La Voz de Asturias

Mafia o caciquismo: la Policía Local de Siero en riesgo de disolución

Asturias

Susana D. Machargo Redacción

El alcalde estudia prescindir del cuerpo tras denunciar alarmantes tasas de absentismo, desorbitados listados de horas extra y una evidente dejación de funciones. El sindicato Sipla cree que es una venganza y recurre a los tribunales. La crisis ya se ha cobrado a dos jefes

29 Jul 2021. Actualizado a las 17:36 h.

«No podemos acabar con los botellones en los patios de colegios. Hay coches en doble fila a diario en El Berrón, vehículos aparcados en pasos de peatones en La Pola y Lugones. No podemos hacer cumplir la normativa municipal de tenencia de perros. No tenemos ni una denuncia de oficio por obras sin licencia. Si no podemos corregir todo esto y la seguridad ciudadana es cosa de la Policía Nacional y la Guardia Civil, entonces para qué queremos una Policía Local». Este es el razonamiento que sostiene el alcalde de Siero, Ángel García Cepi, que baraja la opción de disolver el cuerpo como alternativa a una crisis que ya dura varios meses y que se ha cobrado la cabeza del que fuera jefe durante 13 años, el Policía Nacional José Enrique Fernández, y de su sustituto provisional, el subinspector Juan Ordiales, ambos afiliados al Sipla. Este es un dato relevante para entender lo que está sucediendo en el concejo, ya que el Sipla es el sindicato mayoritario que ha llevado al alcalde a los tribunales y el que está encabezando una serie de protestas, en principio, para reclamar mejoras.

El conflicto estalló coincidiendo con el puente de Los Santos, del 1 de noviembre, cuando precisamente el Sipla denunció que la acuciante escasez de efectivos que, a su juicio, sufre la plantilla, hizo que no hubiese ni una sola patrulla por las noches en todo el concejo de Siero. El alcalde exigió al jefe de la Policía Local los cuadrantes de turnos para saber qué estaba pasando. Descubrió entonces que se habían destruido los de los primeros trimestres del año. Pero con una investigación más en profundidad halló lo que consideró graves irregularidades: agentes que hacían muchas menos horas de las legalmente establecidas, turnos aleatorios a la carta, historiales de bajas de larga duración, absentismo, una discutible gestión de las horas extra y de las comisiones de servicio en otros municipios que se abonan aparte... 

El detonante

Fue la gota que colmó el vaso. Pero no era la primera señal. En el verano de 2018, LA VOZ DE ASTURIAS publicó un artículo en el que una parte de la plantilla denunciaba agravios en la gestión de su comisaria, apuntaba directamente a José Enrique Fernández y le acusaba de premiar a sus afines y de castigar al resto con traslados sin justificar, sin horas extra o sin esas comisiones de servicio. Uno de ellos es Fidel Fernández, entonces delegado sindical de CSIF y ahora recién nombrado comisario temporal para tratar de comandar al cuerpo hasta que se designe un jefe definitivo, algo que ocurrirá en cuestión de semanas. 

El proceso ya está en marcha. El Boletín Oficial del Estado (BOE) del próximo miércoles publicará el anuncio para cubrir el puesto, de acuerdo a las bases que ya han salido en el Boletín Oficial del Principado (BOPA). A partir de entonces, los aspirantes tendrán un plazo de 15 días para presentar su candidatura. Mientras tanto, el alcalde se está asesorando legalmente. «Parece que no hay ninguna obligación legal de que un concejo de más de 50.000 habitantes tenga Policía Local. Tampoco hay ninguna normativa que regule la disolución», señala. Promete «un análisis en profundidad y sin miedo» de la situación y niega que sea «un pulso». Más bien indica que está asumiendo su responsabilidad como máximo responsable del consistorio.

