El fantasma de un nuevo ERE planea sobre los trabajadores de Arcelor
Asturias
La multinacional determinará la decisión una vez se concrete a qué productos afectará la medida y reprograme la planificación de los pedidos
07 May 2019. Actualizado a las 20:56 h.
ArcelorMittal anunciaba a primera hora del lunes una reducción de la producción en Asturias de 700.000 toneladas, de los tres millones de toneladas que ha decidido reducir en total para ahorrar costes, pero ha dejado numerosas cuestiones sin precisar que se convertían en incertidumbre según pasaba la jornada. Una de las más relevantes, cómo afectará la rebaja de la producción a los 5.400 trabajadores de plantilla propia y a los 1.400 trabajadores de empresas auxiliares que tiene la multinacional en la región. Por el momento, la incógnita está sin despejar a expensas de concretar a qué productos se aplicarán las reducciones, se analice la cartera de pedidos y se vea si es necesario reprogramar la planificación. Entonces se determinará si es necesario ejecutar una regulación temporal del empleo. Desde los sindicatos aseguran que «no se habló nada» por el momento de los ajustes de plantilla, aunque desde CCOO de Industria sospechan que «por ahí irán los tiros».
La decisión de ArcelorMittal de reducir su producción en tres millones de toneladas este 2019 salpica a la región de lleno, ya que de las plantas asturianas salen anualmente 4,2 millones de toneladas de acero primario, cantidad que ahora se reducirá un 16% con el objetivo de reducir costes dado el elevado precio tanto de la electricidad como de los derechos de emisión de CO2, precios que hacen que no pueda competir con los de los aceros que llegan de otros países de fuera de la Unión Europea. Entre las pocas cuestiones que ha precisado está que reducirá la marcha en los hornos altos de Gijón así como en la acería de Avilés, y aunque no se prevén cierres temporales de instalaciones, está por precisar como afectaría los productos planos, ya que se ha asegurado que la medida «no afectará a los productos largos» que se fabrican en Gijón.
«Hay que cuantificar las reducciones para ver si hace falta un ERE temporal», han trasladado fuentes de la compañía, que apuntan también que será necesario «ver la cartera de pedidos y si hay que reprogramar la planificación» para tomar decisiones en ese sentido. Lo que parece claro es que si la plantilla propia se ve afectada por una regulación de empleo, conllevará un reajuste de trabajadores de las empresas auxiliares. «Ahora hay que dejar trabajar a la gente y que planifique las líneas a seguir», han añadido desde la multinacional.
Respuesta de los sindicatos
La incertidumbre sobre el empleo tampoco la pudieron despejar los sindicatos en la reunión que mantuvieron con la empresa en la mañana del lunes. «No se habló nada de cómo afectará al empleo, pero la lógica dice que por ahí irán los tiros», ha manifestado el secretario de CCOO de Industria, Damián Manzano, que ha recordado que tanto en Arcelor como en las auxiliares están negociados los EREs. Lo que tiene claro el responsable sindical es que «es una situación coyuntural del país» por los elevados costes de la energía y de los derechos de emisión del CO2, por lo que confía en que «ninguna medida tenga un carácter permanente» y, mucho menos, en relación al empleo. Además, apostilla Manzano que desde la multinacional han asegurado «que no afectará al desarrollo de las inversiones».
El secretario general de la sección sindical de UGT en ArcelorMittal Avilés, Raúl Cueto, ha coincidido en que como consecuencia de que «está todo por concretar» desconoce la incidencia que tendrá sobre el empleo, aunque la previsible idea de un ERE temporal le sobrevuela. «La reducción de la producción es un jarro de agua fría, porque aunque no va a haber paradas largas en los talleres, lo que nos interesa es que las plantas estén a pleno rendimiento», señala Cueto, que añade que «no están claras las fechas ni los productos» a los que se aplicará la rebaja de producción.
Desde ambos sindicatos han aprovechado para reclamar al Gobierno estatal medidas en la tarifa eléctrica y la puesta en marcha del estatuto para la gran industria consumidora de energía «para que las empresas se queden», ha señalado el representante de UGT, que ve en los elevados costes y en la llegada de acero de otros países, como Turquía, un riesgo para la industria electrointensiva. En este sentido se pronunció también Damián Manzano instando a la UE y a España a tomar medidas para la siderurgia frente a países «que no cumplen con las mismas medidas medioambientales pero compiten en el mercado europeo».
Desde la sección sindical de CCOO en ArcelorMittal han considerado a tenor de la información proporcionada por la multinacional que «no existe una estrategia clara y definida del Grupo para actuar frente a la situación del mercado» incidiendo en la queja de que «no se ha informado de que planes estratégicos se van a implementar, ni cuál va a ser la duración de la medida y como va a afectar al conjunto de los centros, mas allá de lanzar el mensaje que se debe a temas relacionados con las políticas europeas y nacionales en torno al precio de derechos de emisiones de CO2, costes eléctricos y aranceles insuficientes».
«Desde CCOO entendemos que, sin el necesario detalle sobre la incidencia de la reducción planteada, lo único que se pretende es generar incertidumbre», han señalado desde la sección sindical, que deja claro desde un primer momento que no permitirán que la medida de reducción de la producción afecte a las negociaciones en curso del convenio. De igual modo, desde UGT han dicho que «seguirán defendiendo sus pretensiones» y que por este ajuste en la producción «no vamos a bajar el listón».
Reacciones desde la Federación Asturiana de Empresarios
El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Belarmino Feito, ha confiado en que la decisión de ArcelorMittal de reducir su producción de acero en las plantas del Principado «no suponga un gran impacto sobre el empleo» de la multinacional. Feito ha señalado que la reducción temporal de la producción en las plantas asturianas se estima en torno al 16% y también afectará «previsiblemente a las líneas de productos acabados».
«Aún pendientes de conocer las medidas sociales de choque propuestas por la empresa, creemos que el potencial impacto en el empleo pueda ser gestionado mediante los actuales ERTEs, que facilitan ajustar la producción con la demanda», ha puesto de manifiesto. El presidente de la FADE ha comentado que este nuevo escenario pone de manifiesto la «ineficacia» de las medidas arancelarias establecidas por la Unión Europa para los productos siderúrgicos importados de países extracomunitarios. En lo que se refiere a los costes energéticos, ha subrayado que España debe percatarse de que esta es una «alerta importante», porque paga «una de las energías más caras de Europa».