Todo lo que has de saber si vas a bajar el Sella en canoa

Para hablar del Descenso Internacional del Sella, habría que remontarse a 1929, año en el que su fundador, Dionisio de la Huerta, decidió realizar el primer recorrido en canoa por aguas riosellanas. Pero no sería hasta 1951 cuando la competición toma carácter, al participar por primera vez en su historia competidores extranjeros. A día de hoy, la prueba cuenta con una participación que supera el millar de palistas y bateo, año a año, récords de participación. En la actualidad, está considerada, si no la que más, una de las más importantes del mundo en el panorama internacional de descenso de ríos. La competición se celebra el primer sábado de agosto, siempre que no coincida con el primer y segundo día de mes. El recorrido se inicia en el puente de Arriondas y termina en el de Ribadesella. Aquellos que no son palistas profesionales tienen la oportunidad de emular a los profesionales en cualquier época del año, a través de descensos organizados por distintas empresas de aventura que ofrecen diferencias opciones de distancia.

La salida más coincide con la de la competición internacional, en Arriondas. No obstante algunas de las escuelas inician el descenso en Cangas de Onís, lo que alarga el recorrido. A diferencia de los profesionales, la llegada no está en el puente de Ribadesella sino unos kilómetros antes. El recorrido más largo dura 15 kilómetros y finaliza en Llovio, mientras que el corto es de 7 kilómetros y finaliza en Toraño. Este recorrido es ideal para realizar el descenso con niños e, incluso, con mascotas.

Consejos

Antes de iniciarte en esta aventura es necesario conocer el recorrido y llevar contigo todo lo fundamental. Organizar bien el viaje, no apurarte durante el recorrido y atender a las explicaciones del monitor son algunas de las claves a tener en cuenta para que todo salga a la perfección.

1. Prepárate bien antes de iniciar la aventura. Es imprescindible que utilices ropa cómoda y que se pueda mojar, dado que estarás en contacto con el agua durante todo el recorrido.  El chándal es una buena opción. Utiliza calzado de goma, como por ejemplo unos escarpines. Durante la primavera y el verano una camiseta y un bañador será el atuendo perfecto. En este caso, no olvides tu protección solar. Si por el contrario realizas el recorrido durante la época de otoño/invierno, es recomendable que lleves un chubasquero que te proteja. Además, es aconsejable llevar ropa de cambio para cuando finalice el recorrido. Las escuelas disponen de vestuarios para que todo aquel que quiera pueda asearse al acabar la aventura.
2. Escucha atentamente al monitor antes de comenzar. Será él quién te explique cómo remar y cómo comportarte ante los inconvenientes que puedan surgir durante el descenso. También es imprescindible que sepas en qué lugar finaliza tu recorrido para desviarte correctamente.
3. Realiza descansos. Debes dosificar tus fuerzas. Tanto si haces el recorrido largo de 15 kilómetros, como el corto de siete, es fundamental que hagas pausas para descansar y, si es necesario, para comer. Durante el recorrido hay zonas debidamente señalizadas para hacer tus paradas.

Qué proporcionan las escuelas

1. La canoa. Por supuesto, el elemento fundamental. Puedes elegir entre una plaza, dos o incluso tres.
2. Remos homologados.
3. Chalecos salvavidas. Disponibles para adultos y para niños. Algunas de las escuelas también ofrecen la posibilidad de realizar el viaje con mascotas, así que también proporcionarán chalecos para ellos.
4. Bidón hermético. Enganchado en la parte trasera de la canoa, en él podrás llevar todo lo que necesites: comida y bebida, teléfono móvil o cámara de fotos.
5. Comida. Algunas de las escuelas te proporcionan un pic-nic, para que no tengas que preocuparte en preparar la comida antes de comenzar esta aventura.
6. Transporte. Las escuelas disponen de furgonetas que te trasladan desde su local hasta la zona de salida, y viceversa.
7. Cursillo práctico. Antes de comenzar la aventura, un monitor te explicará el manejo de la embarcación y del remo, así como los detalles más importantes del recorrido.

El recorrido y sus principales dificultades

El inicio del recorrido comienza, bien desde el puente de Arriondas, o bien desde las salidas propias de las escuelas. Tras recorrer apenas los primeros metros, aparece el rabión de la Raíz, que no supone ninguna dificultad. Después de dejar atrás esta primera zona de rápidos, en el cauce tranquilo del río la parte derecha puede utilizarse para hacer el primer descanso o incluso comer. Tras un kilómetro de recorrido aparecen los rápidos de La Remolina. Este segundo rabión surge con más fuerza que el primero y deja tras de sí un recorrido tranquilo durante casi tres kilómetros. Después de la calma, el Espigón de Triongo. Esta zona supone uno de los tramos con mayor dificultad del recorrido debido a la cantidad de piedras por las que se puede llegar a deslizar la canoa.

Tras haber recorrido aproximadamente seis kilómetros, a la altura del pueblo de Margolles, los rápidos del Picu la Vieya avivan la aventura. Hay que remar 2.000 metros más para llegar a la siguiente zona rocosa y de bajo caudal. Se trata del rabión del Diablu, una zona de rápidos donde más de uno tendrá que terminar cruzando a pie con la canoa a cuestas. En el kilómetro diez, Llordón. Primera meta del recorrido para aquellos que hayan elegido el tramo corto, o quienes no sean capaces de continuar con el último trecho del descenso.

Durante estos últimos cinco kilómetros podrás encontrarte los últimos rápidos, situados en la zona de La Presa. El estrechamiento del cauce y las rocas pronunciadas complican mínimamente este tramo final que llevará al puente de Llovio, final del recorrido donde las escuelas te estarán esperando con sus furgonetas para llevarte a sus instalaciones. 

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