¿La vida sigue igual?¿o no?

Nacho Pérez GIJÓN

SPORTING 1905

Abelardo
Abelardo Miguel Suárez

Comparativa entre Rubi y Abelardo Fernández

22 mar 2017 . Actualizado a las 01:04 h.

Tras los diez partidos de Joan Francesc Ferrer “Rubi” en el banquillo podemos empezar a preguntarnos si ha merecido la pena el relevo en el banquillo. ¿Ha servido para algo o la vida sigue igual que antes de aquel 17 de Enero en el que Abelardo presentó su dimisión?

Transcurridos esos diez partidos la primera conclusión es clara sin necesidad de ningún dato adicional más que la propia clasificación. El equipo sigue a los mismos puntos de la permanencia que cuando cogió al equipo. Es un dato estadístico irrefutable, pero que no indica que el técnico catalán haya o no mejorado a su antecesor.

Defensivamente el equipo no ha mejorado con el catalán. En los dieciocho partidos con Abelardo el equipo encajó 37 goles, lo que hace un media de 2,05 por partido. Con Rubi en el banquillo esa media sube muy ligeramente hasta los 2,1 goles encajados por partido. De forma pírrica, mini-punto para Abelardo.

No obstante nos iremos a la fase ofensiva que es donde parece notarse una evidente mejora. Empezaremos por los puntos logrados por partido. Abelardo dirigió desde la banda al Sporting dieciocho partidos en los que logró doce puntos. La media es fácil de calcular, 0,66 por partido. En diez partidos Rubi ha logrado nueve puntos, 0,9 por partido. Es evidente que el trabajo, bueno o no, de Rubi no se está traduciendo en los puntos necesarios para lograr la permanencia. Con la media actual no se alcanzaría el objetivo, ya que con 30 puntos se antoja imposible lograr la salvación. En puntos sumados, mini-punto a favor del catalán.

Pasamos a los tiros a puerta por encuentro. Con Abelardo en los dieciocho partidos que dirigió la media de tiros totales por partido era de 8,7. El equipo bajo la dirección de Abelardo solo logró en cuatro de sus dieciocho partidos disparar más de diez veces en total. Con Rubi ese dato medio asciende hasta los 10,2 tiros. Además en diez partidos el equipo con Rubi ha igualado los números con Abelardo en el banquillo, ya que en sus diez partidos en el banquillo el equipo en cuatro partidos alcanzó los diez disparos totales.

Los dos partidos en los que los rojiblancos dispararon más veces en toda la temporada fueron ya con Rubi en el banquillo. Frente al Celta y Granada los rojiblancos dispararon 15 veces. Además contra el Granada superó por primera vez en toda la temporada la barrera de los diez tiros entre los tres palos (11). Sin embargo aunque Rubi también mejora a Abelardo en la cantidad de tiros a puerta que genera el equipo por partido, dicha mejoría no es notable. En los dieciocho partidos del gijonés en el banquillo la media de disparos a puerta era de 3,2; mientras que Rubi en diez partidos, tiene el mismo dato en 3,7. Globalmente en los tiros efectuados, otro mini-punto para el catalán.

Nos queda un tercer dato que analizar. La efectividad total. Con Abelardo sí se puede decir que los jugadores veían más puerta que con el catalán. En los dieciocho partidos con Abelardo en el banquillo el Sporting logró 19 tantos, una media de 1,05 por partido. Con Rubi se han anotado 12 goles, lo que hace una media sensiblemente superior; 1,2 por partido.

A pesar de esto la efectividad de cara a puerta era mayor con Abelardo. El 12,7% de los tiros a puerta con Abelardo en el banquillo eran gol, mientras que con Rubi ese porcentaje baja casi un punto porcentual hasta el 11,8%. ¿A qué se debe esto? Sencillo. Con el catalán el porcentaje es menor porque como comentábamos párrafos atrás se ejecutan muchos más lanzamientos a puerta y se generan más ocasiones. Es difícil decretar un ganador en este aspecto, pero como ante más ocasiones la posibilidad de anotar más goles aumenta, de forma pírrica el mini-punto es para el catalán.

La conclusión es que aunque tras diez jornadas con el catalán en el banquillo la vida sigue prácticamente igual, o ligeramente peor, en el plano defensivo, pero ha mejorado en el plano ofensivo. El equipo sigue encajando más de dos goles por partido de media, pero también genera más peligro ante la meta rival, pero al que le está penalizando la baja efectividad de acierto en la conversión en gol.