La Voz de Asturias

¿Por qué las asturianas no tienen (aunque quieren) más de un hijo?

Asturias

Carmen Liedo Redacción
Tasa de fecundidad de Asturias

La última encuesta de fecundidad del INE revela que las mujeres posponen el aumento de la familia por razones laborales e imposibilidad de conciliar la vida familiar con el trabajo

30 Nov 2018. Actualizado a las 05:00 h.

Dos es el número de hijos que las españolas consideran ideal para formar su familia. Pero el conjunto del país, y más Asturias, está lejos de alcanzar esa cifra, cuya media no se ha vuelto a registrar desde 1981. Nuestra comunidad autónoma ocupa el último lugar en ese ranking, y es que las mujeres asturianas son, precisamente, las que menos hijos tienen de todo el país, con un tasa de 1,03 hijos. Cierto es que esa tasa se ha ido recuperando poco a poco desde 1995, cuando la cifra tocó fondo con 0,82 hijos por asturiana. La media nacional se sitúa actualmente en 1,31 hijos y Canarias y Galicia son las otras comunidades que siguen a Asturias empezando la lista por el final. Pero ¿por qué las asturianas no tienen más que un hijo cuando el deseo natalicio es tener, al menos, otro más?

La encuesta desvelada esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que no se renovaba desde 1999 y que ha elaborado por cuarta vez en cuarenta años, revela que en el conjunto de España las mujeres de entre 18 y 55 años querrían tener más hijos de los que tienen o han decidido tener. Casi la mitad de los 11,9 millones de mujeres de ese rango de edad consideran que dos es el número adecuado de hijos, a los que se añade otro 25 % que preferirían tener tres. Dar dos veces a luz es estimada como la cantidad preferida en todos los grupos de edad, siendo la opción con más afinidad tanto entre las de 25 a 29 años como para las de más de 40. El panorama actual dibuja, sin embargo, una población femenina mayor de 18 años y todavía en edad fértil, con 4,8 millones que no tienen hijos y 2,5 millones que solo tienen uno.

El estudio, realizado entre 14.446 mujeres de toda España, constata que la primera razón para no tener hijos es que las mujeres sin descendencia consultadas expresan su deseo de no ser madres, respuesta elegida especialmente por las menores de 25 años. Entre las que sí querrían tener descendencia o más de la que han tenido se señala que es una decisión que han aplazado, en el primer caso, fundamentalmente para las que aún tienen menos de 35 años, mientras que para las mayores de esa franja se explica mayoritariamente que se ha pospuesto tener un hijo u otro más por razones laborales e imposibilidad de conciliar la vida familiar con el trabajo. En conjunto, una de cada cuatro mujeres reprocha esa imposibilidad para compatibilizar la crianza de un niño con las responsabilidades laborales y por eso se apunta que el segundo mejor incentivo a la natalidad sería la flexibilidad en el horario de trabajo. El primero es considerado el aumento de la duración de los permisos de maternidad y paternidad, recientemente fijada en 16 semanas para ambos progenitores. Frente a los 112 días de permiso habilitados en España al tener un hijo, pueden llegar a 480 en Suecia o como en Austria, donde los padres cuentan con más días que las madres.

Los grupos de 30 a 39 años son los que reclaman más tiempo de permiso para la atención de los recién nacidos, y consideran como segunda medida que podría incentivar quedarse embarazadas el contar con un horario flexible para asistir a los pequeños. Las mujeres mayores de 40 años estiman, sin embargo, que tras el aumento de los permisos lo segundo que las decantaría a tener hijos sería contar con una asignación económica del Estado hasta que cumplieran 18 años. 

La carencia de una pareja adecuada para llevar a cabo el proyecto familiar deseado es alegada también por los dos extremos de la pirámide de fertilidad, el de las más jóvenes y el de las mayores de 40 años. Además, el 5,4 % de las residentes en España se han sometido alguna vez a tratamientos de reproducción asistida. Dicha vía aumenta con la edad y llega a alcanzar un 8,8 % entre las que se encuentran en la franja de 40 a 44 años. Los tratamientos declarados como mayoritarios son la fecundación in vitro, la inyección intracitoplasmática y la inseminación artificial.


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