Además, acaba de publicar el calendario de trabajo para todo el año 2020, con todos los cuadrantes y con las 1.642 horas que tienen que cumplir todos los agentes. Ese cuadrante coloca entre nueve y diez efectivos por turno. Esto supone más de los cinco que se habían marcado como mínimo para las jornadas durante el día y los tres que consideran imprescindibles para las noches. Con esta organización, tienen margen para encajar las vacaciones y también los moscosos, es decir, todas las libranzas a las que tiene derecho la plantilla. Si en momentos puntuales del verano se ven apurados, Ángel García tiene alternativas. Explica que recurrirá a las bolsas de empleo, algo que ya hacen ayuntamientos con una alta presión turística, como Llanes o Gozón, que no pueden mantener la misma plantilla en invierno y en verano. Lo que tiene claro es que «no se va a sacar ni una plaza más».

«Matar moscas a cañonazos»

Eso es exactamente lo que reclama el Sipla: un calendario y una relación de puestos de trabajo (RPT), un incremento de la plantilla para cubrir las necesidades -como las jubilaciones que nunca se han llegado a cubrir pese a que legalmente siempre ha sido posible- y mejorar las sedes y los recursos materiales. Ildefonso Rodríguez, el secretario general del sindicato, denuncia que el alcalde de Siero se comporta «como un cacique, de ordeno y mando». Se muestra sorprendido con esta actitud, ya que ellos son «agentes de la autoridad y el alcalde es el jefe del cuerpo, que está echando por tierra un servicio público». Cree que esa idea de disolver a la Policía Local es lo mismo que «intentar matar moscas a cañonazos». 

Rodríguez no entiende cómo se ha dado la vuelta a la tortilla, cómo han pasado de denunciar la escasez de efectivos a ser víctimas de lo que califica una estrategia de acoso laboral, «propia de una película de la Gestapo, por parte de Ángel García. La última vista ha sido uno de sus delegados, que acaba de cogerse la baja por un cuadro de estrés.

El responsable del Sipla explica que el conflicto comenzó coincidiendo con una campaña de movilizaciones emprendidas por el sindicato y su decisión de manifestarse todos los meses, durante la celebración de los plenos ordinarios. Defiende la actitud del anterior de José Enrique Fernández, que dimitió a los pocos días de iniciado el conflicto, invitado por las autoridades locales a renunciar. Alega que gestionó «lo mejor que pudo» unos cuadrantes heredados desde el año 1996 y niega que utilizara las horas extra y las comisiones de servicio para premiar a los afines. Afirma que había un grupo de whatsapp al que pertenecen todos los agentes donde se publicitaban este tipo de servicios y que precisamente se habilitó para que hubiera la máxima transparencia. Precisa que no existe ninguna obligación legal de conservar los cuadrantes de trabajo una vez terminados, ya que son un documento de trabajo y no tienen ninguna validez legal. «Yo si estuviera en su pellejo hubiera hecho lo mismo. Él demandaba más recursos pero, al final, tiraba con lo que tenía. Lo que está haciendo el alcalde es eludir su responsabilidad», añade.

Las cabalgatas

También defiende la gestión del segundo jefe el provisional, Juan Ordiales, también afiliado del Sipla. En este caso, su marcha está vinculada a otro capítulo de este conflicto. La Policía Local emitió un informe a principios de año en el que afirmaba que no tenía efectivos suficientes para garantizar la seguridad en las cabalgatas de Reyes Magos de Lieres, Lugones, La Fresneda y La Pola. El consistorio entendió esta actitud como un intento de chantaje y un boicot al consistorio, como una argucia para incrementar la presión. Incluso, el equipo de Gobierno explicó que los agentes habían llamado a los organizadores como un medio para amedrentarles y tratar de echarlos encima del alcalde. Ángel García atribuye esta actitud a que se dejarán de pagar las horas extra. Ildefonso Rodríguez afirma que estaba cumpliendo con su labor porque si hubiera pasado un incidente la responsabilidad hubiera sido suya y cita casos recientes en otras comunidades, con fallecimientos de menores. 

