Estas son las dos obras que «esculpen» la carrera de María Jesús Rodríguez
Asturias
La artista, medalla de plata de Asturias 2019, elige las esculturas cruciales para entender su trayectoria
03 Sep 2019. Actualizado a las 05:00 h.
No hay mejor forma de conocer a los artistas que a través de su obra, y más aún si esta es reflejo de la forma de entender la vida y el entorno de estos creadores. Formada en la Escuela de Artes Aplicadas de Oviedo, María Jesús Rodríguez, galardonada con la Medalla de Plata de Asturias 2019, refleja a través de sus esculturas su percepción de la naturaleza, sobre todo aquella que, como afirma ella, «no se ve pero es la que construye el mundo, es la que da la base». Su interés por todo lo relacionado con el medio natural le ha motivado a investigar materiales sostenibles y que contaminen lo menos posible como forma de manifestar su respeto por la naturaleza. Guarda un emotivo recuerdo del Grupo Abra, cuya fundación en su juventud supuso una explosión creativa y de experimentación muy fructífera como artista. Por otra parte, describe las dos obras que mejor le definen, que se encuentran en dos puntos muy distintos y, a su vez, muy concurridos en el día a día. Una de estas, incluso, le ha valido para ser reconocida, incluso, por el presidente de La Rioja.
La primera de estas creaciones se localiza en el Parlamento de Asturias, y se enmarca dentro de su etapa del cartón, titulada Sele ye la nueche que, desde 1998 se encuentra en el acceso al hemiciclo. «Es la obra que mejor define este período creativo», afirma su autora. Esta escultura se instaló tras la rehabilitación del edificio, y cuenta con cinco metros de largo y un color negro muy caractertístico. Se trata de un trabajo que habla sobre los acantilados del occidente de Asturias, que representó en esta creación clave de la etapa artística en la que María Jesús Rodríguez utilizaba el cartón, y que representa como ninguna las inquietudes de la artista en plasmar su amor por la naturaleza.
La creación no fue escogida de forma aleatoria, sino que tuvo que pasar por un concurso público, que ganó y le sirvió para que mucha gente le reconozca por esta obra, como afirma la propia autora. Además, se encuentra muy orgullosa de esta obra por lo que significa para ella que se encuentre expuesta en un edificio de la talla del Parlamento de Asturias, con las implicaciones que eso acarrea. De entre las personalidades que le asocian a esta espectacular escultura se encuentra el presidente de La Rioja, con el que coincidió en un viaje a la región, y que alabó esta creación. La galardonada con la Medalla de Plata apunta también que la sala en la que se sitúa esta escultura se trata de una de las más fotografiadas del Parlamento de Asturias, y por la que es más conocida su creadora.
La otra obra que la escultora considera más relevante de su trayectoria profesional es la que se sitúa en un centro de salud de La Luz, en Villalegre. Estas puertas de aluminio, una creación de gran formato, son muy valoradas por la artista por el lugar en el que se encuentran y por la luz con la que cuenta, que es un factor que María Jesús Rodríguez valora como muy importante. La invención artística se integra de forma perfecta con el complejo sanitario, y resalta a la vista una vez se llega a estas instalaciones sanitarias.
«Hace ocho me llamó el arquitecto Andrés Diego Llaca, que había hecho un centro de salud, y me propuso hacer unas puertas en aluminio para una obra de gran formato. Me gusta lo bien que queda en el entorno y sobre todo, como obra pública que es, que la gente pueda verlo y sentarse al lado», afirma su autora. La ovetense descubrió el aluminio en un taller donde se construía un barco pesquero. Después de 22 años utilizando el cartón, sintió que era hora de utilizar otros materiales y por ello comenzó a investigar el aluminio, descubriendo cómo acceder a él y emplearlo para sus creaciones. Esta obra cumbre de esta etapa artística data de 2011.
El grupo Abra y su búsqueda continua de nuevos materiales
Para entender la trayectoria de la artista ovetense, es necesario entender el papel que jugó el grupo Abra en sus inicios en el mundo del arte y su impacto en sus primeros años como escultora. La asturiana fue una de las integrantes de este colectivo artístico, que se formó en la década de los 80 cuando ella contaba con solo 19 años, en un período donde sus miembros se convirtieron en artistas y pasaron unas épocas muy intensas desde el punto de vista creativo. El paso de los años ha hecho que varios de sus miembros se hayan desplazado a otras tendencias artísticas y se haya disuelto esta formación, aunque la llama del recuerdo sigue presente. Tanto es así que hace unos años se reencontraron en una exposición donde se volvieron a juntar sus integrantes. Actualmente, tanto María Jesús Rodríguez como su pareja, también antiguo miembro del grupo Abra, no se integran dentro de ningún colectivo.
La labor artística de la ovetense se concentra en la búsqueda de nuevas líneas y materiales, como forma de continuar y avanzar en el proceso de innovación que siempre ha caracterizado a la artista asturiana. Las investigaciones que ha realizado la escultora influyeron de forma decisiva en las transiciones que ha realizado en los productos utilizados para crear sus obras. Los avances en nuevas formas de creación artística posibilitan el uso de materiales más eficientes y menos contaminantes, que consolidan unas inquietudes artísticas más concienciadas con el medio ambiente y con la naturaleza con la que dialoga María Jesús Rodríguez.