La «maldición» de la garrapata: no podrás comer carne (roja)
Asturias

La picadura de este parásito provoca alergias alimentarias detectadas, sobre todo, en Asturias y Galicia. La mayoría de los pacientes tienen reacción a los mismos platos
20 Dec 2018. Actualizado a las 17:29 h.
En Estados Unidos la reacción es a las hamburguesas. En Australia, a la carne de canguro. En Asturias, el problema se concentra en el cordero y en los riñones de cerdo. Las reacciones alérgicas a los alimentos están aumentando en los últimos años. Se debe a causas muy diversas pero en el caso de la carne se ha identificado un factor fundamental: las picaduras de garrapata. La picadura de este parásito genera una reacción en el sistema inmune de las personas que puede terminar provocando una alergia. No ocurre en todas las personas, ni siquiera sucede con todas las garrapatas. Pero los investigadores lo han identificado. En España, los diagnósticos se concentran en la cornisa cantábrica, con Asturias y Galicia como como referente.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) asegura que, en realidad, este tipo de alergia se puede dar en casi todo el país, aunque en el noroeste es donde se han descrito más casos, mientras que en la zona mediterránea es menos frecuente. El especialista Moisés Labrador lo atribuye a dos factores. El primero es que la cornisa es un territorio más rural, con más población susceptible de entrar en contacto con una garrapata. Ganaderos, agricultores, habitantes de pueblos pequeños o cazadores presentan más riesgos. El segundo es que parece que la clase de parásitos más peligrosos se concentran en esa franja de territorio.
Los diagnósticos han crecido en los últimos años. La sociedad no dispone de cifras exactas pero sí habla de tendencias. Esto es algo que se llevan investigando desde hace tiempo en Estados Unidos pero es mucho más reciente en España. Labrador reconoce que apenas llevan cinco años trabajando el tema. No obstante, los avances se han importado y ya se está utilizando una prueba diagnóstica muy fiable y fácil de utilizar. El diagnóstico tiene, en cambio, una gran dificultad que nada tiene que ver con la ciencia. Los síntomas no se presentan hasta varias horas de la ingesta de carne, así que muchas veces ni los médicos ni lo propios pacientes lo relacionan con la comida.
Cómo se desarrolla
Labrador explica que el origen de la alergia alimentaria está en la propia picadura de una garrapata que genera en la persona una sensibilización a una molécula del azúcar denominada alfa-gal. De hecho, en Estados Unidos a este tipo de reacción se ha denominado Síndrome Alfa-Gal. No solo genera problemas con la carne roja. También se ha identificado en pacientes que toman un fármaco, el cetuximab, indicado para lucha contra el cáncer colorrectal avanzado. El hallazgo fue obra del inmunólogo Thomas Platts-Mills, de la Universidad de Virginia.
La mordedura es, por tanto, el origen. Genera una respuesta inmunológica que puede provocar el desarrollo de una anafilaxis al consumo de carne roja. Labrador, que presidente el comité de inmunología de la SEAIC, reconoce que produce elevado niveles de anticuerpos IgE frente a ese azúcar alfa-gal. Como ocurre con el resto de las alergias, la reacción se produce en dos fases. La primera vez que se ingiere la carne roja se genera la sensibilización. En el segundo contacto es cuando ya pueden aparecer los síntomas, desde una urticaria a un shock anafiláctico en los cuadros más graves.
No está asociado a un tipo de carne concreta sino a la que más se consumen en un territorio. Hamburguesas, canguro, riñones. ¿Podría pasar con un chuletón de ternera asturiana? Responde, sin duda, el especialista: «No depende del tipo de carne que se consuma sino de la cantidad que se coma y de la exposición que haya tenido». Tal y como llega puede desaparecer, al menos en los casos no muy graves. Si el paciente no sufre más picaduras y se cuida, en un número de años la alergia se va.
El contagio con la garrapata tampoco procede de un animal concreto. Labrador cuenta que se ha descrito un diagnóstico positivo en un científico que trabaja con chimpancés. Sin embargo, lo habitual es que la alergia se presente en personas del entorno rural.