El sindicato seguirá utilizando todas las medidas legales a su alcance para defender a sus afiliados y la utilidad pública del cuerpo. Mantendrá las movilizaciones y explorará todas las opciones legales. Asegura que ya ha tenido alguna vitoria en el terreno judicial. Menciona cuando trasladaron a la Fiscalía la falta de cuadrantes actualizados aprobados por el pleno. El Ministerio Público trasladó que no era un asunto penal «pero sí una irregularidad administrativa». En cambio, su primera denuncia por «acoso laboral, prevaricación y coacciones» ha sido archivada por el Juzgado de Instrucción número 4 Pola de Siero. El Sipla va a presentar un recurso de reposición y si no funciona, seguirá en instancias superiores. Esta denuncia cuenta con una grabación en la que, según los delegados sindicales, se escucha al alcalde intimidar a un mando para tratar de que declare contra su exjefe José Enrique Fernández, para montar un caso contra él, a cambio de exonerarle de cualquier responsabilidad. Ahora baraja la posibilidad de iniciar otra causa después de que Ángel García haya dicho públicamente que están actuando «como una mafia». Ven en esas declaraciones un ataque injustificado.

«Como una mafia»

El alcalde no ha dado ni un paso atrás. Ha repetido esta misma sentencia en diferentes ocasiones. «Utilizan tácticas parecidas a la mafia. Su forma de actuar es muy similar. Se reparten puestos, hacen horas extra y se las dan a quien quieren, solo benefician a los que son afiliados. En realidad, lo que tendría que hacer un sindicato es velar por que sus afiliados cumplan con sus obligaciones», señala. 

A Ángel García le gusta utilizar los números para apuntalar sus argumentos. Está convencido de que sus vecinos entenderán mejor su decisión si saben a qué se está enfrentando. De una plantilla de 47 agentes -el Sipla considera que para garantizar su correcto funcionamiento tendrían que ser 80- hay más de 10 con bajas de larga duración. Pero, además, explica que los que estaban en activo no están cumpliendo las 1.642 horas, 205 jornadas de trabajo, que deberían realizar al año. Cita el ejemplo de un afiliado al Sipla que faltó 59 días en un solo año, lo que supone un absentismo laboral que ronda el 30%, sin que tuviera ninguna consecuencia. Con un absentismo global que sitúa entre el 20% y el 30%, comienza a multiplicar. Si todos los agentes cumpliesen con su jornada laboral de 37 horas semanales, eso equivaldría a tener más de 10 agentes más en plantilla. «No es un problema de efectivos. Es un tema de jerarquía, de organización, de profesionalidad y no de medios», insiste. 

Más números. Mantener la Policía Local de Siero se lleva el 6,8% del presupuesto del concejo. «Esto es el equivalente a los que se cobra durante todo el año, en todo Siero, del recibo del agua, tanto para uso doméstico como industrial», ejemplifica el regidor. Está dispuesto a invertir en lo que sea necesario. Acepta que es necesario climatizar la comisaría situada en la plaza Olof Palme y ya tiene en marcha el proyecto. Acepta que son necesarios más medios técnicos y está dispuesto a comprar PDAs y ordenadores, porque está convencido de que la tecnología es fundamental. Pero precisa que jamás se lo han pedido. Como tampoco nunca le han pedido nada que tenga que ver con la mejora de la formación. Señala que entre las pocas cosas que le solicitó el anterior jefe fueron unos chalecos, «y se les compramos».

Versiones sobre el origen

¿Dónde sitúa realmente Ángel García el inicio del conflicto con la Policía Local? En la negociación de la jornada laboral. Explica que el Sipla lleva mucho tiempo reclamando en la mesa de negociación un sistema 6/6, es decir, seis días de trabajo y seis de descanso. El alcalde no está dispuesto a concedérselo porque no existen argumentos que sostengan esta reivindicación. Con ese tipo de turnos, los agentes no alcanzarían esas 1.642 horas anuales que tienen que trabajar. «Pero eso no lo dicen porque no se atreven, porque se echarían encima a toda la opinión pública», critica.

