La Voz de Asturias

«Aquí les noches son muy dures y la cabeza está en otro sitio»

Asturias

L. Ordóñez

El día a día de un encierro en la Catedral

Los encerrados de Vesuvius en la Catedral confían en que la visita de los reyes al templo pueda servir para difundir su conflicto

16 Oct 2019. Actualizado a las 22:38 h.

En la esquina de la Sacristía de la Catedral de Oviedo, al lado de la habitación donde los sacerdotes se cambian para el culto, hay una ventana que da a la plaza de Alfonso II, hay mucho frío en las tardes lluviosas del otoño asturiano y cerca de la puerta una pequeña pila para el agua bendita. Allí se hace consciente de manera inevitable el paso del tiempo paso a paso, cada señal de las horas en punto, a cuarto o a media o a menos cuarto, porque lo marcan con rigor constante las campanas del templos. El paso del tiempo, el frío y la penumbra de las paredes de piedra gótica son los compañeros de los trabajadores de Vesuvius encerrados desde hace siete días en la iglesia, de los tres que iniciaron la protesta uno tuvo que abandonar ayer el encierro por un asunto familiar y los otros dos cuentan es precisamente la familia, dos niños pequeños (uno de tres años y otro de seis) que piensan que sus padres están de viaje, lo que más les ocupa la mente a lo largo de la semana.

Ninguno de ellos quiere que aparezca su nombre ni su cara cuando hablan con la prensa porque no quieren protagonismo. A comienzos de esta semana iniciaron una huelga de hambre que se prolongó durante un día y que desconvocaron después de que en las largas negociaciones con la multinacional en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC), al filo de las tres de la mañana, lograran arrancar a la compañía un acuerdo para el cese de la actividad industrial que supondrá que los despidos previstos en el ERE, más de cien trabajadores, se harán efectivos el 31 de octubre, aunque con el compromiso de buscar un plan de reindustrialización con futuras recolocaciones. 

Trabajadores de Vesuvius, encerrados en la Catedral de OviedoTOMÁS MUGUETA

Pero todavía se trata de un promesa que debe concretarse. Dicen que por el contacto la sección sindical europea saben que experiencias similares de Vesivius en Italia no terminaron de cuajar de forma real en las recolocaciones que se pusieron sobre la mesa durante las negocaciones y no quieren que les pase lo mismo. «Volveríamos a la huelga de hambre si no llega la solución. No puede pasar más de una semana desde la ultima reunión del Sacec a la mesa técnica» en la que debe presentarse ese plan de reindustrialización.

Los teléfonos móviles son su única fuente de contacto con el exterior, con los compañeros y las familias. «Aquí les noches son muy dures y la cabeza está en otro sitio también». Duermen sobre dos jergones y sacos al lado de la pared y su rutina empieza con el amanecer, o antes. «Nos levantamos temprano, a las 7 y media de la mañana pero intentamos que cuando llegue todo el mundo lo encuentre un poco fresco y recogemos».

Trabajadores de Vesuvius, encerrados en la Catedral de OviedoTOMÁS MUGUETA

Hace apenas unos días, y con la previsión de que los reyes y la princesa visiten la catedral en el marco de los premios que entrega la Fundación, el arzobispo de Oviedo pidió a la familua real que tuviera un gesto con los encerrados. «La mejor visita, la que nos ayuda es la de los compañeros, perjudicial no es ninguna pero hay que tener un respeto a alguien que viene aquí invitado, que pueda llevar nuestro problema fuera»; dicen y añaden que «cuando vengan los reyes vamos a seguir el día a día igual que estamos, no vamos a molestar a nadie. Si quieren venir aquí bienvenidos sean». ¿Qué esperan de esa visita? «Nosotros lo único que esperamos es que se solucione esto, lo agradeceríamos y ya está».

En su reivindicación está de forma constante una denuncia de cómo la reforma laboral ha dejado atados de pies y manos a los trabajadores ante una amenaza de cierre, incluso, como es el caso, en el que la empresa tiene beneficios. Según su relato, la multinacional se ha negado a todas las opciones planteadas, a la extensión del ERE para ampliar los plazos, a una oferta de compra (que aseguran que existe) pero a que también se han opuesto para no entregar a la competencia unos trabajadores cualificados y muy experimentados. La factoría de Langreo recibió menciones de buenas prácticas en los últimos años. La legislación vigente les abocaría a perder si acudieran a los tribunales y la única vía ha sido buscar un despido improcedente.

«Vamos a encerranos donde haga falta y si no es aquí, en otro sitio», aseguran.

 


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