«No soy contable, sólo revisaba los grandes conceptos», se defiende Natalio Grueso
Asturias
El exdirector del Centro Cultural Niemeyer se enfrenta a una petición de once años de cárcel, diez años de inhabilitación y multa por irregularidades detectadas en la gestión al frente de la Fundación Oscar Niemeyer
18 Mar 2019. Actualizado a las 12:47 h.
El exdirector del Centro Cultural Niemeyer, Natalio Grueso, acusado de malversación, ha prestado declaración ante el juez y ha manifestado sobre la contabilidad de la Fundación Niemeyer que «algunas facturas las veía y otras no, dependiendo del importe de las mismas». «Yo revisaba los grandes conceptos pero no los desgloses concretos de cada factura, ha dicho Grueso, insistiendo y reiterando «él no es un contable y por tanto no entraba en el detalle de la contabilidad». Ha añadido que era la presidenta de la Fundación quien debería revisarlas. Natalio Grueso se enfrenta a una petición de once años de cárcel, diez años de inhabilitación y multa por irregularidades detectadas en la gestión al frente de la Fundación Oscar Niemeyer, creada en 2007 con capital público, informa Europa Press.
Con la declaración de Natalio Grueso se ha reanudado el juicio presidido por el Magistrado Javier Begega que fue suspendido el pasado mes de septiembre tras las reiteradas renuncias de los letrados de Grueso. Ha explicado que la única cuestión que pidió respecto a la facturación y la contabilidad fue al principal proveedor de servicios, El Corte Inglés, al que le solicitó que les permitiese no pagar las facturas en el mismo momento en el que se presta el servicio porque se quedarían sin liquidez y que en la medida de los posible se pudiesen dilatar las fechas de pago. También ha afirmado que reconoció una deuda con el Corte Inglés por facturas no pagadas, ya en su última etapa en la Fundación, en 2011.
Durante el interrogatorio Grueso ha pedido al fiscal, Alejandro Cabaleiro, que «no trate de hacer ver que la Fundación Príncipe de Asturias y la Fundación Niemeyer eran cosas diferentes». Así ha negado conocer la razón por la que las facturas a la Fundación Niemeyer se cargaron meses o años después de haberse llevado a cabo el servicio, algunos de ellos siendo el procesado empleado de la Fundación Príncipe de Asturias.