¿Dónde sitúa realmente el Sipla el inicio del conflicto con la Policía Local? Ildefonso Rodríguez explica que el alcalde conoce los problemas que sufre la plantilla de agentes desde su época como concejal de Personal, entre los años 2007 y 2010. Ahí comenzaron realmente las tiranteces. El detonante es de 2019 pero el origen se remonta a más de una década. En el año 2009, Ángel García solicitó al entonces alcalde, Juan José Corrales, la destitución del jefe policial, José Enrique Fernández, algo que nunca se llegó a materializar. Insinúa, por tanto, que podría tratarse de una venganza cocida a fuego lento, a la espera de una oportunidad como la actual.

Ángel García niega de manera tajante que sea ni un pulso ni tampoco una venganza. «Esto es una obligación moral y política, después de las irregularidades que he descubierto», se defiende. De hecho, recuerda que está en su segundo mandato. Si sus deseos de vendetta fuesen tan grandes como para no pasar página, «¿cómo no aprovechó su primera oportunidad? ¿Si no hubiera vuelto a ganar las elecciones, nunca se habría vengando?», se pregunta en voz alta. En sus primeros cuatro años al frente del Ayuntamiento de Siero, incluso delegó las competencias en el concejal de Personal, César Díaz, que en unas declaraciones públicas ha dado la razón a los policías y ha dicho que deben percibir todas las horas extra.

El nuevo jefe provisional

En medio de todo este batiburrillo, con comparecencias diarias de las partes, se acaba de nombrar un nuevo jefe provisional, Fidel Fernández, el delegado sindical del CSIF que comenzó a enfrentarse al comisario tanto de manera interna, por los procedimientos sindicales establecidos, como de manera pública, con denuncias en los medios de comunicación. La presión es máxima, cuando la mayor parte de sus compañeros pertenecen al Sipla. Ildefonso Rodríguez incluso señala que ha recibido tres nuevas afiliaciones en las últimas semanas, de agentes que quieren tomar parte y que hasta ahora se habían mantenido al margen. Rodríguez dice que Fidel Fernández no cumple con los criterios de mérito, antigüedad y capacidad que deben regir la cobertura de este tipo de puestos de mando, ya que no es el subinspector más antiguo y tiene expedientes disciplinarios abiertos.

Con respecto a los expedientes, LA VOZ ha confirmado que están archivados. Además, fuentes del CSIF consultadas explican que se trata de denuncias sin base real, por temas tan livianos como una discusión en un grupo profesional de whatsapp integrado por compañeros del cuerpo. Fidel Fernández, que ya ocupa el cargo de jefe provisional, no ha querido hacer declaraciones pero el alcalde sí que ha preguntado cómo es posible que el Sipla nunca pusiera pegas a los nombramientos de afiliados suyos, y nunca esgrimiera los argumentos de mérito y capacidad, y lo haga ahora cuando se trata de un policía de otra organización.

Para qué quiere Siero una Policía Local

Volviendo al titular de esta información. ¿Para qué quiere Siero una Policía Local? El alcalde ha encargado un informe que puede responder a esta pregunta. Pretende saber si legalmente puede disolver el cuerpo y cuál sería el mecanismo para hacerlo. Ante los escasos recursos que en la actualidad gestionan las entidades municipales, se pregunta si no sería mejor dedicar ese dinero a los servicios básicos que tiene que prestar un estado de bienestar y dejar en manos de la Policía Nacional y la Guardia Civil todo lo que tiene que ver con su ámbito de actuación. «Siero legalmente tenía que tener completamente extendido y eso no se está cumpliendo. La sanidad, la educación... Eso sí son prioridades. No estoy tan seguro de que tener una Policía Local lo sea», concluye.

 

   

  

        


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