, afirman que cuentan también con el respaldo de los auxiliares de enfermería, que fue la especialidad por la que empezó todo. «Nos echan en cara que cumplamos las reglas que nos hicieron», lamentan.  

 


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