«Que Renfe me devuelva el dinero del billete no me compensa, a mi padre no lo voy a enterrar más»
Asturias
Carta abierta de una viajera del tren entre Madrid y Gijón que no pudo llegar a un entierro familiar después de padecer dos transbordos imprevistos y un retraso de hora y media
04 Apr 2019. Actualizado a las 08:18 h.
«Soy Elvira Montes, asturiana pero con domicilio en Alicante. El pasado lunes, día 1, mi familia me comunicó desde Asturias que mi padre había fallecido. Eran las seis y media de la tarde. Tenía que desplazarme a Asturias para el entierro, el martes, día 2, a las seis de la tarde en La Camocha. en Gijón. Pero no pude llegar a tiempo». Así comienza la carta abierta que una usuaria de tren ha querido dirigir a los responsables de Renfe y Adif, y también al ministro de Transportes, después de que el convoy de Madrid-Puerta de Atocha a Gijón-Sanz Crespo llegase con hora y media de retraso después de dos transbordos imprevistos en trenes de Cercanías: uno entre Atocha y Chamartín que afectó «a unos doscientos viajeros», y un segundo entre Oviedo y Gijón para la treintena de pasajeros que viajaban hasta el fin de trayecto. Este es el relato de la experiencia, que viene a sumarse a otros incidentes de este tipo, cada vez más frecuentes en las líneas que unen Asturias con la Meseta y la costa mediterránea.
«Me acerqué a Renfe en la confianza de que me venden vía rápida, seguridad y servicio de transporte público, y me organizaron con muchísima amabilidad la combinación para llegar a Gijón a las 17,20 del martes. Cogí mi billete, y el martes a las 7,15 salí de Alicante en dirección a Madrid-Atocha, adonde teníamos la llegada hacia las 9,30. Allí tenía que cambiar de tren en dirección a Gijón las 11, 08 de la mañana. Subimos al tren a las 10,50 con la idea de salir a las 11,08 como estaba previsto, pero a las 11,09 nos dijeron el tren iba a sufrir un retraso porque había problemas de señalización. Una hora y diez minutos después seguíamos en Atocha. Se dirigieron a nosotros diciéndonos que nos iban a trasladar a la estación de Chamartín en una unidad de Cercanías. Nos cogieron a todos en manada, sobre unas doscientas personas a toda pastilla, atravesando una estación inmensa; todo era gris, horrible, agobiante. Había mucha gente mayor cargando con equipajes y entre los que íbamos más de uno tenía sus propias preocupaciones, sus asuntos graves e incluso sus duelos como era mi caso y el de alguna otra pasajera, que tenía un entierro en Zamora. Otra viajera tenia un familiar hospitalizado en Valladolid y una tercera tenía que enlazar en Palencia para acudir a un hospital en Burgos por el mismo problema y muy poco margen para el trasbordo… Todo muy triste».
«Llegamos finalmente a Chamartín, tuvimos otra vez que esperar y no salimos hasta pasada la una de la tarde. Nos metieron por vía rápida a toda pastilla con un tren que no sé si está en condiciones de ir a las velocidades a las que íbamos para ganar tiempo, según nos dijeron, una hora. Un engorro añadido: tuvimos que pasar el arco de seguridad tanto en el acceso al andén en Atocha como de nuevo en el andén de Chamartín, con lo que los viajeros que veniamos de Alicante, que ya habíamos pasado otro allí, llegamos a pasar tres veces por arco de seguridad en la misma mañana, maletas, equipajes de todo tipo y abrigos incluidos. En ese momento, decidí colgar lo sucedido en mi cuenta de Twitter sin saber que aún habría más cosas que lamentar en este viaje».
«Los viajeros que esperaban nuestro tren de Atocha, que tenían la salida a las 11,48, nos contaron que a ellos les habían comunicado la incidencia cuando ya estaban en el andén 14 a la espera del tren y habían pasado a su vez el arco de seguridad correspondiente. A ellos a esa hora les dieron una explicación distinta, por cierto, a la que nos habían dado a nosotros: no un problema de señalización, sino la avería del tren. Les hicieron volver al vestíbulo y les cambiaron al andén 21, donde tuvieron que esperar a que llegásemos nosotros en nuestro Cercanías desde Atocha. Bastantes de ellos, habituales del trayecto, comentaban que estos cambios de trenes son cada vez más frecuentes y que ya les han sucedido varias veces; unas es de tren a tren en el mismo andén, otras de andén a andén en la misma estación, por lo general en Chamartín, y algunas veces, como nos sucedió a nosotros, de estación a estación, cuando se pagan billetes directos para evitar esas situaciones. ¿Qué está sucediendo en realidad? ¿Es por comodidad o, más grave, los trenes se averían de verdad con tanta frecuencia?»
«El colmo de los colmos es que llegamos a Oviedo ya con casi media hora de retraso, en torno a las 17,45, pensando que estábamos ya cerca del destino, pero volvieron a anunciarnos por megafonía que el trayecto finalizaba allí y que teníamos que volver a bajar del tren diciendo que nos iban a trasladar a otro Cercanías hasta Gijón. En un principio, el revisor se limitó a decir que eran órdenes de la oficina de gestión y que no les habían explicado el motivo. Después dieron que, como íbamos con mucho retraso, hora y media larga, que siguiéramos nosotros sufriendo el retraso pero que no lo iban a sufrir también los pasajeros del tren con destino a Madrid que tenían que utilizar de vuelta la misma unidad con la que habíamos viajado. Tuvimos que esperar casi media hora en el andén».
«Señores de Renfe, de Adif, me siento totalmente ninguneada, abusada, tomada por ignorante. En ningún momento se nos dio ninguna explicación que entendiéramos, ninguna. No sabemos que hay detrás de todo esto. Lo cierto es que llegamos con más de hora y media de retraso: cuando quise llegar, eran las 18,50. Que se me devuelva el dinero no me compensa nada. A mi padre no lo voy a volver a enterrar más. Pero tampoco pienso renunciar a la devolución, así que, como otros viajeros, bastante indignados por cierto, me dirigí a la ventanilla de Atención al Cliente, y nos encontramos con que nos dijeron que no podíamos reclamar la devolución hasta pasadas 24 horas de la hora inicialmente prevista de llegada y, como broche de oro, nos encontramos con que no había ya taxis a la salida de la estación. Esto no puede pasar. El ministro de Fomento tendría que decir qué es lo que está pasando con este transporte que pagamos entre todos».