La comunidad asturleonesa, la autonomía alternativa que nunca existió
Asturias
Mientras en León se reaviva el debate para reclamar formar un territorio sin Castilla se recuerdan los debates que Martín Villa zanjó en los 80 sobre la unión con Asturias
01 Dec 2019. Actualizado a las 05:00 h.
A finales de verano arreciaba la polémica en Castilla y León por la petición de concejales del PP de Valladolid de fijar la ciudad como capital de la autonomía en su estatuto, algo que motivó encendidas quejas de León. La provincia vecina y antiguo reino hermano del de Asturias no encuentra acomodo definitivo en el diseño del estado autonómico y la reivindicación de formar una comunidad en si misma es intermitente y constante. La última fue después de que el alcade socialista de León, José Antonio Díez, revindicara formar una sola autonomía separa de Castilla, incluso contando con Zamora y Salamanca; y destacando en todo caso que su ciudad se había visto relegada a un segundo plano en la actual autonomía.
La demanda de León se arrastra desde los inicio del diseño autonómico, en los primeros 80, pero incluso antes que la opción de con Castilla se valoró, incluso con estudios económicos, la viabilidad de un territorio conjunto con Asturias, una comunidad asturleonesa que por su tamaño y población hubiera rondado la veintena de diputados en su representación en el Congreso a lo largo de la historia de la democracia. La unión de Asturias y León no contó con muchas posibilidades pero detrás de su descarte definitivo hay un motivo político confeso por parte, al menos, de su principal protagonista: Rodolfo Martín Villa, entonces presidente de la UCD leonesa por los recelos que despertaba la posibilidad de suma electoral de la izquierda en un territorio unido y no separada por la cordillera. Con versiones distintas, según Martín Villa era la izquierda la que creía que Asturias sola le beneficiaría, tal y como relató en una entrevista concedida a León Noticias en 2013. En ella afirma: «En León siempre había una corriente de simpatía hacia Asturias. Dudas en esa dirección era normal tenerlas. Era interpretar la historia desde el principio: el reino de Asturias y luego de León, que es antes que el de Castilla. Si no se avanzó más en esa corriente asturiana fue por razones partidarias. Las preautonomías se constituyeron por los diputados y senadores de sus provincias. Si Asturias era única, la izquierda tenía mayoría. Si Asturias iba con León, tenía mayoría UCD».
Otros mantienen una visión distinta sobre un mismo suceso. Es el caso de Luis Herrero Rubinat veterano leonesista quien destacó que, si bien la opción predilecta por los ciudadanos en los inicios de la Transición era formar una autonomía en solitario, la unión con Castilla siempre fue la última alternativa. «La opción de Asturias sí estuvo sobre la mesa, teníamos cerca además el Consejo Soberano de Asturias y León en la guerra, es decir tenemos muchas cosas en común. Estaba por ver que en Asturias a finales de los años 70 hubiera voluntad por parte de la población de conformar una comunidad con León, yo creo que posiblemente Asturias quería una autonomía uniprovincial y derecho tiene. Martín Villa lo zanjó por razones políticas». A todo ello suma que Martín Villa adujo «las famosas razones de Estado, cuando dijo que con el corazón hubiéramos querido León solo pero con la cabeza Castilla y León, para crear un gran colchón en el centro de España para hacer frente a lo que él llamaba los territorios periféricos separatistas. Y el tiempo yo diría que le ha quitado la razón a este argumento».
Que hubo una posibilidad cierta de que cuajara la comunidad asturleonesa lo dicta el hecho de que llegaron a publicarse estudios sobre la viabilidad económica de la autonomía. Fueron encargados por la Federación Astur Leonesa de Cajas de Ahorros para ser elaborados por la Sociedad Asturiana de Estudios Industriales. De todo ello surgió un libro, que se publicó y aún aparece en el catálogo de Sadei aunque es muy difícil de conseguir un ejemplar: «Asturias y León análisis de su problemática común». Este estudio para analizar la viabilidad de una comunidad asturleonesa concluía señalando sus importantes vinculaciones: continuidad poblacional, existencia de flujos económicos, o de recursos naturales, que complementado con una planificación económica conjunta daría lugar a una unión integrada y coherente.
«Económicamente hubiera beneficiado a ambos territorios porque se complementan, tienen una economía similar, quitando la parte del mar que León no tiene, y hemos atravesado las mismas penurias en sectores como el de la minería», apuntó Luis Herrro quien añadió que «en Asturias ahora los datos no son buenos, en envejecimiento y pérdida por población, y León está tercero por la cola; estamos en ese triángulo del noroeste es que el paradigma de la España vacía».
Pero los vínculos se mantienen. «El 23 de abril que es la fecha del Día de la comunidad de Castilla y León por Villalar de los comuneros, Ikea pone un anuncio en los periódicos leoneses que dice algo así como Ikea abre hoy en Asturias, ven a visitarnos y te regalamos la autopista»; destacó Herrero como ejemplo de el flujo constante de personas y medios entre Asturias y León.
A su juicio, la comunidad de Castilla y León es singular y se cuadró casi al final. «es el último estatuto en aprobarse, el número 17 cuando ya el mapa autonómico estaba completo y parecía que faltaba una pieza para que el puzzle estuviera acabado del todo. Metieron nueve pronvincias en las que 40 años después se demuestra que no hay sentimiento de region ni ánimo de construir una comunidad como hacen en el resto, a partir del sentimiento de pertenencia», a lo que añadió que Castilla y León ha tenido que superar diversos pasos en el Tribunal Constitucional, por la integración de León, la de Segovia y la del condado de Treviño.
Dos décadas atrás, Izquierda Unida de Asturias llegó plantear en un documento una reforma constitucional para levantar la prohibición que impone la Constitución de 1978 respecto a que las comunidades autónomas se «federen» o «fusionen» pensando precisamente en la posibilidad de una unión asturleonesa. Sobre el movimiento autonomista leonés y su futuro, Herrero apuntó: «soy escéptico respecto a que cambien las cosas, veo una brecha que se puede abrir en el supuesto de que se reforme la constitución para hacer de España un país federal y que se pueda replantear el estado autonómico». En todo caso insisitió en que se debería dar voz a la ciudadanía en una consulta. «No hablamos de un territorio que quiera salirse de España o desobedezcan a los tribunales pero ¿qué tiene La Rioja o Cantabria que no tenga León?. Y como comunidad uiprovincuial debería tener una relación prioritari y preferente con Asturias por tantas cosas que nos unen».