La precariedad del reparto con mochila desembarca en Asturias
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Las calles de Oviedo y Gijón se llenan poco a poco de autónomos que entregan la mercancia a pie, en bici o moto. Los sindicatos aseguran que se trata de «explotación laboral»
28 May 2018. Actualizado a las 05:00 h.
El empleado elige cuándo y cuánto quiere colaborar, de forma que es posible combinarlo con otras actividades profesionales. No exigen exclusividad ni cumplir unos objetivos mínimos y pagan 5 euros por media hora. Así disfrazado, parece un puesto de trabajo atractivo, pero la letra pequeña evidencia un modelo laboral que extiende la precariedad. Son trabajadores autónomos, realizan los repartos a pie, en bicicleta o moto que tienen que poner ellos y lo hacen con una mochila. Los sindicatos incluso hablan de «explotación», pero parece que el modelo ha llegado para quedarse.
Glovo es la única empresa que, de momento, presta el servicio en Asturias, aunque en España operan otras como puede ser Deliveroo. Glovo se define a sí misma como «una plataforma tecnológica de economía bajo demanda que intermedia entre comercios que buscan vender sus productos, consumidores que quieren comprarlos y recibirlos en casa y repartidores que ofrecen sus servicios para recoger y entregar el producto». El proyecto nació en 2015 con el objetivo de «transformar la manera en la que los usuarios adquieren lo que necesitan gracias a la optimización de los recursos y ofreciendo inmediatez como premisa».
En algunas zonas en las que opera, Glovo no necesitan oficina, como es el caso de Asturias, ya que la actividad se controla desde otras centrales. La empresa matiza que en la región no tiene trabajadores y que los repartidores «son trabajadores autónomos y no empleados». Entre Oviedo y Gijón hay más de 150 repartidores. «Estamos teniendo una buena acogida, con una evolución muy positiva y en pleno crecimiento. La verdad es que estamos muy contentos de operar en Asturias, que además nos ha permitido reforzar nuestra presencia en España», señalan fuentes de la compañía.
A través de la aplicación de Glovo se pueden encontrar productos muy diversos, que van desde restaurantes, floristerías y tiendas de electrónica hasta farmacias y mercados de barrio, entre otros. Los repartidores pueden realizar cualquier pedido que quepa en la caja que llevan en su moto o bici y que no sobrepase los 9-10kg. Además, Glovo tiene un acuerdo con McDonald’s para realizar el servicio McDelivery en las ciudades españolas en las que opera. Desde la compañía señalan que alguna de las empresas con las que trabajan en Oviedo son los Molcajetes, Pepita Burguer y Quemedas 353; mientras que en Gijón reparten para Mike's Burger, Gyros o La Nonna.
Condiciones laborales
La empresa defiende un modelo laboral que ha recibido numerosas críticas por las condiciones de sus trabajadores. Ellos insisten en que son autónomos y no empleados de la empresa. Según explican, «los repartidores de Glovo son autónomos que trabajan con sus propios medios materiales y humanos, sin recibir directrices por parte de Glovo. No tienen ningún tipo de exclusividad ni deben cumplir un mínimo de pedidos. Se apuntan ellos mismos a la plataforma y deciden libremente cuándo y cuánto quieren colaborar. Además, el servicio prestado a la plataforma les permite combinarlo con otras actividades profesionales y generar un ingreso extra, y muchos colaboradores son pluriempleados e incluso algunos están en régimen de pluriactividad». «Los colaboradores tienen plena flexibilidad para decidir si colaboran y cuándo lo hacen, siendo el modelo de autónomo la figura legal que encaja con esta necesidad», argumentan.
En cuanto a la retribución, desde la empresa detallan que «un repartidor cobra, de media, 5 euros por pedido que realiza en una media de 30-35 minutos. El número de pedidos que haga dependerá de la demanda y de cuántas horas quiera colaborar en la plataforma. Hay repartidores que hacen 5 pedidos a la semana y quienes hacen más de 50 pedidos a la semana».
Críticas sindicales
Los sindicatos UGT y CCOO de Asturias coinciden en señalar que este tipo de reparto roza «la explotación» Desde CCOO explican que el sector del reparto es muy amplio y que los trabajadores no tienen un convenio de referencia al que acogerse. Como ejemplo, citan tres casos, ya que mientras que los trabajadores de Telepizza tienen un convenio de repartidor, existe otro convenio para los repartidores de recambios del automóvil. Por otro lado, cuando se utiliza el reparto con furgonetas o camiones, el convenio que impera es el de transporte de carretera.
Con estas diferencias, los sindicatos aseguran que resulta imposible cuantificar el número de repartidores que trabajan en la región. Respecto a los repartidores de empresas como Glovo, desde CCOO dejan claro que «estamos totalmente en contra, ya que lo que hacen es externalizar un servicio a costa de las necesidades de los chavales».
Más contundentes aun se muestran en UGT. «Es explotación pura y dura», señalan. «Abusan de la necesidad de trabajar de la gente. Cualquiera que pueda elegir no acepta esas condiciones, pero desgraciadamente la necesidad es la que es y estas empresas se aprovechan», concluyen.