Un presupuesto necesario pero no querido
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Los agentes sociales y económicos critican las insuficiencias de las cuentas aprobadas por el PP y el PSOE aunque admiten que la prórroga era una solución peor al bloqueo en la Junta General
31 Dec 2016. Actualizado a las 05:00 h.
A nadie acaba de gustarle el presupuesto autonómico diseñado por el PSOE y respaldado en el Parlamento por el PP, pero casi todo el mundo se alegra de que exista. «No es el proyecto que Asturias necesita, pero la diferencia entre tener un presupuesto prorrogado y otro aprobado en su momento es enorme», admite el director general de la patronal Fade, Alberto González. Lo más importante es que un texto revisado año por año actualiza las previsiones de ingresos y gastos y permite mover partidas con libertad. «Hemos visto excepciones. Vicente Álvarez Areces tuvo un buen año económico con un presupuesto prorrogado, pero no es lo más deseable. Lo ideal es que cada gobierno tenga un presupuesto apropiado para desarrollar sus políticas», abunda el decano de los economistas, Miguel de la Fuente.
Los sindicatos también preferían la aprobación del presupuesto, aunque tienen muchos reparos al documento elaborado por la Consejería de Hacienda. «Lo lógico y natural parecía un presupuesto pactado por las fuerzas de la izquierda, pero no hay duda de que se necesitaba un acuerdo. Aún estamos en crisis y necesitamos garantías para el gasto social y el mantenimiento de los servicios públicos», añade Javier Fernández Lanero, máximo responsable autonómico de UGT.
El sindicato, sin embargo, echa en falta otros ingredientes en la fórmula del gasto público para el 2017. También lo hace CCOO. «Falta más inversión productiva. Los 310 millones previstos son claramente insuficientes», afirma su secretario general, Antonio Pino, que tampoco ve aparecer por ninguna parte los fondos comprometidos en el acuerdo de concertación social cerrado el pasado mes de mayo por el Gobierno y los agentes sociales. «Las perspectivas de un crecimiento económico más lento y la falta de compromiso presupuestario no nos permiten ser optimistas sobre la evolución del empleo», concluye.
La reforma del impuesto de sucesiones para satisfacer las demandas del PP, en especial, concentran las críticas de la izquierda sindical. «Se trata de renunciar a 28 millones de ingresos que se comen los 23 adicionales que permitía obtener el relajamiento del objetivo de déficit autorizado por el Ministerio de Hacienda», lamenta Pino. González, por su parte, defiende mejoras que ayuden a progresar a las empresas. No hay puntos de encuentro entre la patronal y los sindicatos en asuntos como la reforma laboral o el salario mínimo, con UGT asegurando su presencia en las protestas si Mariano Rajoy no sigue la voluntad del Congreso en esos asuntos. Pero sí hay un frente común a ambos lados de las relaciones entre empleadores y empleados en la necesidad de reactivar los tráficos de El Musel y acabar de una vez la variante de Pajares, dos objetivos para el 2017.
De la Fuente aconseja meditar cualquier cambio legislativo para que se mantenga en el tiempo y no dependa de las cambiantes mayorías políticas. «Si vamos a buscar inversores, la incertidumbre no es lo idóneo. Eso vale para los presupuestos, pero también para el marco laboral y financiero. Hagamos lo que hagamos, necesitamos mantener la confianza y la seguridad jurídica», aconseja.