La Voz de Asturias

Los trabajadores de Avilés piden a Alcoa que aclare su futuro

Actualidad

Noelia Rodríguez Avilés
Factoría de Alcoa en Avilés

Reclaman esclarecer qué se sabe de la posible venta y trabajar para aumentar la producción tras el resultado satisfactorio de la subasta

19 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.

La subasta de ininterrumpibilidad ya se ha celebrado y Alcoa ha conseguido para la planta de Avilés unas condiciones más ventajosas que en los dos años anteriores, así que ahora ha llegado el momento de disipar las dudas que existen desde hace meses y que siempre se han supeditado al resultado de la puja. Por un lado están los rumores de una posible venta que se conocieron el pasado mes de mayo y que semanas después se habían enfriado, después de haberse puesto incluso nombre a alguno de los grupos interesados. Por otro, el estancamiento del nivel de producción, que se encuentra al 66% desde hace varios años y que no crece debido a los costes energéticos.

En esta ocasión la aluminera ha conseguido un bloque de 90 megavatios para Avilés -algo que no había logrado en las dos pujas anteriores, así como varios de 5 megavatios, lo que supone un mayor ahorro de cara a la factura eléctrica que pagará en 2017. El descuento será mayor, pero la cantidad de energía subvencionada es la misma, así que es de prever que se mantenga el mismo nivel de producción que en ejercicios anteriores. Aun así la empresa no se posiciona al respecto, se limita a comunicar que una vez conocidos los resultados de la subasta «se analizarán» y en función de ello se establecerá su estrategia para el próximo año. Sin embargo, en Avilés pocas esperanzas hay de que esto suponga un incremento de la producción, al menos a corto plazo. El presidente del comité de empresa, José Manuel Gómez de la Uz, insta a la aluminera a «trabajar para arrancar al cien por cien», aunque objetivamente eso es un trabajo que puede llevar varios años.

Desde UGT centran su reclamación en conocer qué hay de la posible venta, aunque también se habló de entrada de capital o de que nada ocurriera. «Es el momento de despejar la incertidumbre, se supeditó todo a la subasta así que ahora es el momento de despejar dudas», indica Daniel Cuartas. Lo cierto es que la empresa sigue sin dar respuesta. De hecho da la misma contestación que lleva dando durante los últimos meses: «Estamos abiertos a todas las posibilidades» y de momento no hay novedad ninguna que comentar. El único comentario de la empresa después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores Red Eléctrica de España validara los resultados de la puja energética fue confirmar lo que desde el lunes era un secreto a voces: Alcoa había obtenido cinco de los ansiados lotes de 90 megavatios y uno será para Avilés -otro para Coruña y otros tres para San Ciprián, planta que ya los había conseguido en las dos anteriores ediciones. Esto supone, en palabras de un portavoz de la multinacional aluminera, que «nos hemos proporcionado servicios de ininterrumpibilidad mejores que en los dos años anteriores». Su objetivo era el de «obtener el máximo valor posible y servir mejor al mercado y nuestros clientes».

Una alternativa a la subasta

Pero esta situación tiene una caducidad: 31 de diciembre de 2017. El actual modelo de subasta de ininterrumpibilidad se hace con una vigencia de un año, lo que supone un handicap a la hora de planificar inversiones y hacer planes a un medio o largo plazo, según vienen criticando los sindicatos, grupos políticos e, incluso, las grandes consumidoras de energía que participan en la puja. Una vez celebrada la última se vuelven a repetir las ya conocidas peticiones de que el gobierno cambie el modelo y busque otro modo de ofrecer a las electrointensivas precios de energéticos más baratos y acordes con las medidas que otros países de la Unión Europea aplican a las empresas asentadas en su territorio. Cuartas insiste en que este año «ha sido mejor, pero la subasta no sirve. No se puede estar año tras año sin saber cuánto vas a producir y a cuánto. Es un sistema perverso». De la Uz también apuesta por sustituirlo por otro tipo de políticas energéticas que den cierta estabilidad al sector y no tengan en jaque a plantas como la de Alcoa en Avilés o Coruña, que hace dos años se quedaron sin paquetes de energía y vieron en serio peligro la continuidad de sus instalaciones hasta que el gobierno accedió, in extremis, a celebrar una segunda subasta.

Con el nuevo ejecutivo recién estrenado los representantes de los trabajadores piden un cambio e instan a los responsables estatales a ponerse a trabajar en ello. Cuartas va más allá y recuerda que «con un Congreso tan fragmentado todos tienen que remar para conseguirlo. Tienen un año para hacerlo». En esta ocasión se da la circunstancia de que hay un nuevo factor en liza. Mariano Rajoy decidió crear dos ministerios diferentes para gestionar industria y energía, lo que hace que las cuestiones relacionadas con la tarifa energética de las grandes consumidoras dependerá de una cartera -la de Álvaro Nadal- y el resto de cuestiones vinculadas con la política industrial de otra -la de Luis de Guindos.


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