Iberdrola se niega a vender la térmica de Lada y el Gobierno acentúa la presión
Actualidad
Nadal advierte que seguirá adelante con el real decreto y critica a la empresa por no dar explicaciones
23 Nov 2017. Actualizado a las 23:12 h.
El Gobierno central ha acentuado su presión sobre Iberdrola y su pretensión de cerrar la térmica de Lada. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha criticado hoy a la eléctrica por no comprometerse a vender a otras compañías tanto la central de Lada como la de Velilla, en Palencia. Nadal le ha lanzado una dura advertencia al presidente de Iberdrola en una reunión que ha mantenido ambos junto al presidente del Principado, Javier Fernández y el de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. El Gobierno seguirá adelante con el real decreto sobre el cierre de centrales «tal y como está», ha añadido. Iberdrola se ha negado a vender las centrales, no ha explicado las razones de su negativa y solo se ha comprometido a mantenerlas operativas hasta 2020.
Según ha explicado el titular de energía, Sánchez Galán ha afirmado que no hay marcha atrás en el cierre de las dos centrales térmicas, ya que se debe a una «política de empresa» con la que Iberdrola pretende eliminar las fuentes de energía emisoras de CO2. Nadal, Fernández y Herrera han defendido que el compromiso medioambiental debe ir de la mano del «mejor precio para los consumidores» y han acusado a Iberdrola de mostrar «poca flexibilidad» y de dar «pocas explicaciones».
Nadal ha dicho que Iberdrola no ha sabido explicar por qué no quiere vender esas centrales y sólo se ha comprometido a mantenerlas operativas hasta 2020. El titular de Energía ha destacado la gran contribución al sistema que hacen esas dos centrales térmicas, especialmente en los momentos punta de demanda, como en los del pasado invierno, y contribuyen a contener el precio de la electricidad. En este sentido, ha dicho que si en los últimos tres años esas dos centrales hubieran estado cerradas, las familias españolas hubieran pagado dos euros y medio más en sus facturas de electricidad.
El titular de Energía ha destacado la gran contribución al sistema que hacen esas dos centrales térmicas, especialmente en los momentos punta de demanda, como en los del pasado invierno, y su utilidad a la hora de contener el precio de la electricidad. En este sentido, ha dicho que si en los últimos tres años esas dos centrales hubieran estado cerradas, las familias españolas hubieran pagado dos euros y medio más en sus facturas de electricidad.
Nadal ha dicho que Iberdrola sólo les ha dicho que si las Administraciones encuentran a un comprador para sus centrales de Velilla, en Palencia, y Lada, en Asturias, hablará con él, pero no se ha comprometido de forma clara a vender las plantas. Ha recordado que las decisiones empresariales deben encajar con los objetivos de política energética y económica, que corresponden a los poderes públicos, y ha defendido la viabilidad económica de las dos centrales.
El ministro ha explicado que, según el análisis que se ha hecho de los precios ofertados y casados por las dos centrales en el mercado en los últimos tres años, los ofertados han oscilado entre los 68 euros ofertados por el grupo menos eficiente de Velilla y los 49 euros de Lada -la central más moderna-, mientras que los casados fueron de 79 a 57 euros el megavatio hora (MWh).
Ha afirmado que sin estas centrales, que suman 874 MW de potencia instalada, el precio medio en el mercado mayorista hubiera sido de 38 céntimos más por MWh y ha destacado su contribución a la contención de los precios en el repunte que hubo el invierno pasado. Para Nadal, hay, por tanto, un interés general por mantener estas centrales abiertas, tanto por los mayores costes que provocaría su cierre como por el efecto en las economías de las zonas donde están ubicadas. Además, ha dicho que una cosa es que Iberdrola no quiera tener plantas de carbón por una política de imagen de la empresa «y otra cosa es cerrarlas».
El ministro, que ha criticado la «falta de flexibilidad» de Iberdrola, ha advertido de que seguirá tramitando el Real Decreto que amplía las causas por las que el Gobierno puede denegar el cierre de una central, con un mecanismo que establece su venta en subasta a partir del precio de la central cerrada, que se reduce al valor del terreno y de la planta ya achatarrada.
Nadal ha dicho que esta alternativa es mejor que proceder directamente al cierre de las dos centrales, cuyo coste la propia Iberdrola cifra en 35 millones de euros, y ha dicho que el Real Decreto, que ha señalado tampoco gusta a Iberdrola, se tramitará «tal y como está» y que el Gobierno tiene apoyo «de sobra» para tramitarlo y que entre en vigor.
Por su parte, el presidente del Principado, Javier Fernández, ha apoyado la posición del Gobierno central. «Entendemos que si una empresa quiere deshacerse de una central, lo que debe hacer, por razones de política energética, es ir a una subasta», ha afirmado. Fernández ha incidido en el impacto del cierre de Lada en el empleo y en un territorio muy golpeado por reconversiones. «Las centrales del carbón están operando por unos marginales por debajo de las centrales de gas, y actúan como respaldo. Eso importa mucho en una comunidad con un marcado carácter industrial y electrointensiva. Cualquier subida de la electricidad afectaría a la región».
Mientras, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha reiterado en un comunicado, que la solicitud de cerrar de forma ordenada las centrales de carbón de Lada y Velilla es «coherente» con la apuesta de la compañía por las energías limpias, pero no ha explicado las razones por las que se niega a vender las plantas a otras compañías.