El rey que apareció bajo los rayos X

G. GUITER

OVIEDO

A la izquierda, el óleo del museo asturiano, Carlos II a los diez años. A la derecha el retrato del rey en el Museo del Prado, ambos de Carreño de Miranda. En el centro, la radiografía del segundo, que muestra una imagen original muy parecida a la del primero.
A la izquierda, el óleo del museo asturiano, Carlos II a los diez años. A la derecha el retrato del rey en el Museo del Prado, ambos de Carreño de Miranda. En el centro, la radiografía del segundo, que muestra una imagen original muy parecida a la del primero. MUSEO DE BBAA DE ASTURIAS Y MUSEO DEL PRADO

La radiografía de un cuadro del Museo del Prado revela la «copia» de un cuadro de Carreño de Miranda que está en el Museo de Bellas Artes de Asturias

09 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El pintor asturiano Juan Carreño de Miranda hizo crecer al rey Carlos II El hechizado en el retrato que hoy cuelga en el Museo del Prado, y que originalmente era más parecido al que tiene el Museo de Bellas Artes de Asturias. Así lo reveló la radiografía del óleo, que la pinacoteca madrileña expone estos días para conmemorar el aniversario del fallecimiento de Marie Curie. ¿Usó Carreño Miranda un cuadro anterior o un boceto del que está en Asturias?

Lo cierto es que el museo asturiano dispone del primer retrato que Carreño de Miranda hizo al monarca, y que se titula Carlos II a los diez años. Su importancia reside precisamente en que fue el primero que le hizo, mientras su madre asumía las funciones de regente. Se ubica en el salón de los espejos del Alcázar de Madrid. EI rey aparece representado con su larga cabellera rubia, vestido de negro riguroso, a la española, y con el Toisón de Oro. Se apoya en la mesa con un sombrero en la mano y en la otra porta una carta. En la versión posterior del Museo del Prado, Carlos II con armadura, realizada en 1681, el hijo de Felipe IV y Mariana de Austria ya es rey. La postura es la misma, pero lleva armadura y está, obviamente en otro contexto. La radiografía muestra que debajo de ese retrato había otro del propio monarca muy parecido al primero, de cuando tenía diez años.

Los investigadores creen probable que los sucesivos matrimonios consanguíneos? de la familia real ocasionaran graves problemas de salud al heredero, con síntomas como musculatura débil e infertilidad, de ahí su aspecto, difícil de embellecer en las pinturas. Algunos autores piensan, incluso que padecía el síndrome de Klinefelter, una enfermedad hereditaria. Eso generó un conflicto sucesorio, ya que Carlos II murió sin descendencia y terminó así con la Habsburgo en España.