La Voz de Asturias

Preguntas tipo test y muñecos simuladores: las oposiciones médicas del futuro

Asturias

S.D.M. Redacción

El Principado, con una oferta de empleo en marcha, debate el modelo más ecuánime y justo para elegir a los facultativos

01 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.

La primera oferta pública de empleo (OPE) sanitaria en Asturias en años ha reabierto un debate tan viejo como las propias oposiciones. ¿Cuál es el modelo más ecuánime y justo para los exámenes? El debate coincide, además, con la decisión de la Consejería de Sanidad de pedir a los tribunales que no ejecute una sentencia del Supremo que obliga a repetir el proceso por el que se incorporó en el año 2011 a 23 especialistas en medicina interna, que llevan desde entonces trabajando en diferentes hospitales. La Junta General debatirá esta semana una proposición de ley de Podemos que elimina las lecturas de exámenes o las pruebas prácticas delante de un tribunal para garantizar el anonimato y la objetividad de la prueba. El Sindicato Médico (Simpa) parece coincidir con este planteamiento y añade que el caso clínico no puede suponer el 50%. El Gobierno regional también se muestra dispuesto a revisar el modelo pero la discrepancia básica con el resto de colectivos es que no cree estar a tiempo para esta OPE.

Modelos

En la actualidad, en todas las especialidades médicas salvo en las de Atención Primaria, las oposiciones tienen una parte teórica y un caso clínico, a elegir entre dos opciones, que hay que leer delante de un tribunal. La puntuación se divide al 50% entre ambas pruebas. Todos coinciden en lo básico, es francamente mejorable. Pero cada colectivo tiene su propuesta.

El diputado de Podemos Andrés Fernández Vilanova, uno de los impulsores de la proposición de ley, detalla sus preferencias. Fernández Vilanova, médico de profesión, cree que tendría que ser un examen tipo test, con preguntas extraídas de una amplia base de datos, en el último momento. Esa prueba no tiene por qué medir solo conocimientos. También puede plantear cuestiones dirigidas a conocer las habilidades de comunicación y empatía de los aspirantes. Este modelo, muy similar al actual MIR, puede servir también para la práctica. Explica el diputado que hoy en días los conocimientos teóricos se pueden mostrar de forma aplicada también en preguntas cortas con respuestas cerradas a elegir, usando imágenes de microscopio a radiografías. No obstante, reconoce que la mejor alternativa para el supuesto clínico, es decir, para esa práctica, sería aprovechar la tecnología, con máquinas simuladoras o incluso muñecos simuladores, con unos síntomas concretos. Esto supone una inversión que no cree que el Sespa esté dispuesto a realizar a corto plazo.

El Simpa está dispuesto a negociar pero considera irrenunciable eliminar toda subjetividad para evitar suspicacias. Su secretario general, Antonio Matador, propone un tipo test con pregunta que no conozca hasta el último momento ni el tribunal, integrado por entre 100 y 120 preguntas aleatorias, extraídas de una base de datos. Lo primordial será el anonimato, así que la principal dificultad estará en el caso clínico. Matador señala que, mientras se tenga que hacer delante de un tribunal, lo justo sería que no valga el 50% de la nota, como sucede ahora, sino que sea como mucho un 10%. Precisa que la ley que regula las oposiciones procede aún del Insalud, del año 1999, porque el Principado no ha realizado ningún desarrollo normativo propio. Esa legislación obliga a que haya una parte práctica, sin embargo, Matador precisa que nada dice sobre si tiene que ser oral o escrita. Para la parte clínica cree que se podrían elegir dos de entre cuatro opciones.

La proposición de ley que se debatirá en el pleno de la Junta General de esta primera semana de noviembre no entra a ese nivel de detalle. Se limita a describir, en su único artículo, que «el tipo de ejercicios planteado deberá garantizar el anonimato de las respuestas de cada aspirante, de modo que el tribunal no puede conocer a quién pertenecen los formularios de respuesta hasta que se establezca la puntuación definitiva en el concurso-oposición de todas las personas aspirantes». Por otro lado establece que «no se realizarán en ningún caso, ejercicios leídos o desarrollados en presencial del tribunal ni en sesión pública».

¿Está a tiempo de cambiarse?

Esta normativa parece tener respaldo suficiente para salir aprobada, aunque todavía no se sabe qué posición adoptará el PSOE. Cabe suponer, por tanto, que será aprobada y que entrará envigor. La duda que surge entonces es si se está a tiempo para aplicarla en las oposiciones que están en marcha. Podemos dice que sí. La Administración asturiana asegura que, como no podía ser de otro modo, cumplirá con la ley. Pero duda de que haya margen de tiempo.

La oferta de empleo sanitaria anunciada es de 774 plazas, de las que 353 son para médicos. Hasta el momento, ya se han convocado 160 repartidas en cuatro áreas: Medicina de Familia, Pediatría de Atención Primaria, Anestesiología y Radiodiagnóstico. Fernández Vilanova explica que ni Familia ni Pediatría, por ser ambas de Atención Primaria, tienen caso práctico en las oposiciones. El 100% es tipo test. Por tanto, no están afectadas por el cambio normativo. Si lo pueden estar Anestesiología y Radodiagnóstico, la primera con 28 plazas y la segunda con 19. 

La teoría de Podemos es que el Sespa se ha metido en una encrucijada legal. La administración no es partidaria de cambiar el sistema en plazas ya convocadas porque puede producirse una impugnación de los aspirantes. Pero Vilanova cree que esa impugnación puede producirse igual, aunque no se modifique el tipo de examen, porque el propio Principado cometió un error al redactar las bases -ya que copió parte de una convocatoria de Andalucía y dejó hasta el nombre de la otra comunidad autónoma- y ha tenido que corregirlas. Con este dilema, la formación morada propone apostar por el sistema más justo.

 


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