Una gran brecha separa todavía a Asturias de la convergencia económica con la UE
Asturias
La renta per cápita de la región ha mejorado desde 2015, pero aún está lejos de los niveles que tuvo entre 2006 y 2008.
20 Mar 2019. Actualizado a las 16:33 h.
La brecha que ha dejado la crisis económica sigue sin cicatrizar en una Asturias en la que las mejoras de los últimos años han sido levísimas. Tal es así, que a la región seguramente le costará todavía años volver a situarse en unas cifras de riqueza regional similares a las que tenía entre 2006 y 2008, años en los que estuvo más cerca que nunca de converger económicamente con la Unión Europea. Los últimos datos publicados por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), en los que se analiza la situación económica de los 28 países de la Unión, reflejan que Asturias mantiene una distancia importante en el proceso de confluencia, mientras que otras regiones europeas han logrado ya superar sus peores épocas. Las cifras indican que el nivel de riqueza de un asturiano era en 2007 el 94% de la renta media europea, situándose a sólo seis puntos de la convergencia. Sin embargo, en 2014 la proporción llegó a estar dieciséis puntos por debajo al situarse en el 78% y, según el último balance de Eurostat, en los tres años siguientes sólo se habría recuperado cuatro puntos, posicionándose en el 82%. La distancia económica, por tanto, de Asturias con la media europea es amplia a pesar de que la comunidad autónoma ha ido perdiendo población en estos años y eso supone que al ser menos se toca a más.
Las estadísticas de Eurostat para la región asturiana dibujan una curva que en este nuevo siglo parte de unos datos similares a los actuales y que tras tocar techo y mantenerse por encima del 90% de la renta media europea durante casi un lustro, comenzó a caer en picado en 2011 hasta llegar en 2014 al 78% de la riqueza media del viejo continente. Hay que tener en cuenta que la entrada en 2004 de los países del este de Europa a la Unión provocó un efecto estadístico que hizo que Asturias estuviera más cerca que nunca de la convergencia y que España, incluso, estuviera esos años casi cinco puntos por encima de la media europea.
En la actualidad la realidad es otra a nivel nacional, y la pérdida de convergencia no es por tanto, un problema sólo de Asturias, sino que afecta a todo el conjunto de España y al resto de comunidades autónomas, teniendo como causa principal la crisis que comenzó en 2008 con el estallido de la burbuja inmobiliaria y que aquí en la región se agudizó con los declives particulares en la minería y la industria. El último balance de Eurostat muestra que Asturias, con el 82% de la renta media de la Europa de los 28, comparte puesto con Galicia y se queda por debajo de las vecinas comunidades de Cantabria (83%) y Castilla y León (86%). A años luz está la región asturiana de otras zonas del norte, como Navarra (113%), el País Vasco (121%), Aragón (101%) o La Rioja (96%). Aún así, Asturias sí supera a comunidades como Valencia (81%), Murcia (76%), Castilla-La Mancha (73%), Andalucía (68%) y Extremadura (64%). También sobrepasa a Canarias (75%) y a Ceuta (72%) y Melilla (66%). El mapa que resulta de situar los datos de Eurostat también refleja la desigualdad y la brecha existente en el territorio español, donde un vasco o un madrileño casi doblan la riqueza per cápita de un extremeño, la comunidad más pobre. No obstante, ninguna de las comunidades españolas se encuentran entre las 20 regiones más ricas de la UE. Ni siquiera Madrid y el País Vasco.
Disparidad entre las regiones europeas
La disparidad de riqueza también se da entre regiones en el conjunto de Europa, con una distancia tremenda entre las zonas con mayor y menor riqueza. Mientras el centro de Londres, por ejemplo, está en el 626 % de la renta media comunitaria, muy por encima, incluso, de Luxemburgo (253 %), ambas constituyen las áreas más ricas de Europa en términos de PIB per cápita, y se sitúan en las antípodas de las zonas más pobres de la UE de 28 países, como son las regiones norte y centro de Bulgaria, donde la renta de un ciudadano oscila entre el 31 y el 34 % de la media europea.